Como un hurac¨¢n

La programaci¨®n del festival itinerante F¨¦mina, siempre atento a los prodigios que brotan al otro lado del Atl¨¢ntico, suele proporcionar curiosos carteles. La noche del jueves, coincid¨ªan en el entra?able s¨®tano de Siroco dos propuestas ac¨²sticas muy contrastadas. La cantautora Aroah parece estar domando su timidez y supo trenzar su encanto tierno a trav¨¦s de alg¨²n pr¨¦stamo y su propio cancionero. Por el contrario, lo de Ely Guerra result¨® un hurac¨¢n. Era la primera vez que la rockera mexicana ven¨ªa a Espa?a pero no luc¨ªa intimidada por presentar un repertorio in¨¦dito -s¨®lo ahora se publica un disco suyo, Sweet & sour, hot y spicy- y hacerlo pr¨¢cticamente a pelo, con su guitarra y un t¨¦cnico de sonido ducho en potenciar su poderosa garganta. En estos "toqu¨ªnes de voz y guitarra", Ely convierte cada interpretaci¨®n en un viaje a las profundidades de los sentimientos: puede comenzar con susurros de dormitorio y ascender hasta picos hirientes, en una monta?a rusa emocional que atrapa irremediablemente al oyente.

Ocurre adem¨¢s que Ely Guerra domina las distancias cortas. Entre canci¨®n y canci¨®n, nada se escapa a su afilada lengua: los estereotipos que impone su belleza, la barbarie de Ciudad Ju¨¢rez, el peso de la culpabilidad, la herencia de Espa?a en su pa¨ªs, el pulso constante que supone una relaci¨®n amorosa, la reivindicaci¨®n del placer. No se corta un pelo: a pesar de su condici¨®n de debutante, supo acallar el desagradable charloteo que ven¨ªa de la zona de la barra.

Tiene Ely muchos ases en la manga. Aparte de su lectura feminizada de La tumba falsa, m¨¢s conocida aqu¨ª en la versi¨®n de Los Tigres del Norte, parte de melod¨ªas pop, estructuras de blues y formas menos convencionales. Son trampolines para extraordinarios desahogos, exorcismos, arrebatos donde estallan su sensualidad, su franqueza.