"Si un equipo se retirara por gritos racistas ser¨ªa un revulsivo social"
El 22 de diciembre nac¨ªa el Observatorio de la Violencia, el Racismo y la Intolerancia en el Deporte. Lo hac¨ªa a instancias de las Cortes, a ra¨ªz del impacto de las palabras de Luis Aragon¨¦s sobre Henry y sobre el comportamiento de los ingleses en sus colonias. Su presidente, Javier Dur¨¢n Gonz¨¢lez (Oviedo, 1958), doctor en Sociolog¨ªa del Deporte, encabeza este Observatorio, concebido como un foro donde prevenir y combatir el racismo y un lugar que re¨²na a los colectivos implicados en la lucha contra la intolerancia en el deporte. Dur¨¢n, profesor del INEF, miembro de la Comisi¨®n Antiviolencia desde su fundaci¨®n en 1992 y autor de la tesis Vandalismo en el f¨²tbol, apela a su esp¨ªritu independiente -no cobra por su cometido- en su lucha "a medio y largo plazo" contra un fen¨®meno en expansi¨®n. Para atajar esta lacra, el Consejo Superior de Deportes, la federaci¨®n, la Liga, el sindicato de jugadores y los ministerios de Interior y Trabajo firmar¨¢n hoy un protocolo de medidas contra el racismo.
"Los jugadores han estado al margen de estos problemas; es bueno que se implique Eto'o"
"Quien insulte deber¨ªa ser obligado a ir el domingo a actos deportivos con inmigrantes"
Pregunta. Despu¨¦s de la sanci¨®n de 3.000 euros al seleccionador ¨¦ste insiste en su inocencia.
Respuesta. No creo que Luis sea una persona racista, m¨¢s bien representa a una vieja escuela del f¨²tbol, donde hay una escasa sensibilidad por ciertos temas sociales. Pero esos comentarios son impropios de una persona en un puesto de tanta responsabilidad social como el de seleccionador. Por eso Luis deber¨ªa asumir su responsabilidad. Aunque fuera una conversaci¨®n privada con un jugador [Jos¨¦ Antonio Reyes], se equivoc¨®; una persona que est¨¢ en esos cargos no puede dejar ni medio malentendido respecto a estos temas, sobre todo considerando que Espa?a es un pa¨ªs con una inmigraci¨®n creciente y con problemas evidentes de integraci¨®n. Su gran error fue no pedir disculpas inmediatamente; de hacerlo, hubiera desactivado el problema de inmediato, pero se empecin¨® en la defensa.
P. ?Nota un auge del racismo o va por ciclos?
R. El racismo en el f¨²tbol es un tema del que en Espa?a no se ha hablado hasta hace poco. No digo que no lo hubiera, de hecho exist¨ªa, pero no hab¨ªa adquirido el nivel de alarma social actualmente existente.
P. ?Es lo mismo acordarse de la madre de un contrario que insultarle por el color de su piel?
R. Si permitimos que una persona de color sea descalificada con gritos simiescos en los estadios de f¨²tbol, estamos transmitiendo a la sociedad que las actitudes xen¨®fobas son intrascendentes. Hay que velar para que el f¨²tbol cumpla su papel de liderazgo ¨¦tico y moral.
P. ?Les facilitan su tarea las denuncias de gente como Eto'o?
R. Es muy positivo que los jugadores, que durante muchos a?os se han mantenido al margen de los problemas sociales, se impliquen. El futbolista, en particular las grandes estrellas, han estado aisladas de la sociedad; viven entre algodones, les traen, les llevan, y en general no han tenido una sensibilidad ante determinados temas ni se han dado cuenta de su papel como referentes sociales. Ahora bien, la lucha contra el racismo no deben liderarla s¨®lo los futbolistas negros. Por eso me parecieron buenas las reflexiones del ¨¢rbitro Iturralde Gonz¨¢lez sobre la hipot¨¦tica retirada de un terreno de juego de un jugador cansado de tanto insulto. Dijo que respaldar¨ªa su decisi¨®n, y lo cierto es que tenemos que demostrarles que no est¨¢n solos.
