Alemania: la tasa de paro insoportable
EL PESO DE ALEMANIA en la econom¨ªa europea es incomparablemente mayor que el de cualquier otro pa¨ªs de la UE; por ello su conyuntura se sigue con especial inter¨¦s. Los ¨²ltimos datos conocidos de la misma -disminuci¨®n del PIB y desempleo- han generado en la zona una oleada de pesimismo. Al finalizar febrero, Alemania super¨® los 5,2 millones de parados, lo que supone una tasa de desempleo del 12,6% de la poblaci¨®n activa y una cifra absoluta mayor que la que hab¨ªa al finalizar la II Guerra Mundial.
Siendo estos datos lo suficientemente catastr¨®ficos en s¨ª mismos, peores lo son en relaci¨®n con un mes antes o con el mismo mes del a?o anterior: 177.000 y 575.000 nuevos parados, respectivamente. Lo que significa que se acelera el mal.
?C¨®mo puede administrar un Gobierno socialdem¨®crata la mayor cifra de paro desde el final de la II Guerra Mundial? En el ¨²ltimo a?o, el n¨²mero de parados en Alemania ha aumentado en medio mill¨®n de personas
Las repercusiones electorales de esta tasa de paro insoportable se manifestar¨¢n en las elecciones generales del a?o que viene, toda vez que Schr?der gan¨® las de 1998 bajo la promesa de que reducir¨ªa el desempleo que, en aquel momento, afectaba s¨®lo a 4,4 millones de personas. La oposici¨®n, que hace un mes (cuando el desempleo super¨® por primera vez la barrera de los cinco millones) acus¨® al canciller de abonar el terreno al neonazismo con tal volumen de paro, ahora ha cambiado de estrategia: le ofrece su ayuda para firmar un Pacto por Alemania para recortar el desempleo si la coalici¨®n de socialdem¨®cratas y verdes que manda en Berl¨ªn instrumenta un plan de 10 medidas, con efectos inmediatos sobre la econom¨ªa. Mientras ello sucede, el SPD va perdiendo comicio tras comicio, el ¨²ltimo de ellos en el Estado de Schleswig-Holstein. Hasta el pr¨®ximo, el mes que viene.
Se aducen tres tipos de razones para explicar los enormes vol¨²menes de desempleo: primero, que las reformas al generoso Estado de bienestar alem¨¢n, ordenadas en la llamada Agenda 2010, todav¨ªa no han surtido efecto. Segundo, razones estad¨ªsticas: ha cambiado la forma de medir el paro, lo que ha a?adido decenas de miles de personas a las listas oficiales; los parados de larga duraci¨®n que cobran ayuda social y est¨¢n en condiciones de trabajar, antes figuraban como indigentes, mientras que desde principio de a?o tienen que inscribirse como parados.
La tercera raz¨®n es el enfriamiento econ¨®mico: la econom¨ªa alemana se contrajo un 0,2% en el ¨²ltimo trimestre del a?o. ?Por qu¨¦?: la revalorizaci¨®n del euro respecto al d¨®lar (a pesar de lo cual, la tabla de salvaci¨®n de Alemania siguen siendo sus competitivas exportaciones) o el incremento del precio del petr¨®leo. El mi¨¦rcoles pasado, cuando se hizo p¨²blica la estad¨ªstica del paro alem¨¢n, el precio del barril de petr¨®leo bat¨ªa de nuevo r¨¦cord tanto en Londres como en EE UU, superando en ambos casos los 51 d¨®lares.
Excepto el Gobierno alem¨¢n y la Comisi¨®n Europea, por el momento, el resto de las instituciones est¨¢ pronosticando una reducci¨®n del crecimiento econ¨®mico para el a?o en curso. Lo ha hecho el FMI (del 1,8% al 0,8%), el Banco Central Europeo o los llamados cinco sabios (consejo de economistas que asesoran al Gobierno), que rebajan el crecimiento del PIB alem¨¢n al 1% en 2005.
En ese entorno de pesimismo, algunas medidas de ajuste de plantillas causan esc¨¢ndalo. El mismo d¨ªa que la primera instituci¨®n financiera del pa¨ªs, el Deutsche Bank, anunciaba sus resultados de 2004, con un crecimiento del beneficio del 87%, tambi¨¦n manifestaba su voluntad de despedir a 5.000 trabajadores de la entidad "para continuar siendo competitivo". La portavoz de Asuntos Financieros de Los Verdes calificaba de "inmoral" al banco a la vista de los m¨¢s de cinco millones de parados. Y un dirigente de la Democracia Cristiana ampliaba el foco de las cr¨ªticas y dec¨ªa: "Es una se?al de que la ¨¦tica en la econom¨ªa amenaza con desaparecer". Palabras que muchos considerar¨¢n demod¨¦s en el entorno ultracompetitivo en el que vivimos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.