M¨¢s detalles sobre el accidente de Diana

Las conjeturas sobre la raz¨®n de fondo de la muerte de la princesa Diana vuelven a resurgir a los siete a?os y medio del terrible accidente parisino. Ayer, la prensa brit¨¢nica se hizo eco de nuevos documentos oficiales desvelados por el Gobierno de Tony Blair en virtud de la nueva Ley de Libertad de Informaci¨®n. Entre las carpetas de correspondencia interministerial y diplom¨¢tica, hasta ahora confidencial, aparece un serie de informes sobre los pasos dados por Lady Di y su acompa?ante, Dody al Fayed, antes de que ambos perdieran la vida la noche del 31 de agosto de 1997. Varios coinciden en se?alar que la pareja dispon¨ªa de un coche de alquiler al que le fall¨® el sistema de arranque. Nada se conoc¨ªa p¨²blicamente de la existencia de este veh¨ªculo, al que se refiere un oficial an¨®nimo en su correspondencia con Blair a las pocas horas del siniestro: "la princesa y Dodi al Fayed llegaron al Ritz ayer por la tarde. Cuando salieron esa noche del hotel, les rodearon un buen n¨²mero de periodistas. Intentaron salir r¨¢pido, pero el primer coche de alquiler no arranc¨®. El segundo autom¨®vil abandon¨® entonces el hotel a gran velocidad". Otro correo, probablemente enviado por el entonces embajador brit¨¢nico en Par¨ªs, sir Michael Jay, habla tambi¨¦n de un "un coche que fall¨® al arrancar". Semanas despu¨¦s, el embajador habla de "un cambio de plan de ¨²ltima hora enfocado a esquivar a los fot¨®grafos" y, en otra ocasi¨®n explica que disuadi¨® al primer ministro franc¨¦s, Lionel Jospin, de interrumpir sus vacaciones la noche del siniestro porque, seg¨²n escribe en su comunicado, "rendir un ¨²ltimo respeto no es tradici¨®n brit¨¢nica o anglicana". Los documentos tambi¨¦n arrojan luz sobre la inquietud de Londres por los gastos del funeral de Lady Di. Un funcionario calcula que pueden ascender a cinco millones de libras (unos siete millones de euros), y se?ala en tono irreverente: "Apenas cubre la cubierta del yate real". El Gobierno acaba de desahuciar el medio de transporte favorito de los Windsor. "Es una broma de mal gusto", se quejaba ayer el diario The Times.