Aut¨¦ntico

?De qu¨¦ est¨¢ hecha la autenticidad? Que se lo pregunten a Fernando Cepeda y su manera de entender y ejecutar el toreo. Los aficionados se conformaban con ver el buen capote de este diestro y se fueron de la plaza viendo torear. Que no es poco, porque reconocieron a un Cepeda transformado. Sin telara?as. Con decisi¨®n. Con arte.

Sin dudar, sac¨® provecho a la escasa nobleza de su segundo toro y a su pit¨®n derecho. Con maestr¨ªa y con el tiempo justo. Lo hab¨ªa intentado con el capote y no le sali¨®, y despu¨¦s del reconocimiento en banderillas, realiz¨® cuatro series de derechazos, algunos al natural, bajando la mano, templando, en el sitio, y dej¨® el toreo puro en lo que es. Si el grande noblet¨®n hubiera tenido algo para sacarle por el pit¨®n izquierdo se estar¨ªa hablando de una faena inmensa.

La conclusi¨®n es que Fernando Cepeda se ha decidido. Y aprender del maestro es lo que deber¨ªan hacer sus compa?eros de terna, situados a a?os luz de la autenticidad. Y que aprendan a ponerse en el sitio, a no dar zapatillazos, ni enganchones, ni trallazos, y sobre todo, que no griten. (?Qu¨¦ feo!). Le pusieron ganas a tan descastada materia y se conformaron con hacer el arrim¨®n de cara a la galer¨ªa. Por hacer algo.

?Y de qu¨¦ est¨¢ hecha la casta? Buena pregunta. Si Gavira tiene algo lo tendr¨¢ bajo llave, porque lo que trajo a Madrid le faltaba verdad y le sobraba invalidez.

?Y de qu¨¦ est¨¢n hechos los petos que lucen los caballos de la cuadra de picar? Es un misterio. Ser¨¢ de un material de nueva generaci¨®n, metacrilato quiz¨¢. De pl¨¢stico duro. De cermento armado. Brillante, r¨ªgido. Deslizante. Tanto, que les ponen a los jamelgos un pijama horrendo, con forma de manguitos, para que con el roce no se queden en carne viva.

?Y de qu¨¦ est¨¢n hechas las sanciones en Madrid? Los caballos siguen ciegos. Y no son los ¨²nicos, por lo que se ve.