El refer¨¦ndum de Ormaiztegi
Los vecinos de la localidad guipuzcoana votaron en mayo de 1991 la conservaci¨®n del Viaducto
El 26 de mayo de 1991, coincidiendo con las elecciones municipales, la corporaci¨®n de Ormaiztegi -formada entonces por tres concejales del PNV, dos de Euskadiko Ezkerra, dos de EA y otros dos de HB- decidi¨® convocar a sus 941 vecinos con derecho a voto a un refer¨¦ndum contestando a la siguiente pregunta: "?Debe mantenerse el actual puente en las circunstancias que va a generar la construcci¨®n del nuevo?". Votaron 636 personas, de las cuales 376 contestaron afirmativamente, 214 dijeron que "no" y 46 emitieron su papeleta en blanco.
Catorce a?os despu¨¦s la "Joya de hierro" de la arquitectura industrial guipuzcoana, inmortalizada en una obra de Dar¨ªo Regoyos, cantada por Baroja, y maltratada por sucesivas guerras, la tercera carlista y la guerra civil, languidece en su impresionante monumentalidad porque ninguna instituci¨®n quiere asumir su conservaci¨®n como elemento art¨ªstico.
Esta gran obra de la est¨¦tica y de la ingenier¨ªa mide 289 metros de longitud
En lo alto del camino de hierro, all¨ª donde el tren pasaba volando por encima del Balneario de Ormaiztegi "sobre caser¨ªos y tierras de labor", como contaba Baroja, hay un letrero que reza: "Prohibido el paso. Renfe no se hace responsable de los da?os o accidentes de personas ajenas a la empresa". El viaducto sigue ah¨ª en pie, desafiante a tres siglos gracias al "s¨ª" en el refrendo de sus vecinos, el primero de la reciente historia democr¨¢tica en Euskadi, pero sin recursos para su mantenimiento.
El Ayuntamiento ha pretendido defender la principal se?a de identidad del pueblo, motivo de estudio y visita tur¨ªstica, con un proyecto de rehabilitaci¨®n que propone eliminar los castilletes de hormig¨®n instalados en el puente tras la reconstrucci¨®n llevada a cabo tras la guerra civil y sugiere peatonalizar la zona de arriba, hoy cerrada al p¨²blico, para que sea transitable sin riesgos. En su d¨ªa el ministerio de Fomento concedi¨® una ayuda para su rehabilitaci¨®n y Renfe propuso ceder la titularidad del viaducto. Sin embargo, hasta el momento, ni el Gobierno vasco, ni la Diputaci¨®n de Guip¨²zcoa, han decidido tutelar la responsabilidad de su conservaci¨®n.
El viaducto fue inaugurado el 15 de agosto de 1864, con el paso de un tren que transportaba a la reina Isabel II desde Madrid hasta San Sebasti¨¢n, y construido por la Compa?¨ªa de los Caminos de Hierro del Norte de Espa?a. Encargado a la Soci¨¦t¨¦ de Construction des Batignolles de Par¨ªs, su autor¨ªa ha sido err¨®neamente atribuida a Gustave Eiffel, cuando en realidad corresponde a Alexander Lavalley, que dirigi¨® los trabajos entre Olazagutia y Beasain como jefe de obra de la empresa M.M. Ernest Gouin et Cie.
Esta gran obra met¨¢lica de la est¨¦tica y de la ingenier¨ªa contiene 18.000 toneladas apoyadas sobre cuatro pilares, mide 289 metros de longitud y tiene una altura m¨¢xima superior a los 30 metros.
Hace una d¨¦cada, el 1 de julio de 1995, tras casi siglo y medio de continuo uso, cuando el tr¨¢fico ferroviario centuplicaba al que se preve¨ªa en su construcci¨®n, los aumentos tanto de la velocidad como de las cargas a transportar, obligaron a su retirada de la circulaci¨®n por haber agotado su capacidad de resistencia. Entonces el Viaducto de Ormaiztegi tuvo que ser sustituido por otro puente de hormig¨®n para dar salida al tr¨¢fico ferroviario. A pesar de todo, y gracias al refer¨¦ndum, el armaz¨®n de hierro, s¨ªmbolo de la "Revoluci¨®n Industrial en Gip¨²zkoa", continu¨® albergando bajo el puente a un peque?o y laborioso pueblo que un d¨ªa contrat¨® como contable para la magna obra al tolosarra Nemesio Artola Erroicinea que luego, requerido por Fernando Lesseps, march¨® con el mismo cargo a construir el Canal de Suez.. Pero esa es otra historia, la de un vasco en Egipto, que un d¨ªa contaremos aqu¨ª mismo con ayuda de su biznieto Javier Fern¨¢ndez Miranda Artola.
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