Una figura paterna

Le conoc¨ª hace poco m¨¢s de veinte a?os en el festival de cine de Miami. Desde el primer momento ca¨ª rendido ante el encanto de su conversaci¨®n. Nunca se lo dije, pero Guillermo representaba para m¨ª una figura paterna. Adoraba a los actores, para ¨¦l eran los aut¨¦nticos autores de las pel¨ªculas. Y conoci¨® a muchos de los m¨¢s grandes. Era cari?oso, entretenido y did¨¢ctico, y tanto ¨¦l como Miriam se especializaron en ser maravillosos amigos de sus amigos. Cuando le conoc¨ª en Miami yo ya hab¨ªa leido Tres tristes tigres y le manifest¨¦ mi fascinaci¨®n e inter¨¦s de convertirla alg¨²n d¨ªa en una pel¨ªcula, sabiendo tanto ¨¦l como yo que esa era una tarea imposible. Ttt es una novela demasiado buena para sintetizarla en una simple pel¨ªcula. Desde ese primer encuentro nos hemos encontrado muchas veces, siempre junto a su inseparable Miriam, a prop¨®sito de alg¨²n evento literario, musical o cinematogr¨¢fico, disciplinas todas ellas en las que Guillermo era un maestro. Su libro de cr¨ªticas Cine o sardina es probablemente uno de los libros de cine m¨¢s reveladores y completos que yo haya le¨ªdo. En la ¨²ltima d¨¦cada convert¨ª en tradici¨®n invitarle a la primera proyecci¨®n de mis pel¨ªculas, siempre con el miedo de que no le gustaran porque su opini¨®n era y ser¨¢ venerada por m¨ª. No me hago a la idea de que ya no est¨¢ aqu¨ª.