El final de una pesadilla
El Grupo Berg¨¦ se libra de Napesa por incumplimiento de contrato
El Grupo Berg¨¦ ha necesitado cinco a?os para librarse de Naviera Peninsular, por la que pag¨® 7,29 millones de euros sin saber que estaba en quiebra. Un juzgado decidi¨® la pasada semana la "resoluci¨®n del contrato por incumplimiento de los vendedores", que deber¨¢n devolver el importe de la compra m¨¢s una indemnizaci¨®n por da?os y perjuicios.
La indemnizaci¨®n por da?os y perjuicios puede alcanzar los 8,062 millones de euros, seg¨²n el informe pericial
En marzo de 2000, la familia Berg¨¦ compr¨® a la bilba¨ªna Acha Napesa por 12,02 millones de euros, de los que dej¨® pendientes de pago 4,81 millones hasta conocer la situaci¨®n exacta de la empresa. Ese d¨ªa se inici¨® una pesadilla para el Grupo Berg¨¦. La quiebra de Napesa se decret¨®, con fecha de abril de 2000, el 15 de febrero de 2001 con un pasivo de 16,59 millones de euros. Berg¨¦ hizo la compra sin haber realizado antes diligencias previas. La sentencia justifica la resoluci¨®n del contrato en la doctrina del Tribunal Supremo de "inhabilidad del objeto vendido para cumplir la finalidad para la que se vendi¨®".
Napesa ten¨ªa sus 23 barcos en funcionamiento en el momento de la compra y como medida de precauci¨®n Berg¨¦ dejo de pagar una cantidad para incidencias. Raimundo Segura, socio director del ¨¢rea mercantil de Cuatrecasas, y Marta Gispert, abogada de la misma firma, que han llevado el caso para Berg¨¦, se?alan tambi¨¦n que se condion¨® el precio final a los informes de auditoria de Arthur Andersen (hoy Deloitte) y de la empresa de inspecci¨®n de buques London Shipping Consultancy. El precio final de la operaci¨®n lo deb¨ªa establecer Deloitte, seg¨²n el acuerdo alcanzado.
Lo que realmente no se esperaba es que la empresa no valiera nada. "Era dif¨ªcil establecer un precio porque solamente estaba auditada la contabilidad de la cabecera, las filiales no consolidaban", afirma Segura. Los buques estaban tan deteriorados que necesitaban, seg¨²n la consultora brit¨¢nica, reparaciones m¨ªnimas por valor de 7,99 millones de euros para poder navegar y m¨¢ximas de hasta 9,37 millones. Sin reparaciones no pod¨ªan navegar. De hecho, los buques no se han reparado y algunos ni siquiera se han achatarrado. Algunos se han hundido para hacer un parque tem¨¢tico de buceo.
La resoluci¨®n judicial del contrato, m¨¢s all¨¢ de la devoluci¨®n del precio de compra y sus intereses, recoge una indemnizaci¨®n sin cuantificar por los da?os y perjuicios. Cuatrecasas presento una valoraci¨®n de da?os, confirmada por un perito judicial, por un importe total de 8,062 millones de euros. En esta cantidad se incluyen, entre otros, las gastos e indemnizaciones laborales a los 150 trabajadores de Napesa.
Aunque la sentencia se puede recurrir ante el Tribunal Supremo, Berg¨¦, conforme a la Ley de Enjuiciamiento Civil, va a solicitar su ejecuci¨®n inmediata y la recuperaci¨®n del m¨¢ximo posible de lo gastado en una operaci¨®n de pesadilla. De los 16,59 millones que pagaron hace cinco a?os hubo un ala de la familia que devolvi¨® 1,2 millones al considerar que la operaci¨®n hab¨ªa sido un enga?o. Este sector queda fuera de la sentencia.
El Grupo Berg¨¦ solicit¨® en primer lugar la anulaci¨®n del contrato, lo que supondr¨ªa que nunca existi¨®, pero se conforma con su segunda petici¨®n: la resoluci¨®n por incumplimiento y, por tanto, no recurrira la sentencia.
Larga carrera judicial
El Grupo Berg¨¦ inici¨® una carrera en los tribunales en tres jurisdicciones, la civil, la laboral y la penal. Todav¨ªa hoy quedan varios frentes abiertos. La v¨ªa civil se acaba de cerrar, pero a la familia Acha le queda abierta la posibilidad de recurrir ante el Tribunal Supremo, aunque deber¨¢n hacer frente al pago que establece la sentencia. La v¨ªa penal est¨¢ estancada y no se espera mucho de su curso.
La v¨ªa laboral fue la m¨¢s r¨¢pida. La primera sentencia fue dictada en Bilbao a favor del Grupo Berg¨¦. Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia del Pa¨ªs Vasco le dio la vuelta. Berg¨¦ tuvo que hacer frente a las indemnizaciones laborales y decidi¨® entonces, a trav¨¦s de sus abogados de Cuatrecasas, recurrir la sentencia ante el Tribunal Constitucional por vulneraci¨®n del derecho de defensa al considerar que el Superior no se limit¨® a revisar la prueba, sino que hizo una nueva valoraci¨®n.
Aunque los frentes siguen abiertos, la sentencia en la jurisdicci¨®n civil supone un alivio para el Grupo Berg¨¦, que desde el origen del conflicto se ha sentido como el principal perjudicado y ha tenido que hacer frente a todos los gastos de liquidaci¨®n de Napesa.
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