El Dep¨®sito de Aguas cobra vida

El antiguo Dep¨®sito de Aguas de Vitoria se ha convertido en una sala de exposiciones que fascina a los artistas, pero que ofrece el reto de una estructura compleja, en la que el creador tiene m¨¢s que perder que ganar, incluso cuando realiza su obra expresamente para este espacio. En esta ocasi¨®n, Concha Jerez (Las Palmas, 1941) y Jos¨¦ Ig¨¦s (Madrid, 1951) han solventado con acierto la oferta del Centro Cultural Montehermoso, responsable de la sala, para que preparasen un trabajo expresamente para el lugar: im¨¢genes y s¨®nidos crean una atm¨®sfera fluida para reflexionar sobre el mismo concepto que titula el proyecto: Persona.

La propuesta de esta pareja de reconocidos recreadores de espacios es la tercera del ciclo Urpean, que inici¨® Jorge Girbau con Ekain y continuaron Javier Tudela y Francisco Ruiz de Infante y su Doble o nada. Son proyectos que no tienen un periodicidad concreta, en los que los artistas cuentan con plena libertad para preparar su trabajo en dicho espacio.

La propuesta es la tercera que se pone en marcha dentro del ciclo Urpean

"El Dep¨®sito es un monumento extraordinario de esta ciudad: se presenta como un organismo vivo que ha sido fuente de vida de Vitoria durante muchos a?os, todo un aliciente para el asunto que quer¨ªamos tratar, el de la persona", comenta Concha Jerez. Un asunto espinoso, dif¨ªcil de abarcar, susceptible de recreaciones que pod¨ªan ahogar el propio espacio. Pero lo que se ofrece es, en palabras del comisario Fernando Illana, "un vac¨ªo lleno de presencias". La extraordinaria arquitectura del Dep¨®sito se muestra al desnudo, s¨®lo invadida por cuatro grandes proyecciones estrat¨¦gicamente colocadas y dos peque?as instalaciones.

El resto de la propuesta queda en manos del visitante que se convierte en actor que completa la obra, pues su deriva por el espacio hace que salten distintos sensores que despiertan luces y sonidos dormidos. Si las im¨¢genes creadas por Concha Jerez muestran un continuo fluir acu¨¢tico en el que se insertan los propios artistas y otras personas vinculadas al Centro Montehermoso, en los sonidos se aprecia la mano de Jos¨¦ Iges, uno de los referentes de la m¨²sica contempor¨¢nea espa?ola, como muestra en su programa radiof¨®nico Ars sonora de Radio Cl¨¢sica.

Ese continuo saltar de sonidos motivado por el propio paso de los visitantes se podr¨ªa convertir en un barullo insoportable. La mano de Iges consigue que la sonoridad del Dep¨®sito de Aguas convierta, en cambio, en acompa?amiento seductor el flujo de sonidos que surgen en la deriva de quienes deambulan por el lugar en busca de nuevas im¨¢genes que aparecen en las columnas en sombras.

Las dos instalaciones peque?as hablan m¨¢s de la intimidad de la persona. La primera recrea un probador de una tienda de ropa con una proyecci¨®n en la que se entra en la intimidad de seres sin nombre conocido que se visten y desvisten. La segunda es una puerta con una placa en la que pone "persona" y una mirilla con sorpresa, la m¨¢s llamativa de una instalaci¨®n que no deja lugar al aburrimiento.