El juicio contra 33 dirigentes de Jarrai, prueba de fuego para las tesis de Garz¨®n
El juez sostiene que ETA no son s¨®lo los 'comandos', sino las organizaciones de su entorno
El juicio contra 33 dirigentes o militantes de las organizaciones juveniles Jarrai, Haika y Segi, a los que se acusa de ser miembros de ETA, supone la primera prueba de fuego para la tesis del juez Baltasar Garz¨®n en el macrosumario 18/98. Seg¨²n el magistrado, todos los grupos que conforman la denominada izquierda abertzale son "ap¨¦ndices" de la organizaci¨®n terrorista y responden a sus directrices. El fiscal Enrique Molina sustenta sus acusaciones en documentos confiscados a etarras e informes policiales. La defensa defiende la militancia de los procesados en temas exclusivamente juveniles.
Hoy, domingo, se cumplen cuatro a?os desde que la polic¨ªa detuviera a 15 j¨®venes de Haika en la Operaci¨®n Sugekumea, cr¨ªa de la serpiente en euskera. Un golpe policial contra lo que el Ministerio del Interior y Garz¨®n consideraban el "vivero" de ETA y los responsables ¨²ltimos de los sabotajes. Varias operaciones m¨¢s elevaron a 42 el n¨²mero final de procesados en esta causa.
La vista, iniciada en la Audiencia Nacional el pasado 7 de febrero, es como para hacer perder la paciencia a cualquiera. Incluido el presidente de la sala. El juicio estuvo marcado en sus primeras sesiones por las maniobras de la defensa en las cuestiones previas para intentar que la vista no arrancara.
De entrada, s¨®lo 33 de los 42 procesados se sientan en el banquillo. Varios ya se encontraban en paradero desconocido desde la instrucci¨®n de la causa. Sin embargo, dos de los imputados, que estaban en libertad provisional, no se presentaron al juicio: Izaskun Lesaka, para la que se solicitan 10 a?os de prisi¨®n, y Asier Tapia Zulaika, para el que el fiscal reclama 111 a?os de c¨¢rcel, por integraci¨®n en ETA, da?os terroristas y delito de incendio.
El fiscal Enrique Molina sostiene que Jarrai y las organizaciones que le sucedieron, Haika y Segi, eran instrumentos de ETA y respond¨ªan a sus directrices ya que ten¨ªan "una dependencia pol¨ªtica, organizativa, financiera y en su caracterizaci¨®n como cantera de militantes para el frente armado". Jarrai y sus sucesoras, seg¨²n el fiscal, se encargaban de organizar la lucha callejera o kale borroka.
Las sesiones de estas semanas han dado un poco para todo. Desde el calent¨®n del presidente de la Sala, F¨¦lix Alfonso Guevara, en las desesperantes jornadas iniciales -un juez peculiar que ha demostrado manga ancha en los interrogatorios e incluso sentido del humor en algunos momentos-, hasta el accidentado servicio de traducci¨®n del euskera al castellano, con errores de bulto como confundir una ETT con ETA. Y sin olvidar la presencia de los dos observadores enviados por el Gobierno vasco para comprobar que se "respetan todas las garant¨ªas" a los acusados. Iniciativa que soliviant¨® al Consejo General del Poder Judicial, que la entendi¨® como un intento del Ejecutivo vasco de "desacreditar" la justicia en Espa?a.
M¨¢s que un juicio
Pero en este juicio se ventila algo m¨¢s que el futuro de 33 j¨®venes. La multitudinaria manifestaci¨®n celebrada el pasado domingo en Bilbao en defensa de los derechos civiles y pol¨ªticos a los acusados en los procesos al entorno de ETA ha puesto al mundo abertzale, acompa?ado por otras fuerzas pol¨ªticas y sociales vascas, de nuevo cotizando en la calle. Una demostraci¨®n de fuerza que ese mundo fue incapaz de realizar cuando los jueces ilegalizaron Batasuna, en marzo de 2003. A ello hay que sumar el apoyo logrado por la plataforma 18/98+ de destacados dirigentes o figuras del PNV como Joseba Egibar o Xabier Arzalluz o de consejeros del Gobierno vasco como Joseba Azkarraga (EA). El propio Arzalluz no ha ocultado que no le hace ninguna gracia la kale borroka, pero que "menos gracia" le hace la justicia con Garz¨®n. En el fondo, est¨¢n las visiones contrapuestas entre los nacionalistas y Ezker Batua y los socialistas y populares en relaci¨®n con la ilegalizaci¨®n de Batasuna, el "recorte de libertades" y los caminos para acabar con el terrorismo de ETA, seg¨²n coinciden diversos observadores.
A medida que ha avanzado la vista, todo ha sido una carrera de obst¨¢culos que finalmente han podido ser m¨¢s o menos salvados por el buen hacer del presidente del tribunal.
Tras los testimonios de los 33 encausados, que no han querido contestar a las preguntas del fiscal Molina, cada parte ha ido mostrando sus cartas en los interrogatorios de los testigos. El abogado de la acci¨®n popular en representaci¨®n de la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo (AVT), Pedro Cerrac¨ªn, ha encaminado sus cuestiones a intentar hacer algo de luz en la financiaci¨®n de las tres organizaciones juveniles. Y en vincular a Jarrai, Haika y Segi con la violencia callejera. El fiscal Enrique Molina se ha hecho fuerte en sus interrogatorios en la teor¨ªa de que todo est¨¢ al servicio de los terroristas en el entramado de organizaciones, herriko tabernas y dem¨¢s plataformas dise?ado supuestamente por la direcci¨®n de ETA. Por el contrario, la defensa, Jone Goirizelaia y Arantza Zulueta, se esfuerza en desvincular todas esas organizaciones de ETA y de los sabotajes y en relacionar su "trabajo pol¨ªtico" exclusivamente con los problemas de la juventud.
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