Anclajes
La oportunidad de crear consensos en un pa¨ªs es ¨²nica. Normalmente, uno de los principales problemas de las econom¨ªas en v¨ªas de desarrollo es el desacuerdo sobre las reformas que han de implementarse para salir de la pobreza. Este enfrentamiento es una causa fundamental que suele ralentizar el progreso. Por tanto, llaman la atenci¨®n algunos casos en los cuales ciertas econom¨ªas han sido capaces de implementar una gran cantidad de reformas en un periodo de tiempo relativamente corto. Un caso paradigm¨¢tico en este sentido es el de Turqu¨ªa, un pa¨ªs cuyo ingreso per c¨¢pita es menor al 30% del promedio en la Uni¨®n Europea y similar al observado en Argentina o Brasil. Dicho ingreso permaneci¨® estancado en niveles bajos durante varios a?os, en una econom¨ªa sometida a altas y persistentes tasas de inflaci¨®n y con crisis financieras recurrentes. Esta falta de progreso refleja, en parte, la incapacidad de la sociedad turca en el pasado para crear instituciones que aseguraran una estabilidad macroecon¨®mica de largo plazo y promovieran el crecimiento sostenido.
La promesa de la Uni¨®n Europea ha servido como un ancla que afianza el proceso reformador en Turqu¨ªa
Sin embargo, con un claro objetivo en el punto de mira (la adhesi¨®n a Europa), el Gobierno del Partido Justicia y Desarrollo (AKP) ha cambiado en los ¨²ltimos dos a?os a la econom¨ªa turca. As¨ª, los logros obtenidos en los ¨²ltimos dos a?os se han visto recompensados con un mayor crecimiento (el PIB real experiment¨® un aumento cercano al 8,5% en 2004), menores niveles de inflaci¨®n (en un solo d¨ªgito por primera vez en mucho tiempo) y, sobre todo, con una mejor percepci¨®n del pa¨ªs en el exterior. As¨ª, la estabilidad alcanzada y la promesa de nuevas reformas para acceder a la UE sit¨²an a Turqu¨ªa como una de las econom¨ªas con mayor potencial de crecimiento a nivel mundial.
Encontrar un aliciente que provoque consensos y permita reformar no es f¨¢cil. La mayor¨ªa de los pa¨ªses pobres saben que la UE no est¨¢ disponible para todos. Sin embargo, econom¨ªas como la mexicana o la chilena han comenzado por firmar tratados comerciales que integren a sus empresas en los procesos de producci¨®n de los pa¨ªses ricos. Aunque dichos acuerdos no tienen el calado del proceso de integraci¨®n econ¨®mica experimentado en Europa, resultan un buen punto de partida, como lo demuestra el comportamiento de estas econom¨ªas en los ¨²ltimos a?os.
Miguel Cardoso Lecourtois es economista del Servicio de Estudios de BBVA.
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