La historia de cinco pioneras sobre ruedas

Cuando Gema D¨ªaz cumpli¨® 21 a?os, lo primero que hizo fue sacarse el carn¨¦ para conducir camiones. Trabajaba de auxiliar administrativo en una "aburrida" oficina, pero a ella lo que le gustaba era la carretera. Como a su marido, tambi¨¦n camionero. Explica que los comienzos fueron dif¨ªciles, en la carretera no hab¨ªa mujeres al volante de un tr¨¢iler. Pero a ella le gusta conducir, siempre sola y con la radio puesta. Ya se ha acostumbrado a que sus compa?eros le tiren besos. A veces, tambi¨¦n la han ayudado a cambiar una rueda o si se queda atascada con el cami¨®n.

Gema es la m¨¢s joven de las cinco trabajadoras pioneras del transporte a las que la Comunidad homenaje¨®. Es una camionera del siglo XXI. Su historia y los prejuicios a los que se enfrent¨® se repet¨ªan en los relatos de las mujeres que ayer festejaban su d¨ªa. Pero las reacciones de los compa?eros de carretera de Gema contrastan con los cobradores a los que Mar¨ªa de las Nieves se enfrent¨® en Madrid cuando acababa de morir Franco.

"Me llegaron a decir que mi sitio era en la cocina fregando", dice la primera mujer que condujo un metro

A?o 1976. Una joven de 29 a?os, Mar¨ªa de las Nieves Cuadrado, lleg¨® desde su Almer¨ªa natal a la capital sembrando el desconcierto al ofrecerse como conductora de autob¨²s. Recuerda con una sonrisa el asombro del funcionario de la Empresa Municipal de Transportes (EMT). Bajo el brazo, como curr¨ªculo, llevaba una carpeta con recortes de prensa local donde se la ve¨ªa conduciendo autobuses en Almer¨ªa. A los tres d¨ªas ya hab¨ªa conseguido trabajo. Ten¨ªa 28 a?os. "Siempre fui y ser¨¦ la ni?a en la Empresa Municipal de Transportes. Los cobradores se advert¨ªan los unos a los otros: ?Cuidado que vas con la ni?a!". A los cinco segundos puntualiza que en los 29 a?os que ha estado al volante de un autob¨²s nunca ha tenido un accidente. Pero los sorprendidos no eran s¨®lo los cobradores. "Los viajeros me miraban mucho. En los pasos de peatones se paraban cuando ve¨ªan que era una chica la que iba conduciendo. Los viajeros comentaban: '?Es un chico o una chica?'. Y se acercaban para verme bien, y yo me lo tomaba a risa". Ahora ya no conduce por un problema en el brazo, aunque sigue trabajando en el servicio de informaci¨®n de la Empresa Municipal de Transportes.

La presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, en el acto record¨® que pocos a?os antes de que Mar¨ªa Nieves llegara a Madrid, en Espa?a una mujer ni siquiera ten¨ªa derecho a abrir una cuenta bancaria sin la autorizaci¨®n de su padre o su marido. "Les doy la enhorabuena porque vencieron los prejuicios, los tab¨²es y abrieron brecha cuando m¨¢s dif¨ªcil era. Demostraron que nosotras podemos hacer cualquier trabajo y que ha llegado la hora de las mujeres". Con estas palabras Aguirre salud¨® a las primeras conductoras de taxi, cami¨®n, autob¨²s urbano e interurbano y metro. "Nuestras abuelas no podr¨ªan siquiera imaginar c¨®mo nos hemos incorporado a la vida laboral", asegur¨® la presidenta. Sin embargo, la mayor tasa de desempleo entre las mujeres sigue siendo un hecho.

Precisamente eso fue lo que anim¨® a Estrella Aranda, licenciada en medicina, a convertirse en la primera conductora del metro de Madrid en 1983. "El paro es muy duro, as¨ª que cuando vi que no consegu¨ªa un trabajo de m¨¦dica, me present¨¦ a las pruebas que hab¨ªa para subalternos, conductores y jefes de estaci¨®n y las saqu¨¦. La vida te sorprende", explica. Ahora tiene 47 a?os y ha pasado casi la mitad de su vida laboral entre los t¨²neles. "Es un trabajo f¨¢cil, pero me han dicho de todo, como que le estaba quitando el trabajo a un hombre o que mejor estar¨ªa fregando, donde estaba mi sitio. Aunque tambi¨¦n hab¨ªa gente que se alegraba y me animaba dici¨¦ndome que ya era hora de que las mujeres llegaran al metro". Veintid¨®s a?os despu¨¦s, en Metro hay 13 conductoras de trenes y 7 jefas de l¨ªnea.

La cuarta pionera al volante es Liliam Silveira. En realidad no es una pionera, se trata de la taxista m¨¢s veterana a¨²n en activo. "Hubo otras antes que yo, pero ya est¨¢n jubiladas", explica. En su caso, la afici¨®n al volante es casi una tradici¨®n familiar. Su marido, sus cu?ados, su suegro y hasta su hija han pasado por el taxi. Lleg¨® de Montevideo en 1970 en busca de un mejor porvenir. Siete a?os despu¨¦s, a los 27, se convirti¨® en taxista. "Estoy muy agradecida al gremio, me lo ha dado casi todo", afirma. La quinta homenajeada, que ayer no pudo acudir al acto, es Mar¨ªa Jes¨²s Poncela, la primera conductora de autobuses interurbanos de Madrid.

Ayer, las pioneras del transporte estaban satisfechas por lo que hab¨ªan conseguido. La m¨¢s joven, Gema, cont¨® que su trabajo le hac¨ªa feliz, pero que tiene una pena: cuando quiera tener un hijo, ser¨¢ ella quien tenga que dejar de trabajar. Su marido no est¨¢ dispuesto a asumir las labores de un amo de casa. Esperanza Aguirre remach¨® este temor: "A¨²n falta mucho por hacer".