Incidentes entre los hinchas y Ronaldo
"?Peseteros! ?A picar piedras os pon¨ªa yo!". As¨ª gritaba la se?ora, de unos 50 a?os, pasajera del Airbus que trajo al Madrid de Tur¨ªn el jueves de madrugada. Eran las 2.00 pero la mujer, fuera de s¨ª, no se arredr¨® y la empe?¨® a gritos con los futbolistas que se tend¨ªan abatidos en los asientos de la clase business. Encerrado con su directiva en la punta del avi¨®n, en la primera clase, Florentino P¨¦rez diger¨ªa con dificultad el caldo del fracaso y el insulto mezclados en una misma velada.
Momentos antes de subir al avi¨®n, el presidente madridista hab¨ªa pasado por el embudo del detector de metales del aeropuerto de Tur¨ªn, donde cientos de seguidores se apelotonaron en un estado que combin¨® el abatimiento, el rencor y la histeria. Algunos aficionados, al paso de los jugadores y la comitiva presidencial, lanzaron insultos y objetos. Un grupo muy numeroso enton¨® c¨¢nticos. Los m¨¢s civiles incluyeron las siguientes consignas: "?Jugadores peseteros!" "?Mercenarios!" "?Queremos jugadores que sientan el escudo!" "?Florentino dimisi¨®n!".
En medio del fragor, el ¨²nico futbolista que se revolvi¨® para enfrentarse con la turba fue Ronaldo. El delantero brasile?o, herido por los insultos de unos seguidores, replic¨® y se abalanz¨® sobre ellos. La intervenci¨®n de la polic¨ªa italiana evit¨® que los contendientes llegaran a la confrontaci¨®n f¨ªsica. Ronaldo qued¨® muy afectado por el incidente pero no fue lo ¨²ltimo que debi¨® soportar. Ya en el avi¨®n, tuvo que escuchar los reproches de la mujer de 50 a?os que lo habr¨ªa puesto a trabajar en una mina.
Este clima de tensi¨®n se acentu¨® por una causa inesperada: una huelga de controladores en la torre del aeropuerto de Marsella. El paro, de una hora y media de duraci¨®n, oblig¨® al avi¨®n del Madrid a retrasar su despegue durante dos horas. Esto hizo que los hinchas indignados conviviesen con los jugadores en pocos metros cuadrados. Los directivos se refugiaron en la primera clase y pusieron guardias de seguridad en los pasillos. Pero el jam¨®n y la Coca-Cola, que circularon por doquier, calmaron al m¨¢s exaltado.
"El vestuario estaba muy abatido", dijo ayer Butrague?o a la agencia Efe. "Despu¨¦s de lo de ayer [por el mi¨¦rcoles] hemos pasado una noche mala, muy triste, porque se desplazaron muchos aficionados con la esperanza de llevarse una satisfacci¨®n. Millones de personas se llevaron una tristeza enorme; el madridismo llor¨® y nosotros lo lamentamos como miembros que somos de esa familia".
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