Kioto
En la ciudad japonesa de Kioto han decidido ofrecer durante once d¨ªas entrada gratuita a museos y transportes p¨²blicos a toda persona que acuda vestida con quimono. Si Madrid tomara ejemplo e hiciera algo similar, las autoridades ganar¨ªan muchos puntos en la estima popular, porque tal medida incrementar¨ªa de forma rotunda las situaciones jocosas en la v¨ªa p¨²blica. Madrid ha sufrido mucho el ¨²ltimo a?o y necesitamos algo que nos alegre la vida colectivamente de la ma?ana a la noche e incluso al amanecer. Aqu¨ª no convendr¨ªa exigir el quimono, pero tampoco excluirlo. Quiz¨¢ lo m¨¢s adecuado al talante cosmopolita madrile?o ser¨ªa la gratuidad para personas con vestimenta tradicional de cualquier comunidad nacional o extranjera.
Al margen de lo que ello significar¨ªa para la cultura del pueblo (hay gente capaz de vestirse de lagarterana con tal de entrar gratis a un entierro), el acontecimiento ser¨ªa tambi¨¦n un negocio ejemplar para fot¨®grafos, sastres, articulistas y peluqueros, que est¨¢n siempre a la que salta. Puede que a alguien le parezca un desatino todo esto, o incluso lo sea, pero algo tendr¨¢n que hacer las autoridades para sacar de su letargo ap¨¢tico y displicente a una ciudad de vida cultural alcanforada. A lo mejor el futuro puscuamperfecto puede comenzar con una catarsis multitudinaria de risa permanente, pero sin sarcasmo. Y toparte en el metro con un bereber, una chulapa, un maragato, una mandarina, un cherokee, una se?ora con peineta y farala. Y la cola del Prado convertida en pasarela de los ropajes del mundo. Cosas as¨ª. Las programaciones culturales municipales est¨¢n aquejadas de oficialismo, desd¨¦n y sentido com¨²n, que es un sentido sobre el que convendr¨ªa hacer recaer todo tipo de sospechas, a pesar de su buena fama y de sus numerosos apologistas.
Tambi¨¦n tiene ilustres detractores. Uno de ellos es Albert Einstein, que ma?ana cumplir¨ªa 126 a?os. Einstein afirm¨®: "El sentido com¨²n es el sedimento de prejuicios depositados en la mente antes de los dieciocho a?os de edad". Hay que aprender de Einstein y de Kioto.
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