Santo equilibrio
En este pa¨ªs se caen las ideas y las personas y los sistemas de pura inutilidad, arca¨ªsmo, de antihistoria. Pero desde el suelo siguen mandando. Me refiero a monse?or Rouco, que perdi¨® la presidencia de la Conferencia Episcopal, pero s¨®lo por un voto de sus iguales (hay 77 en Espa?a, qu¨¦ suntuosidad). Ir¨¢ al Vaticano, donde tiene ya un cargo en la curia. All¨ª esperar¨¢ a que su m¨¢ximo patr¨®n disponga el fin de Wojtyla; y entrar¨¢ en el c¨®nclave, y pesar¨¢ mucho en la elecci¨®n del sucesor: o ser¨¢ ¨¦l. Todo depende del Esp¨ªritu Santo; puede que la palomilla -"o paixaro divino", he o¨ªdo en no s¨¦ qu¨¦ autonom¨ªa- se pose sobre su solio y sea ¨¦l el nuevo Pont¨ªfice. Gran D¨ªa para Legionarios, Kikos, Opus. No hay muchas probabilidades, pero s¨ª alguna. Y si no puede ser ¨¦l, podr¨ªa llegar otro similar. Si tomamos la Conferencia espa?ola como pron¨®stico, veremos una transici¨®n ligera, un tanteo. A monse?or Bl¨¢zquez se le tiene por moderado: sin embargo, viene de dirigir el Santo Oficio, la Inquisici¨®n, cuyo jefe mayor es el tristemente c¨¦lebre cardenal Ratzinger. No se puede decir que tenga distintas apreciaciones sobre la sexualidad de cada uno, el divorcio o el aborto: no las puede tener, y en su oferta de aproximarse al Gobierno est¨¢ la posibilidad de conseguir que el Gobierno se vuelva atr¨¢s de algo. Por ejemplo, la eutanasia, que entre todas las reformas se ha quedado en el aire y sobre la que no hay nada escrito. Un obispo es un obispo, qu¨¦ caray.
Pero no est¨¢ solo. Le han puesto un vicepresidente, el arzobispo Ca?izares, quien, utilizando las met¨¢foras de aves y p¨¢jaros, es un halc¨®n. Tiene a Toledo estremecido. En el buen sentido: en el de la defensa de la fe, y en la persecuci¨®n de lo que, seg¨²n dec¨ªa el acabado Rouco, es el pecado masivo. Se refer¨ªa a Madrid; pero en este aspecto creo que en todas partes es igual. Sobre todo desde que se acab¨® la provincia y comenzaron las autonom¨ªas: toda pol¨ªtica es pecado. Todos somos masivos. Supongo que Bl¨¢zquez y Ca?izares van a conseguir un santo equilibrio. En fin, m¨¢s vale as¨ª; pero nadie debe hacerse ilusiones de que su pecado va a ser borrado de la tabla. No digo ya para el cielo, que es un puro arca¨ªsmo, sino aqu¨ª en la tierra, que es donde todo importa. Mientras le dejen a uno pecar tranquilamente en la tierra, sin ¨¢nimo de ofender a nadie, todo ir¨¢ bien.
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