Dise?ador de lujo
Jueves por la noche en la Torre Calatrava. S¨ª, ah¨ª arriba, en la anilla ol¨ªmpica, en una sala circular situada en la base de la blanca torre de telecomunicaciones construida por Santiago Calatrava, que para la ocasi¨®n estaba decorada con luces azules, el mismo color que los c¨®cteles que se serv¨ªan, gratis, para que los estudiantes de dise?o all¨ª convocados fueran acostumbr¨¢ndose a la buena vida o, seg¨²n los casos, aprendieran c¨®mo ahogar en alcohol su fustrada b¨²squeda de empleo.
Estaba anunciada la conferencia de Ron Arad (Tel Aviv, 1951), un dise?ador de aut¨¦ntico lujo -en el sentido metaf¨®rico y literal de la expresi¨®n- del que pudo verse en 2003 una amplia exposici¨®n en el Centro de Arte Santa M¨®nica de Barcelona. Arad, uno de los actuales gur¨²s del dise?o, estudi¨® arte en Israel y arquitectura en Gran Breta?a, pero se dio a conocer a principios de los ochenta en Londres con unos dise?os en los que reciclaba elementos encontrados, como la famosa Rover chair (1981), en la que hab¨ªa reutilizado el asiento de un viejo Rover de la d¨¦cada de los sesenta. Cont¨® el jueves que hizo este dise?o de forma azarosa cuando encontr¨® y compr¨® los asientos cerca de su estudio, en un tiempo en el que a¨²n era un arquitecto en busca de proyectos que detestaba trabajar para otros y no ten¨ªa ni idea de que acabar¨ªa siendo dise?ador. Tuvo como primer cliente al modista Jean-Paul Gaultier, al que entonces no conoc¨ªa, que le compr¨® la silla por 99 libras. "Fue mi primer dise?o. Se hizo tan popular que hubiera podido vivir toda la vida repitiendo este modelo", explic¨®.
Arad explic¨® en la Torre Calatrava su dise?o de un hotel de Londres en el que pasar una noche costar¨¢ 5.000 euros
Vestido de forma desenfadada, con una de las habituales gorras que protegen su no muy poblado cr¨¢neo y con la simpat¨ªa desenvuelta que da el ofrecer una conferencia entre copas, Arad reconoci¨® que sus dise?os reciclados respondieron m¨¢s a la necesidad del momento que a una intenci¨®n ideol¨®gica, pero afirm¨® que "no se puede luchar contra las etiquetas" que a lo largo del tiempo lo han definido como un dise?ador "ruinista", le han buscado influencias de Duchamp y sus ready-made o, cuando m¨¢s adelante empez¨® a "torturar el acero hasta hacerlo confesar que puede convertirse en un c¨®modo sill¨®n", establecieron que la suya era una est¨¦tica Blade Runner. Hoy le buscan para que d¨¦ forma al lujo del futuro. Y se la da.
En los dise?os de objetos la sofisticaci¨®n de Arad es espectacular -mesas con terminales de fibra ¨®ptica en las que puede verse una pel¨ªcula y l¨¢mparas ara?a que incorporan ordenadores y pueden recibir mensajes SMS, por ejemplo-, pero en los dise?os de arquitectura desborda todos los l¨ªmites. Le pidieron, por ejemplo, que explicara el piso que ha decorado en el hotel Puerta de Am¨¦rica de Madrid -un establecimiento que tiene como caracter¨ªstica el haber encargado cada una de sus plantas a un arquitecto o dise?ador de renombre-, pero ¨¦l prefiri¨® contar el hotel que est¨¢ proyectando en Londres, en el tejado de la antigua central el¨¦ctrica de Battersea, en desuso desde 1983 y que ahora la constructora privada Parkview International est¨¢ convirtiendo en un gran complejo residencial y de ocio. "Es un edificio importante situado en el centro de Londres. Cuando se hacen encuestas sobre los 10 edificios m¨¢s odiados de la ciudad, siempre sale esta central; pero cuando se pregunta cu¨¢les son los edificios que m¨¢s gustan, tambi¨¦n sale. Lo conocer¨¢n porque fue portada de un disco de Pink Floyd [Animals, 1977]. Es una gran mole longitudinal que tiene cuatro grandes chimeneas en sus extremos. Lo primero que se defini¨® del encargo fue el precio que tendr¨ªa la habitaci¨®n: 5.000 euros la noche. El propietario quiere hacer un edificio muy sofisticado sin importarle el coste". Arad se puso a pensar y dise?¨® un hotel de paredes curvas con aspecto de nave espacial, hipertecnol¨®gico y con detalles como un ascensor horizontal que transporta a los clientes directamente a las habitaciones y un ba?o con techo descapotable que permitir¨¢ ver el cielo de Londres sentado en el excusado. "Incluso puede uno ba?arse cuando llueve o nieva porque est¨¢ previsto un sistema de desag¨¹e que evita las inundaciones", indic¨®.
O¨ªr hablar a Arad y ver los dibujos y las fotograf¨ªas de sus proyectos -unos comerciales o de encargo y otros experimentales o puramente art¨ªsticos- resultaba extra?o. Debe de ser al dise?o lo que Ferran Adri¨¤ a la cocina. Un lujo para unos pocos que crea escuela para muchos. La prueba se vio un poco m¨¢s tarde. La velada hab¨ªa sido convocada por una conocida marca de ginebra, la Fundaci¨®n Bombay Saphire, que organiza unos premios de dise?o entre estudiantes europeos, una pr¨¢ctica publicitaria o de marca, que es lo mismo, cada vez m¨¢s usual entre las empresas que tienen dificultades para anunciarse directamente (es el caso de las bebidas alcoh¨®licas o del tabaco) o buscan su p¨²blico entre los consumidores j¨®venes. El primer premio de la final espa?ola (habr¨¢ en abril una final europea) del cuarto concurso de dise?o de copas de c¨®ctel que organiza esta asociaci¨®n lo gan¨® Agust¨ªn Otegui, un mexicano de 25 a?os que ha estudiado en la escuela Elisava de Barcelona. Otegui dise?¨® una copa con dos piezas que permite mantener el c¨®ctel fresco sin que se mezcle la bebida con el hielo. Hay que repetirle dos veces si le ha hecho ilusi¨®n que el premio se lo entregara Arad porque es como si encontrara absurda la pregunta. "Pues claro, es el responsable del departamento de dise?o del Royal College of Art de Londres. Me hubiera gustado estudiar all¨ª".
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