El Pent¨¢gono planea enviar a la mitad de los presos de Guant¨¢namo a sus pa¨ªses de origen
El Departamento de Estado es contrario al traslado a Afganist¨¢n, Arabia Saud¨ª o Yemen
El Pent¨¢gono quiere acelerar el plan para reducir a la mitad la poblaci¨®n reclusa del penal de Guant¨¢namo, pero se est¨¢ topando con la oposici¨®n de otras ramas del Gobierno, en particular la CIA y el Departamento de Estado. La agencia de inteligencia, que desde el 11-S ha tenido luz verde para mover secretamente prisioneros de un pa¨ªs a otro, se resiste por temor a que algunos liberados reingresen, como ya ha ocurrido, a las filas de la red terrorista Al Qaeda. El Departamento de Estado es renuente a trasladarlos a pa¨ªses que utilicen la tortura.
El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, ha hecho un llamamiento a sus colegas para que se dejen de disquisiciones y acepten su propuesta que, en esencia, pretende redefinir la "misi¨®n" de Guant¨¢namo. La idea de Rumsfeld es convertir el penal en un centro de internamiento permanente para "los m¨¢s peligrosos" -unos 200- y los que puedan ser juzgados, y entregar el resto a sus pa¨ªses de origen para que all¨ª sigan bajo custodia, se profundicen las investigaciones sobre sus supuestos v¨ªnculos terroristas, o los liberen, dependiendo de los casos.
El plan lograr¨ªa dos objetivos primordiales del Pent¨¢gono: aligerar la carga judicial que ha ca¨ªdo sobre los hombros de los militares desde que el Tribunal Supremo otorg¨® el derecho de apelaci¨®n a los detenidos, y, al mismo tiempo, exportar esa carga a pa¨ªses que tengan un inter¨¦s com¨²n con EE UU en la lucha antiterrorista.
Afganist¨¢n se perfila como el principal destino, aunque se contemplan tambi¨¦n "entregas" a Pakist¨¢n, Arabia Saud¨ª, y Yemen. Los militares subrayan que no se tratar¨ªa de repetir la f¨®rmula articulada por la CIA mediante la cual han enviado a unos cien prisioneros a pa¨ªses que suelen utilizar la tortura en los interrogatorios.
A diferencia de la CIA, que ha actuado con manos libres y bajo secreto, los traslados propuestos por el Pent¨¢gono necesitan la aprobaci¨®n de distintas ramas del Gobierno, y a diferencia tambi¨¦n de los traslados de la CIA, no son "vinculantes" para los Gobiernos receptores, en el sentido de que no conllevan el compromiso de ejecutar los deseos de EE UU. Es decir, si quieren los liberan, aunque Washington les pida que los detengan indefinidamente.
En una primera fase se trasladar¨ªan de 65 a 70 presos, de una poblaci¨®n reclusa que se acerca a 540 (el Pent¨¢gono nunca da cifras exactas). El objetivo final es reducirla a un m¨¢ximo de 275 a 280 prisioneros, que se repartir¨ªan entre los distintos campos o instalaciones penitenciarias de Guant¨¢namo, seg¨²n el nivel de peligrosidad y cooperaci¨®n.
La gran mayor¨ªa de los detenidos lleva tres a?os en Guant¨¢namo y carecen de informaci¨®n actualizada, seg¨²n fuentes militares, por lo que los interrogatorios que fueron en su momento el eje de la operaci¨®n del penal ya no son prioritarios. De hecho, las rondas de interrogatorios por las que pasaban peri¨®dicamente todos los detenidos ya no se realizan. Ahora son selectivas. Los detenidos, adem¨¢s, han perdido el incentivo de cooperar desde que el Supremo les concedi¨® el a?o pasado el derecho de h¨¢beas corpus, que han ejercido ya cerca de 70. La mayor¨ªa de esos casos est¨¢n pendientes o en proceso de apelaciones, despu¨¦s de que los tribunales federales hayan interpretado de forma contradictoria el fallo del Supremo, que s¨®lo les garantizaba la posibilidad de recurrir, pero no se pronunci¨® sobre si sus peticiones deb¨ªan o no ser aceptadas.
Revisi¨®n militar
A ra¨ªz de ese fallo, el Pent¨¢gono agiliz¨® un proceso administrativo de revisi¨®n militar, no civil, con el fin de determinar la legalidad de sus detenciones. Por dicho proceso, denominado Tribunales de Revisi¨®n del Estatuto de Combatiente Enemigo, han pasado 487 detenidos, de los cuales s¨®lo a 22 se les ha excluido de la categor¨ªa de combatientes enemigos, lo cual les abre la puerta a la liberaci¨®n. Desde que se inici¨® la operaci¨®n de Guant¨¢namo en enero de 2002 han liberado a 211 detenidos, de los que 65 permanecen bajo custodia en sus pa¨ªses de origen.
Paralelamente a la Revisi¨®n del Estatuto de Combatiente Enemigo se han implantado revisiones anuales de cada caso y tribunales militares para juzgar a los acusados. Estos ¨²ltimos se han visto obligados a suspenderlos desde que un tribunal federal los declar¨® inconstitucionales en agosto, en respuesta a la petici¨®n del conductor de Osama Bin Laden. El Gobierno de EE UU ha apelado esa decisi¨®n, pero ante el potencial laberinto de demandas, traslado de casos a tribunales civiles y el par¨®n que todo ello supondr¨ªa para los objetivos originales de Washington de convertir Guant¨¢namo en un penal remoto, fuera del alcance de la justicia norteamericana, la opci¨®n de los traslados a otros pa¨ªses se presenta como la mejor soluci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.