El paisito y Europa
Y trat¨® de imaginar -dijo en 1964 Cabrera Infante que Lewis Carroll hab¨ªa dicho- c¨®mo se ver¨ªa la luz de una vela cuando est¨¢ apagada. (In memoriam). ?C¨®mo se ven unas elecciones cuando el elector no se acerca a la urna? Es cosa de adivinar. (Adivinanza: ?en qu¨¦ se parece un cuervo a un escritorio?, y no fue Groucho quien lo pregunt¨®). Adivinar, y no echar mano de or¨¢culos. Carroll dec¨ªa: la respuesta es "producir unas cuantas notas, aunque sean un semitono m¨¢s bajas; ?y que nunca deben colocarse con el signo al rev¨¦s!". Probemos.
?Qu¨¦ sabes t¨² de este asunto?, le pregunt¨® el Rey a Alicia (no se refer¨ªa a las urnas, claro). Nada, dijo Alicia. ?Nada de nada?, insisti¨® el Rey. Nada de nada, le dijo Alicia. Esto es algo realmente trascendente, termin¨® sentenciando el monarca. La cosa estaba clara. No se sabe nada de nada, y esto es precisamente lo trascendente. (...Luego, el Conejo Blanco se entretuvo en enredar..., pero eso no cuenta). Pues bien, nada sabemos, nada de nada, del refer¨¦ndum europeo en el paisito, pero esto es justamente lo trascendente. Veamos: "producir unas cuantas notas, aunque sean un semitono m¨¢s bajas", dec¨ªa Carroll.
El domingo se nos convoc¨® a un refer¨¦ndum. Se trataba de Europa, escenario so?ado por el nacionalismo vasco. Al PSE-EE le iba tambi¨¦n lo suyo en ello (sumar puntos al efecto Zapatero); nada al PP, y bastante a Batasuna, EB, etc¨¦tera: negarse a todo. (?"Quieres que te planche la ropa?"; es habitualmente la madre quien lo dice. "?No!", es la respuesta est¨¢ndar en esa edad; "s¨¦ hacerlo s¨®lo", es lo que debe decirse. Muy propio entre los 18 y los 35 a?os -"tiempo de adolescencia"-, seg¨²n el Diccionario de la Real Academia). Hubo una semi-guerra partidista ese domingo. La hubo... y Guip¨²zcoa fue la v¨ªctima. Pero poca cosa: nadie sac¨® a su Brunete (y esto cuenta) para motivar a los suyos. Todo aquello cont¨® en los votos emitidos (porcentajes y dem¨¢s). Pero, para Alicia y nosotros, cuenta la abstenci¨®n, superior al resto de Espa?a: 57,5% frente a un 61,26%. Cuatro puntos, no son una an¨¦cdota. En un semitono m¨¢s bajo, cabe decir que nuestro plan, nuestro estado de ¨¢nimo entre vanidoso y narcisista, nos ha desmotivado.
Pongamos las cosas en su sitio: ning¨²n partido o tendencia hizo del tema su-tema. Era como si la cosa no fuera con ellos/nosotros, y f¨ªjate si iba. Nadie puso un cartel, nadie dio un mitin, apenas una se?al en esta campa?a. Daba lo mismo ir que no. Nada parec¨ªa jugarse en este reto. ?Europa?, una entelequia.
Import¨®, realmente, m¨¢s el estado de des¨¢nimo difuso que ha generado cierto Plan. ?Nos jugamos algo con esto?, ?el s¨ª o el no sirven para algo? No. Pues a recuperar fuerzas. Hay en la sociedad vasca un desasosiego desmovilizador. Dicho un semitono m¨¢s bajo, todo lo anterior nos puso muy nerviosos y preferimos descansar.
Hay quien de esto saca conclusiones sobre la peculiaridad del voto vasco (y de otros) o su particular evoluci¨®n. No hay tal, se lo aseguro. El agotamiento y la inquietud pasa factura. Los partidos movilizan cuando quieren hacerlo. Aqu¨ª, tan s¨®lo lo quisieron Ezker Batua y Batasuna (y bien poco). Un puntito para el PSE y Zapatero. El resto no ha movido un dedo. Ni uno s¨®lo.
Espero que, tras esto, Josu Jon, que hizo una clara apuesta europe¨ªsta, no acabe diciendo como su predecesor, que nosotros no llegamos a sancionar una Constituci¨®n europea... por lo que nos sentimos libres para jugar a ser la Oruga o el Grajo. Por ¨²ltimo imagin¨® c¨®mo ser¨¢, en el futuro, este gran proyecto, Europa. Y c¨®mo ser¨¢ Alicia cuando se convierta en mujer. Y pens¨¦, por pensar, que Alicia conservar¨¢ su sentido; que percibir¨¢ las peque?as tristezas y alegrar¨ªas, los goces de chiquillos sensatos, recordando los felices d¨ªas de anta?o. De hoy. Lo har¨¢... como que nieva en San Sebasti¨¢n. Es la luz que da una vela apagada.
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