P. De cumplirse, ?cu¨¢les ser¨ªan las consecuencias?
R. Tal vez ser¨ªa un revulsivo social que todos los jugadores se retirasen de un terreno de juego en apoyo de un compa?ero ante la generalizaci¨®n de ese tipo de insultos; muy probablemente el resto de espectadores se volver¨ªan entonces hacia los responsables de esos insultos y les dejar¨ªan claro que han ido a disfrutar de un espect¨¢culo. Tambi¨¦n es verdad que, de producirse, las autoridades pol¨ªticas y deportivas habr¨ªan fracasado.
P. Kameni fue increpado en Montju?c por su propia afici¨®n.
R. El Espanyol cuenta con uno de los grupos radicales de peor comportamiento, y cuando arremetieron contra su portero demostraron que en ellos prima esa ideolog¨ªa xen¨®foba antes que su apoyo al club.
P. ?Por qu¨¦ les resulta tan complicado a los clubes acabar con los violentos?
R. Ah¨ª est¨¢ la clave, el problema del racismo en el f¨²tbol espa?ol est¨¢ en los sectores ultras, que engloban seguidores que pertenecen a movimientos xen¨®fobos y violentos. Y a veces, social, pol¨ªtica y deportivamente es m¨¢s f¨¢cil sancionar a un espectador puntual que entrar a fondo con las hinchadas ultras. Debemos tomar medidas dr¨¢sticas. El ejemplo de Joan Laporta al expulsar a los Boixos Nois del Camp Nou pone de manifiesto que cuando hay voluntad se acaba con el problema. Pero claro, eso requiere un esfuerzo y unas implicaciones personales, incluso de seguridad. Muchos de estos grupos act¨²an como mafias, por lo que no hay que descartar el miedo f¨ªsico de los responsables de los clubes.
P. La UEFA mult¨® al Real Madrid por el comportamiento de seis aficionados que se mofaron de dos brasile?os del Leverkusen y ensalzaron al nacionalsocialismo. El club aleg¨® que eran seis rumanos poco asiduos al Bernab¨¦u.
R. Me pareci¨® una posici¨®n impropia de un club que me consta est¨¢ luchando por ser un referente de valores deportivos en el mundo entero. Este tipo de argumentaci¨®n no hace sino excusar la propia responsabilidad del club ante este fen¨®meno y sus consecuencias terminar¨¢n repercutiendo negativamente sobre el propio club. En este sentido, me gustar¨ªa destacar la labor tan positiva que est¨¢ desarrollando la Asociaci¨®n de Federaciones de Pe?as, que organizan en sus desplazamientos actos de convivencia pac¨ªfica con las aficiones rivales.
P. En Albacete la mayor¨ªa del p¨²blico denigr¨® los c¨¢nticos de los radicales a Eto'o.
R. Creo que, lejos de multar, deber¨ªa haber un reconocimiento p¨²blico de aquellos clubes que cuentan con aficionados que son capaces de reaccionar en contra de esos gritos y los denuncia. Porque de eso se trata, de aislar esos comportamientos racistas.
P. ?Para atajarlos bastar¨ªa con las sanciones de ahora, que permiten multas de hasta 60.000 euros y cinco a?os fuera de los estadios?
R. Siempre he cre¨ªdo que la justicia tiene que ser justa, no ejemplarizante. Pero tambi¨¦n es verdad que, si la justicia te da un margen de amplitud en las sanciones, la tendencia es ir al m¨¢ximo. Tambi¨¦n es una manera de enviar un recado a la sociedad: que cada vez somos m¨¢s beligerantes con estos comportamientos. Otra cosa absurda fue la de sancionar a los jugadores del Valladolid porque muestren su apoyo a un compa?ero herido en un accidente con un mensaje debajo de sus camisetas. Transmitimos a la sociedad una confusi¨®n de valores terrible.
P. ?Llegar¨¢ el d¨ªa en que un aficionado espa?ol sea expulsado de por vida de los estadios, al igual que pasa en Inglaterra?
R. Ante casos puntuales de gritos racistas, prohibir que una persona no entre en un campo me parece una medida correcta, pero me parecer¨ªa incluso mejor si a esa medida se a?adiese una labor socioeducativa. Por ejemplo, que esos domingos asistieran a programas de pr¨¢ctica deportiva con inmigrantes.
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