En sinton¨ªa
George W. Bush ha tendido la mano en Bruselas a lo que ha calificado de "Europa fuerte". Es un progreso que reconozca como tal a este conjunto de pa¨ªses. La primera reuni¨®n de un presidente de EE UU con el Consejo Europeo y su primera visita a las instituciones comunitarias ha reflejado simb¨®licamente este cambio. Bush ha intentado, en la OTAN y en la UE, recuperar el sentido de la unidad transatl¨¢ntica, una unidad que es esencial en el mundo en que vivimos. Bush necesita a los europeos para salir del atolladero de Irak y para llevar adelante su proyecto "transformador". La Uni¨®n ha hecho expresa su voluntad de cooperaci¨®n, aunque mantiene algunas reservas sobre la evoluci¨®n de Irak, pa¨ªs al que Bush califica ya como "la democracia m¨¢s nueva del mundo". Que Irak se convierta efectivamente en una democracia es algo que interesa a todos, pero no bastan unas elecciones para hacer una democracia.
Para Bush, la recomposici¨®n de la relaci¨®n transatl¨¢ntica es sencilla: "Liberamos Irak, la decisi¨®n se tom¨®, ya pas¨® y ahora es tiempo de que nos unamos por la paz". Los europeos responden en principio positivamente, y en un gesto modesto pero cargado de simbolismo, los socios de la OTAN han decidido un¨¢nimemente participar -unos dentro de Irak, otros desde fuera- en las tareas de formaci¨®n de polic¨ªas, militares y jueces iraqu¨ªes. Espa?a aportar¨¢ al fondo com¨²n medios y 400.000 euros. La UE y EE UU est¨¢n de acuerdo tambi¨¦n en albergar "conjuntamente" una conferencia internacional sobre la reconstrucci¨®n de Irak. Todo ello permite al menos avanzar de forma constructiva en el impulso de esa "nueva era de unidad transatl¨¢ntica" que Bush pretendi¨® abrir y que, forzosamente, habr¨¢ de ser diferente de la anterior, en la que la OTAN -abocada a una reforma, como ha sugerido Schr?der- sigue siendo la pieza central, pero quiz¨¢s ya no la ¨²nica.
El presidente norteamericano hab¨ªa pronunciado la v¨ªspera un discurso muy estudiado para producir un gran impacto, en el que abord¨® la cuesti¨®n que los europeos consideran prioritaria: impulsar un proceso de paz entre palestinos e israel¨ªes que lleve a la coexistencia de dos Estados democr¨¢ticos. El proceso de paz en Oriente Pr¨®ximo es condici¨®n previa para casi todo lo dem¨¢s. Pero hay otras manzanas de la discordia que siguen ah¨ª: la apuesta europea por la v¨ªa diplom¨¢tica para evitar que Ir¨¢n se dote de armas nucleares, mientras Bush no descarta otra opciones, aunque considere "rid¨ªcula" la idea de que EE UU se dispone a atacar ese pa¨ªs; el levantamiento del embargo europeo de venta de armas a China que ha propuesto Chirac; la Corte Penal Internacional o el Protocolo de Kioto.
Lo ocurrido con Chirac y Schr?der es significativo. Nadie ha cambiado. Francia y Alemania no van a mandar tropas a Irak. Y Chirac insiste en que no ha habido "concesiones" para la reconciliaci¨®n. Pero la reconciliaci¨®n se ha producido, lo que demuestra el peso del t¨¢ndem franco-alem¨¢n y el reconocimiento por parte de Bush de que la "Europa fuerte" se construye sobre ese eje con el a?adido de Londres. El castigo ha sido levantado, y el tono adoptado por Schr?der y Chirac tambi¨¦n se ha vuelto m¨¢s constructivo.
M¨¢s all¨¢ del saludo desenfadado y simp¨¢tico de Bush a Zapatero, el deshielo con Espa?a tambi¨¦n est¨¢ llegando, jalonado por palabras como "normalidad", "respeto" mutuo y "equilibrio", pronunciadas por el dirigente espa?ol, aunque desde la oposici¨®n, y especialmente su antiguo l¨ªder Aznar, se dediquen esfuerzos a entorpecerlo. Pero no hay que dramatizar. Espa?a est¨¢ haciendo esfuerzos en la lucha com¨²n contra el terrorismo, en Afganist¨¢n, o incluso en relaci¨®n a Irak, que independientemente de su inter¨¦s y valor en s¨ª mismos empiezan a obtener el reconocimiento de la Administraci¨®n de Bush. En el Consejo Europeo, Zapatero se encarg¨® de presentar los planes de desarrollo econ¨®mico y pol¨ªtico en el Mediterr¨¢neo desde la UE, un inter¨¦s que coincide con el que tiene Bush con su proyecto para el Gran Oriente Medio, ese "arco de reforma" que quiere ver desplegado de Marruecos a Afganist¨¢n. La seguridad de Espa?a pasa de forma esencial por la OTAN, por EE UU y por la UE, hasta el punto de que Zapatero se acogi¨® al adjetivo de "imprescindible" para calificar la relaci¨®n entre la Uni¨®n y Washington.
Es el eco europeo de la frase de Bush: "La alianza de Europa y Norteam¨¦rica es el principal pilar de nuestra seguridad". Algo que, por encima de las mutuas divergencias y cr¨ªticas, es una verdad pol¨ªtica de profundidad hist¨®rica, aunque posiblemente sea demasiado pronto para adivinar por d¨®nde va a ir esta alianza en el futuro. Y no es poco que, en este primer viaje al extranjero de su segundo mandato, Bush haya cortejado a la "Europa fuerte".
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