Superviviente de una ¨¦poca
Barcelona decidi¨® 'indultar' en su d¨ªa la pasarela peatonal de la plaza de las Gl¨°ries para ubicarla en la zona del F¨®rum
Hubo una ¨¦poca en la que el peat¨®n era un personaje en extinci¨®n que deb¨ªa rendir pleites¨ªa al transporte rodado, sobre todo el privado, que ten¨ªa entre sus prerrogativas la circulaci¨®n libre de control por las grandes avenidas ciudadanas. En Barcelona, en las d¨¦cadas de 1960 y 1970, los peatones s¨®lo pod¨ªan cruzar las v¨ªas r¨¢pidas de la ciudad, como la Meridiana, la avenida de Carlos III y la Gran Via, mediante pasarelas a¨¦reas dise?adas con mayor o menor acierto que, afortunadamente, est¨¢n desapareciendo del paisaje urbano. Muchas han sido literalmente trituradas, pero algunas que ten¨ªan valores est¨¦ticos reconocidos han merecido el indulto y se les ha buscado nueva ubicaci¨®n. El caso m¨¢s destacado es el de la pasarela que hoy est¨¢ en la zona del F¨®rum 2004, junto al centro de convenciones. Fue construida en 1972 en lo que era entonces un descampado atravesado por numerosos scalextrics, en la actual plaza de las Gl¨°ries, un espacio dise?ado en 1859 por Ildefons Cerd¨¤ como el nuevo centro de Barcelona que ha sido reordenado en varias ocasiones y a¨²n no ha encontrado su forma definitiva.
Los ingenieros Fern¨¢ndez y Manterola recibieron varios premios por esta obra
El paso elevado cumple 33 a?os esperando el momento de volver a ser ¨²til al ciudadano
La accidentada historia de esta pasarela es un ejemplo interesante de c¨®mo la ingenier¨ªa y la est¨¦tica pueden ir de la mano en obras de apariencia humilde que acaban convirti¨¦ndose en ejemplares. Fue construida con acero y hormig¨®n armado, tiene 97,5 metros de luz y una estructura que dibuja una enorme Y sostenida por 13 tirantes de acero que salen de un pilar octogonal exento de 36 metros de altura. "La pasarela es una obra singular, adem¨¢s de la primera obra atirantada que hicimos, y la segunda que se construy¨® en Espa?a, tras el Puente de la Salve, sobre el r¨ªo Nervi¨®n", explica Leonardo Fern¨¢ndez, autor de la pasarela junto con Javier Manterola. Ambos son directores de la empresa de ingenier¨ªa Carlos Fern¨¢ndez Casado, SL, que es una de las m¨¢s importantes de Espa?a y ha construido puentes y estructuras de alta tecnolog¨ªa en todo el mundo. "Ha habido muchos puentes despu¨¦s, pero la pasarela de Gl¨°ries es un proyecto clave de nuestra labor profesional", a?ade Fern¨¢ndez. "Fueron muchas las dificultades que tuvimos que salvar para realizar el proyecto, condicionado por el tr¨¢fico circundante y un subsuelo lleno de servicios que imped¨ªan la implantaci¨®n de pilares, lo que nos oblig¨® a realizar luces de importancia", contin¨²a.
La singularidad tambi¨¦n fue reconocida por la Asociaci¨®n Nacional de Construcciones Met¨¢licas, que la galardon¨® como la mejor estructura met¨¢lica en 1974, y al a?o siguiente recibi¨® el premio que otorga la European Convention for Constructional Stellwork; adem¨¢s ha sido objeto de numerosos art¨ªculos de publicaciones especializadas y apareci¨® en la Gu¨ªa de arquitectura. Espa?a, 1920-2000.
