Nubarrones sobre Beirut
Las fichas en el damero de Oriente Pr¨®ximo se mueven r¨¢pidamente desde la guerra de Irak, y era previsible que en un escenario de tanto riesgo y fragilidad como L¨ªbano el conflicto adquiriera especial crudeza. Tras dos semanas en que la oposici¨®n libanesa ha conseguido derribar al Gobierno prosirio y arrancar una promesa de retirada de las tropas de Damasco, ayer qued¨® patente de nuevo el peligro del desgarro cuando el movimiento fundamentalista chi¨ª Hezbol¨¢, con firmes lazos con Siria e Ir¨¢n, anunci¨® una manifestaci¨®n en Beirut en desaf¨ªo a las fuerzas pol¨ªticas antisirias. El poder chi¨ª se moviliza frente a las afirmaciones nacionales antisirias y lo que considera un avance de la pol¨ªtica estadounidense en la regi¨®n.
Teher¨¢n y Damasco se sienten especialmente amenazados por los acontecimientos en Irak y los movimientos pol¨ªticos en la zona. La muerte en atentado del ex primer ministro Rafiq Hariri moviliz¨® a los libaneses que protagonizaron con el pol¨ªtico asesinado el ¨¦xito de la reconstrucci¨®n del pa¨ªs tras una terrible guerra civil de 15 a?os. Su respuesta masiva en las calles de Beirut a un magnicidio sin reivindicar se ha dirigido contra Siria, que controla militarmente L¨ªbano desde hace 30 a?os, en violaci¨®n no s¨®lo de los acuerdos de Taif de 1989, sino tambi¨¦n de una resoluci¨®n del Consejo de Seguridad del a?o pasado, que exige la salida de los 15.000 soldados sirios y el desarme de decisivas milicias integristas como Hezbol¨¢.
El r¨¦gimen baazista sirio es consciente de su fragilidad extrema. Est¨¢ bajo intenso escrutinio de Washington y de la Uni¨®n Europea por su m¨¢s que ambiguo papel en la crisis global de Oriente Pr¨®ximo, y especialmente por las sospechas sobre su colaboraci¨®n con el terrorismo islamista. En una concertaci¨®n casi ins¨®lita, desde el presidente Bush hasta Rodr¨ªguez Zapatero y los principales l¨ªderes europeos, pero tambi¨¦n Arabia Saud¨ª, han exigido el final inmediato de la presencia siria en L¨ªbano.
El s¨¢bado, el presidente sirio anunci¨® una retirada gradual del pa¨ªs vecino en dos fases, pero sin fecha, dependiendo de sus "necesidades log¨ªsticas", en concertaci¨®n con su hombre de paja en Beirut, el presidente Emile Lahud, y sin menci¨®n alguna a su tupida red de servicios secretos. Siria es maestra en el arte de trampear, que ha ejercido durante d¨¦cadas. Quiz¨¢ por ello, la Casa Blanca considera poco concreto el plan de Damasco y exige, bajo amenaza de sanciones, la salida de todas sus fuerzas -espionaje incluido- antes de las elecciones de mayo en L¨ªbano.
Aun con todas sus ambig¨¹edades, el repliegue sirio, de concretarse, vendr¨ªa a ser una peque?a revoluci¨®n en Oriente Pr¨®ximo. Pero son muchos los intereses que quieren sortear a toda costa su inevitable consecuencia: el aumento del peso de EE UU en una regi¨®n cr¨ªtica. De ah¨ª la ominosa amenaza de enfrentamiento armado entre libaneses.
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