Los transg¨¦nicos, a debate
La inminente regulaci¨®n del cultivo de transg¨¦nicos en convivencia con los cultivos convencionales y ecol¨®gicos ha reabierto el debate acerca de estas innovadoras semillas. Argumentos a favor en el Gobierno catal¨¢n y argumentos en contra manifestados vistosamente durante una semana por activistas encaramados en lo alto de los ¨¢rboles de la Gran Via. Como tenemos posiciones muy enfrentadas, que adem¨¢s en algunos momentos adoptan aspectos muy t¨¦cnicos, me gustar¨ªa desde estas l¨ªneas trasladarles otras informaciones, que al menos a m¨ª me resultan suficientemente claras y decisivas para tomar postura al respecto.
La informaci¨®n fiable sobre el asunto podemos tenerla sin salir de casa. Quienes est¨¦n conectados a Internet, que busquen la p¨¢gina www.sojasolidaria.org.ar. Si no tienen Internet, el cibercaf¨¦ m¨¢s cercano puede resolver igualmente el problema. La p¨¢gina nos muestra la imagen real del impacto de la producci¨®n de soja transg¨¦nica en Argentina. Les sit¨²o y luego me cuentan.
Resulta que Argentina, un pa¨ªs donde pod¨ªas ser pobre, pero vivir en el campo con alimentos y dignidad, opt¨® a finales de la d¨¦cada de 1990 por reconvertir su agricultura diversificada, de huertas, verduras, frutas, hortalizas y ganado... al monocultivo de soja. Hoy todo el campo es monocolor, bronce de soja. Las excavadoras han cercenado los bosques para ganar m¨¢s tierras para la soja y a la vez varios pueblos han quedado abandonados. El imperio de la soja transg¨¦nica llena los bolsillos de la oligarqu¨ªa argentina, que ha podido acaparar tierras, y de las empresas agr¨ªcolas que mercadean con ella. Son monoempresas que a la vez distribuyen los insumos, las semillas (transg¨¦nicas) y sus pesticidas. Los beneficios monosojeros se obtienen de la exportaci¨®n de la soja al otro lado del Atl¨¢ntico para que aqu¨ª podamos engordar con ella a nuestro ganado. Mientras las lejanas tierras argentinas est¨¢n trabajando para nosotros, el d¨¦ficit alimentario de la poblaci¨®n de aquel pa¨ªs aumenta. La soluci¨®n propuesta por los monobeneficiados de la soja es este inquietante programa soja solidaria. Por una parte, destruyen la agricultura y la alimentaci¨®n del pa¨ªs, y por otra [de ah¨ª lo de solidario] obsequian a la poblaci¨®n necesitada con una parte de la soja que les sobra. ?Bienhechores o traficantes de la miseria?
Curiosa situaci¨®n. Mientras aqu¨ª, l¨®gicamente, teorizamos sobre las probables consecuencias para los agricultores y consumidores de la implantaci¨®n de los cultivos transg¨¦nicos, ya podemos analizar los efectos en Argentina: miles de familias campesinas, arrancadas de sus tierras, tendr¨¢n que alimentarse con la soja transg¨¦nica que las expuls¨® de su paisaje.
?Qu¨¦ m¨¢s cabr¨ªa decir? Yo, de econom¨ªa no entiendo mucho, y de econom¨ªa de libre mercado, todav¨ªa quiero entender menos. Pero con realidades como ¨¦sta observo que tecnolog¨ªas que facilitan la concentraci¨®n empresarial, como los transg¨¦nicos, casan a la perfecci¨®n con procesos de empobrecimiento rural. A¨²n guardo en mis retinas aquellas im¨¢genes televisivas de los a?os del corralito. Campesinas y campesinos corriendo tras unas vacas que hab¨ªan saltado de unos camiones accidentados para matarlas ah¨ª mismo. Campesinos y campesinas hambrientos en un pa¨ªs con un potencial agr¨ªcola de primer orden. La cosa no acaba de cuadrar.
Gustavo Duch Guillot es director de Veterinarios sin Fronteras.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.