El tormentoso viaje de Amparo
Una enferma terminal, obligada a cambiar de ambulancia a 10 kil¨®metros de su casa por estar en otra comunidad
Amparo And¨²jar, de 61 a?os, sali¨® a media tarde del pasado lunes 7 del Hospital General de Valencia en direcci¨®n a su casa en Mira (Cuenca). Diez kil¨®metros antes de llegar -apenas ocho minutos en coche- la ambulancia que la transportaba par¨® en la ¨²ltima poblaci¨®n de la provincia de Valencia, Camporrobles, en la frontera auton¨®mica, donde esperaba otro veh¨ªculo para recogerla. A cielo abierto, port¨®n contra port¨®n, dos enfermeros ayudados por el novio de su hija trasladaron a la paciente de una ambulancia a otra empleando una manta a modo de camilla y la enferma sigui¨® el camino. Amparo padec¨ªa un c¨¢ncer en situaci¨®n terminal. Tres d¨ªas despu¨¦s, falleci¨®. "Fue indignante", recuerda su hija, llamada tambi¨¦n Amparo, de 25 a?os, que, relata, tuvo que hacerse con una ambulancia que recogiera a su madre en Camporrobles ante la negativa del hospital valenciano a recorrer todo el trayecto. "Pas¨® la noche muy mal, luego se recuper¨® un poco y el jueves muri¨®".
Los convenios de atenci¨®n a los pacientes que se encuentran a caballo de dos administraciones sanitarias, en este caso Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana, y, probablemente, la rigidez de su interpretaci¨®n son los culpables de que se produzcan situaciones como ¨¦sta, relativamente frecuentes, como apunta Jos¨¦ Garc¨ªa Carpintero, m¨¦dico de cabecera de Amparo. "Nuestro pueblo tiene como centro de referencia para urgencias y consultas externas el hospital de Requena
[a unos 50 kil¨®metros, en la provincia de Valencia] y para ir all¨ª no suele haber problemas". Las ambulancias de la Consejer¨ªa de Sanidad de Castilla-La Mancha cubren el trayecto. Pero en ocasiones, se requiere una atenci¨®n m¨¢s especializada y se remiten los enfermos a la ciudad de Valencia. Entonces es cuando surgen las complicaciones. "Las ambulancias s¨®lo hacen el trayecto entre Requena y Valencia y viceversa, pero no van m¨¢s lejos", apunta Garc¨ªa Carpintero, por lo que los pacientes tienen que hacer trasbordos para cubrir el resto del camino: "Es un problema de despachos, lo he hablado varias veces, pero no ha habido forma de solucionarlo".
Amparo a¨²n tuvo suerte de llegar a Camporrobles de un tramo. El lunes, su hija solicit¨® su alta ante la inminencia de su fallecimiento. Atr¨¢s quedaban los 24 ciclos de quimioterapia desde que en febrero de 2003 le diagnosticaran un carcinoma de las v¨ªas biliares. Obtuvo el permiso del m¨¦dico, pero al facultativo se le olvid¨® tramitar el volante, por lo que tuvo que bajar ella a urgencias para gestionar el transporte. "Yo les dije que no me pod¨ªa llevar a mi madre en el coche en un trayecto de 110 kil¨®metros, vomitaba y no pod¨ªa tenerse en pie; y lo entendieron". Pero le comentaron que la ambulancia s¨®lo le llevar¨ªa a Requena. "Insist¨ª y me dijeron que, como mucho, me llevar¨ªan a Camporrobles". Ante esta situaci¨®n, llam¨® al m¨¦dico de cabecera de su madre, en Mira, que fue quien proporcion¨® la ambulancia de la Cruz Roja del pueblo para recoger a Amparo y llevarla a casa.
Fuentes de la Consejer¨ªa de Sanidad valenciana comentaron que desde el hospital General se intent¨® contactar con una ambulancia de Cuenca, ya que "la responsabilidad del transporte es de la administraci¨®n a la que pertenece el paciente" y al no conseguirlo pusieron a disposici¨®n un veh¨ªculo propio. El servicio de salud de Castilla-La Mancha apunt¨® a este diario que los conciertos que tienen con empresas de transporte proh¨ªben la transferencia de enfermos y se?alaron que estudiar¨¢n el caso.
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