Cuando, al amparo de las obras ol¨ªmpicas de principios de los noventa, se soterr¨® la v¨ªa f¨¦rrea en la plaza de las Gl¨°ries y se reorden¨® su complejo nudo viario, la pasarela perdi¨® su funci¨®n. Tras los primeros momentos de duda sobre qu¨¦ hacer con ella -desmontarla, guardarla, destruirla o hundirla en el mar-, se decidi¨® indultarla y buscarle un nuevo emplazamiento. Seg¨²n Juan Carlos Montiel, gran conocedor del urbanismo reciente de la ciudad y profesor de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a, en la decisi¨®n de preservarla "pesaron, sobre todo, los valores est¨¦ticos y su car¨¢cter escult¨®rico".
La empresa municipal Vila Ol¨ªmpica, SA, propuso a Fern¨¢ndez y Manterola desmontar, trasladar y montar de nuevo la pasarela en la zona surgida tras la nivelaci¨®n del terreno necesaria para construir la Ronda Litoral. "Era otro gran descampado que quedaba fuera del tramo urbanizado que se realiz¨® para los Juegos de 1992, pero la idea era actuar en esta zona cuando existieran los recursos necesarios y los conocimientos t¨¦cnicos precisos para soterrar la depuradora, como ha ocurido con vistas a la celebraci¨®n del F¨®rum 2004", explica Montiel, que ahora es tambi¨¦n responsable de urbanismo del distrito 22@.
Los ingenieros aceptaron el encargo de desmontar la obra con la idea de "reproducir fielmente la pasarela original y utilizar al m¨¢ximo los elementos del proyecto ejecutado 20 a?os antes". Lo m¨¢s complejo, seg¨²n Fern¨¢ndez y Manterola, fue "sustituir los tirantes de acero, pues cuando se construy¨®, para evitar la corrosi¨®n, se inyect¨® una vaina de polietileno que imped¨ªa que se destensasen, por lo que hubo que descargarlos todos a la vez, cortarlos (literalmente) y hacer que grandes gatos apoyados en castilletes aguantaran la estructura antes de cortarla en pedazos".
El gran esfuerzo para conservarla no se correspondi¨® con su visibilidad p¨²blica: una vez en su nuevo emplazamiento, la pasarela pas¨® casi una d¨¦cada abandonada e impracticable en una zona donde, eso s¨ª, estaba previsto construir un zoo marino y otras instalaciones relacionadas con el mar. Cuando surgi¨® el proyecto del F¨®rum 2004 se regener¨® toda la costa entre la Vila Ol¨ªmpica y la Rambla de Prim, y nuevos edificios empezaron a levantarse alrededor de la pasarela, que por fin parec¨ªa destinada a desempe?ar un papel fundamental comunicando el nuevo zoo y el centro de convenciones que se proyectaron a ambos lados de la Ronda Litoral. Pero finalmente el zoo no lleg¨® a tiempo para el F¨®rum y el espacio que le estaba reservado fue ocupado por un helipuerto provisional al que tampoco dio servicio la pasarela, ya que se habilit¨® un paso por debajo de la calzada lateral de la ronda. La pasarela qued¨® fuera del recinto del F¨®rum mediante una valla met¨¢lica que la hizo inaccesible, con lo que se perdi¨® una excelente oportunidad para incorporarla al urbanismo de la ciudad.
Y as¨ª sigue: inutilizada, a la espera de permitir el paso a los viandantes que se desplacen entre la zona verde que se levantar¨¢ junto al nuevo zoo, que no abrir¨¢ sus puertas hasta el a?o 2009, y el sector de Diagonal Mar. Montiel, que se felicita de que la obra siga en pie pese a su complicada vida, explica: "La pasarela es la superviviente de una ¨¦poca que por suerte ya ha desaparecido: la del dominio del tr¨¢fico rodado". El urbanista, que no duda en comparar la modernidad de esta obra -"salvando las distancias"- con la del pabell¨®n Mies van der Rohe, de 1929, afirma que "es fruto de una arquitectura y de una ingenier¨ªa alejada de los valores medi¨¢ticos y pr¨®ximos a la moda de la mayor¨ªa de las obras actuales". La prueba es que, pese a sus m¨¢s de tres d¨¦cadas de vida, es pr¨¢cticamente desconocida para los barceloneses.
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