Bronca po¨¦tica

La poes¨ªa catalana actual pasa por un momento parecido al de la escena politica: hay bronca. Y por motivos diametralmente opuestos: en el Parlament faltan pol¨ªticos, en las antolog¨ªas sobran poetas. La Setmana del Llibre acogi¨® el jueves un debate po¨¦tico entre Enric Casasses y Albert Roig, dos poetas de trayectoria consolidada, y el grupo emergente del colectivo Imparables, representado por Sebasti¨¤ Alzamora, H¨¨ctor Bofill y Manuel Forcano.

El cr¨ªtico Ricard Ruiz, moderador del acto, abri¨® la discusi¨®n anteponiendo los t¨¦rminos traici¨®n y tradici¨®n. Sebasti¨¤ Alzamora prefiri¨® situar el debate entre los terminos triar y trair (elegir y traicionar), y afirm¨® que no se trata de traicionar, sino de escoger los autores de la tradici¨®n que a uno m¨¢s le interesan. Alzamora situ¨® el origen de la presente bronca en la pol¨¦mica que ¨¦l mismo desat¨® hace unos a?os al atacar la figura de Carner, al que calific¨® de poeta mediocre y sobrevalorado. La irritaci¨®n que caus¨® la pol¨¦mica sobre Carner es, seg¨²n Alzamora, un s¨ªntoma del cambio que se est¨¢ produciendo en la percepci¨®n del canon catal¨¢n. Albert Roig defendi¨® a Carner, "un poeta que fue inc¨®modo para Carles Riba y para Salvador Espriu, y que fue borrado con lej¨ªa y salfum¨¢n hasta que Gabriel Ferrater lo reivindic¨®". Para Albert Roig, intentar destronar a Carner no es nada original, no supone un avance, sino un paso atr¨¢s. Alzamora, por su parte, reconoci¨® que desde aquella pol¨¦mica "ha cogido un cierto cari?o por Carner". H¨¨ctor Bofill insinu¨® que como poeta formado en los a?os noventa tuvo que tragar mucho Carner en el bachillerato. Seg¨²n Bofill, "la poes¨ªa de estirpe carneriana que domin¨® durante los ochenta y los noventa, las dos d¨¦cadas de la blandura, es una poes¨ªa de gran nitidez formal, pero que no llega a plantear las cuestiones de fondo". Enric Casasses se sublev¨® ante esta afirmaci¨®n y acus¨® a Bofill de haber le¨ªdo a Carner "en Diagonal y Gran Via".

Manuel Forcano defendi¨® los ca?onazos contra el canon siempre que sirvan para ampliarlo y reivindic¨® a los poetas de su tradici¨®n, los que por formaci¨®n ha le¨ªdo m¨¢s, autores ¨¢rabes cl¨¢sicos o de la tradici¨®n hebrea contempor¨¢nea. "La tradici¨®n es, evidentemente, internacional", dijo Casasses. "Los poetas que s¨®lo leen poes¨ªa y que s¨®lo leen en su idioma normalmente son malos. A m¨ª me interesa la poes¨ªa. La cultura no me interesa, la cultura es el enemigo. Cuando iba a la escuela, ten¨ªa muy claro que todo lo que me ense?aban era mentira. En la escuela solo te ense?an generalidades y clich¨¦s. El arte es la expresi¨®n profunda de la interioridad, de la persona y la colectividad, y no esta sometido a ninguna correcci¨®n pol¨ªtica ni a ning¨²n canon. En la d¨¦cada de los noventa yo estaba leyendo Domini m¨¤gic, de Vinyoli. No me enter¨¦ de que fuera la d¨¦cada de Carner".

Se discuti¨® tambi¨¦n si la lengua debe ser una herramienta o una labor en s¨ª misma. Bofill lament¨® el exceso de formalismo ling¨¹¨ªstico y Forcano afirm¨® que en su poes¨ªa lo importante es el mensaje. Roig acus¨® a los Imparables de ser program¨¢ticos sin saber muy bien lo que hacen. Alzamora respondi¨® que Roig tambi¨¦n ha publicado panfletos y antolog¨ªas beligerantes. H¨¦ctor Bofill afirm¨® que los Imparables son una amenaza porque su est¨¦tica se define por una actitud de belicosidad, sea pol¨ªtica o antirreligiosa. Casasses le contest¨® que si hubieran le¨ªdo los cuadernos de exorcismos de Verdaguer, sabr¨ªan de verdad lo que es la belicosidad. "La poes¨ªa es siempre antirreligiosa porque es espiritual. Carner era cat¨®lico, pero era m¨¢s poeta que cat¨®lico", dijo Casasses. "Carner no me ense?a nada sobre Cristo, pero me convence sobre cosas muy profundas del genoma humano". Casasses acab¨® leyendo una cita de Joan Fuster, que en el a?o 70 escrib¨ªa: "Todav¨ªa no entiendo la fobia al noucentisme de tantas criaturas universitarias que no son m¨¢s que cagallonets noucentistes con mala conciencia". Alzamora le contest¨® citando a Bartomeu Fiol: "El problema de este pa¨ªs, como el de muchos otros, es la cantidad de hijos de puta engendrados por tantas madres santas". Y Casasses le respondi¨® con un t¨ªtulo del mismo Fiol: Tot jo ¨¦s una exageraci¨®.