La anarqu¨ªa del churro y el bu?uelo
Comerciantes protestan y consumidores denuncian las condiciones de algunas de las 133 churrer¨ªas de las calles de Valencia
La norma parece estricta, precisa, ¨²nica y de obligado cumplimiento. Pero la realidad pone en duda su efectividad. En la decoraci¨®n urbana de las fallas, se multiplican a?o a a?o los puestos de bu?uelos, churros, chocolate y otros dulces propios del festejo. Al tiempo, se multiplican las protestas de los damnificados por su ubicaci¨®n -bloquean el acceso a numerosos comercios e impiden la visibilidad de sus identificativos y escaparates- y por su pr¨¢ctica -los humos molestan especialmente a las primeras plantas de los edificios-.
El ayuntamiento es el responsables de fijar el n¨²mero de permisos y de conceder las licencias oportunas. Es adem¨¢s el encargado de controlar que las exigencias de higiene en manipulaci¨®n de alimentos se cumple. Un a?o m¨¢s, la Uni¨® de Consumidores (UCE) ha puesto en evidencia las irregularidades en los distintos puestos de venta, cuando a¨²n est¨¢ por llegar la semana fuerte de la fiesta fallera. La mayor¨ªa de los puestos incumplen el horario. Se ponen en marcha poco despu¨¦s del mediod¨ªa y cierran la parada de madrugada (m¨¢s o menos tarde en funci¨®n del d¨ªa). Ello provoca que los humos se propaguen y que se concentre un importante n¨²mero de gente, cuyo ruido tambi¨¦n molesta. Adem¨¢s, como la instalaci¨®n en la que se venden los bu?uelos, churros y porras, siendo port¨¢tiles no se quitan y ponen cada d¨ªa, los comerciantes pierden visibilidad, al margen de las dificultades para acceder a sus comercios que supone en puntos como la avenida de Mar¨ªa Cristina (en la que se bloquea el acceso y la visibilidad a varios comercios tradicionales de la zona que no pueden siquiera continuar con la exhibici¨®n callejera de parte de su g¨¦nero), en la plaza del Porxets, en el paseo de Russafa, en distintos puntos del casco antiguo y en m¨¢s de una veintena, seg¨²n fuentes del sector minorista, de establecimientos del ensanche, entre la calle de Salamanca y la de Gregorio Mayans, entre la Gran V¨ªa del Marqu¨¦s del T¨²ria y la de Antiguo Reino.
"Los comerciantes han presentado queja a distintas concejal¨ªas dado que la instalaci¨®n y ubicaci¨®n de una churrer¨ªa viola abiertamente la legalidad". As¨ª comienza la denuncia que la UCE present¨® el pasado d¨ªa 9 en el registro de entrada de las dependencias de la junta municipal de distrito de Russafa. El concejal de Sanidad, Ram¨®n Isidro, neg¨® ayer la mayor porque "no se han dirigido a m¨ª y no nos ha dado ni tiempo a reaccionar". Hasta el d¨ªa de ayer, se han presentado 144 solicitudes para instalar puestos ambulantes de venta de churros. 108 ya la tiene, otras 25 est¨¢n en tr¨¢mites porque falta por cumplimentar alg¨²n tr¨¢mite. Once no han conseguido el permiso. Se reparten de la siguiente forma: 44 en Ciutat Vella; 23 en Abastos; 7 en Exposici¨®n; 12 en Mar¨ªtim; 9 en Patraix; 38 en Russafa y 11 en Tr¨¢nsitos. Seg¨²n Isidro, pr¨¢cticamente las mismas que el a?o pasado y en los mismos sitios. El concejal explic¨® que desde el pasado d¨ªa uno de marzo se han realizado 292 inspecciones sobre el aceite, el agua (que debe ser potable y de una instalaci¨®n de Enviasa), la masa y el chocolate. En ellas se ha producido al decomiso de 26 kilos de productos no autorizados (los churros cubiertos de chocolate, los rellenos de chocolate y los rellenos de crema).
A pesar de las precauciones y el control que seg¨²n Isidro ejerce el Ayuntamiento, la pol¨¦mica sigue abierta y diversas asociaciones reclaman, adem¨¢s, que se investiguen las condiciones de trabajo de unos operadores que este a?o son en su mayor¨ªa inmigrantes ecuatorianos y magreb¨ªs.
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