Un ilustre desconocido

Ninguna rese?a de Moolaad¨¦ puede comenzar sin recordar una evidencia sangrante: que estamos ante el primer estreno comercial de un filme del m¨¢s importante de los cineastas del ?frica negra, el senegal¨¦s Ousmane Sembene, patriarca absoluto de los cines subsaharianos y hasta premio Unesco por el conjunto de su obra y la revalorizaci¨®n que ¨¦sta supone para la cultura de su pa¨ªs. Pero como no se trata de interrogarse sobre el porqu¨¦ de que la filmograf¨ªa de un cineasta que gan¨® un festival de Venecia y fue varias veces premiado en Cannes nos sea ol¨ªmpicamente desconocida, ci?¨¢monos a la pel¨ªcula que rompe con ese tab¨². Y convengamos, de entrada, que Protecci¨®n aborda, a veces con iron¨ªa, pero casi siempre con airada voluntad de denuncia, un hecho tan terrible como la ablaci¨®n de cl¨ªtoris a que son sometidas cada a?o miles de ni?as en las culturas animistas y en algunas isl¨¢micas africanas.

Con una estructura que privilegia, como ocurr¨ªa con el melodrama cl¨¢sico, la empat¨ªa con quien sufre Moolaad¨¦ muestra, al mismo tiempo que la an¨¦cdota central que le da sentido, algo que la excede: sencillamente, la organizaci¨®n de un mundo, el de una aldea isl¨¢mica en la que a¨²n se muestran con claridad signos de un atavismo animista m¨¢s que notables. Y claro, las contradicciones entre el mundo ancestral y el progreso. Es un filme claramente deudor de formas de hacer a las que estamos poco acostumbrados, pero que se ve con pr¨ªstina claridad, que se comparte sin esfuerzos; que constituye, en fin, una imprescindible herramienta de denuncia y conocimiento.