Las verdades contradictorias
ELVIRA LINDO gana el Biblioteca Breve con una novela escrita en primera persona. Todo lo que el lector sabe de Rosario lo sabe por ella misma. De la misma manera que todo lo que sabemos de los que rodean a Rosario. Eso en lo tocante a las experiencias que se cruzan en la trama. Pero hay una circunstancia que enriquece enormemente la trabaz¨®n ideol¨®gica de Una palabra tuya. Pueden resultar chocantes muchas de las cosas que piensa Rosario, pero tambi¨¦n las que piensan Milagros y Morsa. Chocantes o asentidas. Este sustrato ideol¨®gico (en el sentido, lo digo, en que se cruzan y se enfrentan en esta novela varias ideas sobre varios temas: la religi¨®n, la muerte, el cuidado de una madre con Alzheimer, la memoria familiar, la infidelidad, las creencias, la soledad, el miedo, etc¨¦tera) no deja nunca de darnos la sensaci¨®n de esa libertad de pensamiento t¨ªpico del discurso polif¨®nico que defini¨® el ruso Bajtin respecto a Los hermanos Karamazov de Dostoievski. En ning¨²n momento de la novela, Rosario abandona a su madre, ni cuando estaba sana ni cuando fue contrayendo su terrible enfermedad. Incluso en ning¨²n momento se dice que lo hace por obligaci¨®n. Y sin embargo el lector sentir¨¢ ese aire tosco, insensible, de Rosario cuando intenta racionalizar sus sentimientos respecto a su madre. La misma difusa insensibilidad y tosquedad, tal vez como una cierta extra?eza (extra?eza a lo Meursault en El extranjero, la misma que llamaba la atenci¨®n a Sartre) respecto a sus compa?eros de trabajo, Morsa y la misma Milagros. Extra?eza o distancia. Dos mecanismos impecables, como mostr¨® Camus en su c¨¦lebre novela, para poner entre el narrador y el personaje que habitan en la misma persona una luminosa sombra de duda. Seguramente sean ¨¦stos tambi¨¦n los conceptos que nos indican la riqueza psicol¨®gica y espiritual a los que apel¨® con inteligente disposici¨®n Elvira Lindo para hacer convincentes a sus protagonistas desde sus dif¨ªciles, comprensibles y contradictorias verdades.
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