"La banalizaci¨®n es el peligro que acecha a los museos"
Serio, sereno y caballeroso, el historiador del arte Tom¨¤s Llorens (Almassora, Castell¨®n, 1936) no quiere ni o¨ªr la palabra crisis para definir su anuncio de retirada como conservador jefe del Museo Thyssen-Bornemisza, de Madrid, donde ha trabajado los ¨²ltimos 14 a?os. "Es s¨®lo una jubilaci¨®n a los 68 a?os", dice, "y adem¨¢s la he anunciado con tiempo; hasta el verano no dejar¨¦ el cargo. No es una crisis. Otra cosa es que se haya encontrado r¨¢pidamente un sustituto".
"La gesti¨®n de los museos, igual que la de la pol¨ªtica o la de las sociedades an¨®nimas, tiene sus tiempos", a?ade, "y 10 o 12 a?os es un periodo razonable. Es bueno cambiar antes de que las instituciones se anquilosen; que entren ideas, estilos nuevos. En este caso, es lo adecuado. La sociedad es distinta a la de 1992, Espa?a ha cambiado mucho, el ritmo es otro...".
"La libertad de gesti¨®n es esencial para un centro moderno. Al Reina Sof¨ªa le falta eso, est¨¢ anquilosado"
"Ser¨ªa de esperar que la colecci¨®n de Carmen Cervera se incorpore definitivamente al museo"
Llorens, que ser¨¢ sustituido por Guillermo Solana, un cr¨ªtico de arte y fil¨®sofo de formaci¨®n, de 44 a?os, se va orgulloso de haber convertido al otro museo del paseo del Prado en una instituci¨®n de s¨®lido prestigio. Durante su mandato, el museo ha pasado de unas 400.000 visitas al a?o "a casi su tope", unas 700.000, ofreciendo, dice, "un discurso de calidad y muy did¨¢ctico", y tambi¨¦n exposiciones de tanto ¨¦xito como la reciente Gauguin y los or¨ªgenes del simbolismo, que comisari¨® Solana y que Llorens encontr¨® demasiado masificada: "Entre las dos sedes hubo 460.000 personas; s¨®lo aqu¨ª vinieron 280.000. Y eso incidi¨® negativamente en la calidad de la visita y en su eficacia educativa".
Llorens, que ser¨¢ patrono de la fundaci¨®n y seguir¨¢ organizando exposiciones para el museo, est¨¢ encantado de haber ampliado el espacio con la colecci¨®n privada de la baronesa Carmen Cervera, que ¨¦l ayud¨® a formar. Pero se adivina que no est¨¢ dispuesto a dejarse arrastrar por esa imparable moda del museo-espect¨¢culo: "Los museos p¨²blicos deben aspirar al m¨¢ximo de visitas, pero sin llegar al barullo. Las cifras son un baremo f¨¢cil pero terriblemente simplista y deformador. El gran peligro es la corrupci¨®n de la calidad, la banalizaci¨®n, la conversi¨®n del museo en objeto de consumo del mercado del espect¨¢culo, la degradaci¨®n de los contenidos cognitivos y de valor que debe encarnar un centro as¨ª. El reto es no dejarse contaminar por la comunicaci¨®n f¨¢cil. Y la amenaza que subyace es la crisis de los valores human¨ªsticos en el sistema educativo".
Pregunta. Ha dicho que se va por motivos "estrictamente personales". ?Quiere explicarlos?
Respuesta. Quiero hacer m¨¢s trabajo de estudio y escritura, que es mi vocaci¨®n principal.
P. O sea, que no es que est¨¦ harto de arte.
R. No, no, al rev¨¦s, lo que pasa es que la gesti¨®n diaria de un museo es muy exigente, mucho, y estos a?os he escrito cosas pero s¨®lo a matacaballo, sacrificando vacaciones, horas de sue?o, fines de semana... No pasa nada, el museo continuar¨¢ yendo muy bien.
P. ?Y qu¨¦ quiere escribir?
R. Me interesa, me obsesiona casi, la interpretaci¨®n de la historia del arte del siglo XX, y hay un periodo clave, el de entreguerras, que me gustar¨ªa poder reinterpretar porque ninguna aproximaci¨®n hecha hasta ahora me parece satisfactoria. Algunas ideas las avanc¨¦ ya en la exposici¨®n titulada Forma, y otras aparecer¨¢n en el cat¨¢logo de Realismos de entreguerras, que abriremos en oto?o.
P. ?Le interesa alguna figura en especial?
R. Dentro de ese periodo, Julio Gonz¨¢lez, quiz¨¢ el escultor m¨¢s importante del siglo XX pero que ha sido relativamente poco estudiado. Estoy preparando el cat¨¢logo razonado de sus m¨¢s de 4.000 obras, tendr¨¢ cinco vol¨²menes y espero entregar el primero en unos meses y despu¨¦s publicar una monograf¨ªa. Pero quiz¨¢ el proyecto principal es un libro sobre entreguerras centrado en algunas ideas del proyecto moderno: cuando la vanguardia renuncia a su actitud vanguardista, es decir, a la idea de innovaci¨®n. Creo que hay que cambiar esa idea de innovaci¨®n como categor¨ªa dominante, porque siendo importante no es el hilo conductor, no lo explica todo.
P. As¨ª que cuando hablaba de "amenazas", era eso: revisar la historiograf¨ªa del arte moderno.
R. S¨ª, s¨ª, la amenaza era ¨¦sa, ?pero s¨®lo miro un peque?o periodo!
P. ?C¨®mo fue la reuni¨®n en la que anunci¨® su marcha?
R. Muy emotiva y muy emocionante por las expresiones de afecto del patronato. Llevo aqu¨ª 14 a?os, el periodo m¨¢s largo que he dedicado a un trabajo espec¨ªfico, y tengo v¨ªnculos de mucho afecto con patronos y compa?eros. Estoy muy c¨®modo, muy identificado con el museo. Salvo ese aspecto intelectual que me dejaba insatisfecho.
P. La crisis se ha resuelto con rapidez inusitada.
R. Los periodos de vac¨ªo no son nada aconsejables en este tipo de instituciones.
P. ?Qu¨¦ papel ha jugado la ministra Carmen Calvo, que preside el patronato?
R. Un papel fundamental. Su apoyo a la casa ha sido fundamental. Y ha sido muy comprensiva.
P. ?No le ha intentado convencer de que se quede?
R. S¨ª, un poco, pero al mismo tiempo ha tenido gran comprensi¨®n y ha ayudado a buscar una soluci¨®n r¨¢pida.
P. ?Y est¨¢ seguro de que no se va a arrepentir de su decisi¨®n?
R. Seguro que me arrepentir¨¦. Una decisi¨®n no es importante si uno no se arrepiente.
P. ?Qu¨¦ le parece el perfil de su sustituto, Guillermo Solana?
R. Es un historiador extraordinariamente brillante; su producci¨®n es muy extensa y amplia en registros, desde la cr¨ªtica de peri¨®dico a las fichas de obras, los textos de divulgaci¨®n o los ensayos, donde ha hecho reinterpretaciones muy brillantes.
P. As¨ª que es un hombre m¨¢s de pensamiento que de gesti¨®n.
R. Este museo posibilita dar gran peso a la parte acad¨¦mica: la direcci¨®n es dual, se lleva entre el conservador jefe y el gerente, Carlos Fern¨¢ndez de Henestrosa, lo cual libera al conservador y favorece el esp¨ªritu de equipo.
P. ?Se va pensando que le han quedado muchas cosas por hacer?
R. Siempre quedan... En los primeros a?os hubo m¨¢s dificultades, los ¨²ltimos han sido mejores y el museo ha funcionado muy bien. Hemos hecho lo que hemos podido, con nuestros l¨ªmites.
P. La colecci¨®n naci¨® con pol¨¦mica, pero poco a poco se asent¨®.
R. Es una colecci¨®n maravillosa y hoy est¨¢ vista como una de las m¨¢s importantes formadas en el siglo XX. Lo que hemos hecho es intentar potenciar su car¨¢cter did¨¢ctico de la historia de la pintura desde la Edad Media poni¨¦ndola en contacto con la sociedad.
P. ?Lo suficiente?
R. Todav¨ªa podemos crecer en presencia social, tener m¨¢s difusi¨®n educativa, mejorar los programas de ense?anza (visitas estructuradas para colegios, cursos para profesores), la actividad en Internet... La colecci¨®n hist¨®rica ha sido activada continuamente con exposiciones temporales que se llevan la mayor parte del trabajo.
P. ?Y el futuro?
R. Ser¨ªa de esperar que la colecci¨®n de Carmen Cervera, que seg¨²n el acuerdo estar¨¢ en dep¨®sito todav¨ªa por seis a?os, se incorpore definitivamente al museo con un nuevo acuerdo entre la baronesa y el Gobierno. Esas 300 obras, m¨¢s las 775 que componen la colecci¨®n hist¨®rica, forman una oferta muy potente en n¨²mero y calidad.
P. ?Qui¨¦n le inocul¨® m¨¢s el veneno del coleccionismo a la baronesa? ?Usted o el bar¨®n?
R. Cuando los conoc¨ª, ella ya ten¨ªa un papel de primer orden en la colecci¨®n. Decid¨ªan a medias, con gran compenetraci¨®n, y a ¨¦l le encantaba que ella participara. Adem¨¢s, no es ning¨²n secreto que ella fue la clave para que la colecci¨®n se quedara en Espa?a, decisi¨®n que no s¨®lo le debe agradecer el pueblo espa?ol, sino tambi¨¦n la familia Thyssen, porque fue la mejor posible. Londres o Los ?ngeles, las otras propuestas que hubo, no hubieran garantizado la ubicaci¨®n, la actividad, la calidad y la capacidad de atracci¨®n que tiene aqu¨ª la colecci¨®n.
P. ?Cu¨¢l ha sido el momento m¨¢s dif¨ªcil de su etapa aqu¨ª?
R. He vivido pocos dif¨ªciles. He vivido pl¨¢cidamente.
P. ?Y la familia Thyssen?
R. Entre ellos ha habido desacuerdos, y mi relaci¨®n ha estado condicionada por esos desacuerdos, pero afortunadamente nunca han salpicado a la relaci¨®n con el museo. Los patronos han ido cambiando pero siempre se han portado con generosidad.
P. ?Y sus ratos m¨¢s gratos?
R. La incorporaci¨®n de la colecci¨®n de Carmen Thyssen al museo. Y algunas exposiciones temporales, como la de Gauguin, Forma o el Renacimiento del Mediterr¨¢neo.
P. ?C¨®mo ve la salud del eje madrile?o de museos?
R. Al Prado le faltaba la autonom¨ªa que tiene; eso ha sido como agua bendita y ahora es uno de los museos m¨¢s respetados del mundo por su actividad y la calidad de su personal. La libertad de gesti¨®n es esencial para un museo moderno. Al Reina Sof¨ªa le falta m¨¢s de eso mismo, est¨¢ anquilosado por su excesiva dependencia de la Administraci¨®n general. Y tiene otro problema: la sociedad no se pone de acuerdo en lo que quiere pedirle.
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