Elogio de la templanza
Seguro que don Norberto Bobbio no tendr¨¢ objeciones si le recuerdo en el t¨ªtulo de este art¨ªculo. Lo cierto es que su famoso libro me viene habitualmente a la memoria cuando en Euskadi, y en especial en estos ¨²ltimos a?os, se agradecen mucho todas las propuestas pol¨ªticas de las que se desprenda una cierta templanza.
Me refiero a cualquier tipo de iniciativa, nacida de un partido pol¨ªtico o de alguna plataforma ciudadana que, en este tiempo pol¨ªtico y en este espacio geogr¨¢fico de apelaciones constantes al coraz¨®n, se distinga por solicitar m¨¢s del racionalismo que del romanticismo, m¨¢s del pensamiento que del sentimiento.
La verdad es que en este instante hist¨®rico (y quiz¨¢ tambi¨¦n un poco hist¨¦rico) en el que algunos andan buscando refugios identitarios excluyentes y provocando rupturas sentimentales entre vascos, se agradecen el compromiso y la serenidad con las que nos obsequia la Plataforma Ciudadana Aldaketa en sus "bases para un pacto ciudadano en Euskadi".
Aldaketa se constituye en una de las aportaciones m¨¢s interesantes del escenario pol¨ªtico vasco
Nuestros problemas no se solucionan a partir de la elevaci¨®n de nuestros derechos hist¨®ricos a categor¨ªa constitucional
Siete puntos, como siete puntos de sutura, y un proyecto que cosa lo que algunos est¨¢n empe?ados en romper; la esencia estatutaria de pacto entre vascos destrozada unilateralmente en la votaci¨®n del 30 de diciembre de 2004. Un proyecto que pegue lo que se parte por la mitad cuando se pretende elevar a categor¨ªa identitaria la adscripci¨®n pol¨ªtica de los ciudadanos y un proyecto incluyente sobre la aceptaci¨®n del otro ante el desprecio de m¨¢s de la mitad de la ciudadan¨ªa vasca en el viaje al fin de la noche iniciado por el actual tripartito.
En las "bases para un pacto ciudadano en Euskadi" se intuye un estudio preciso en el diagn¨®stico de nuestras principales enfermedades colectivas pero, adem¨¢s, se vislumbra una ¨²nica pasi¨®n en la redacci¨®n de la propuesta, la de la ciudadan¨ªa y los derechos inherentes a ¨¦sta.
Los problemas centrales que sufre la sociedad vasca no tienen forma de conflicto pol¨ªtico con ra¨ªces en el siglo XIX, ni se concretan en la necesidad de una relaci¨®n amable con Espa?a. Nuestros problemas principales no se solucionan a partir de la elevaci¨®n de nuestros derechos hist¨®ricos a categor¨ªa constitucional de un nuevo sujeto pol¨ªtico conformado en exclusiva por el pueblo vasco (Josu Ortuondo en el Parlamento Europeo, ?que recuerdos!). Simplemente tienen forma de libertad individual, de convivencia y de recuperaci¨®n democr¨¢tica sobre la base del car¨¢cter compartido e integrador de los derechos de ciudadan¨ªa.
As¨ª, entre tanta propuesta de ruptura, destaca que en el segundo punto del documento de Aldaketa se apueste por la conformaci¨®n de un pacto entre las diferentes identidades y sentimientos de pertenencia que garantice la reconstrucci¨®n de la sociedad vasca con criterios modernos de pluralidad, respeto e integraci¨®n. Un pacto que, circunscrito en la reforma consensuada y legal del Estatuto de Autonom¨ªa debe estar siempre basado en el principio de la ciudadan¨ªa. "Euskadi, como sujeto pol¨ªtico ha de estar constituida por ciudadanos y ciudadanas, independientemente de sus identidades o sentimientos de pertenencia".
Y frente a las tentativas reduccionistas de los l¨ªmites de la voluntad de los ciudadanos a partir del argumento de que todo empieza y termina en el Parlamento Vasco, se subraya la necesaria y saludable complementariedad de los diferentes ¨¢mbitos jur¨ªdicos e institucionales en la apuesta por el marco de ciudadan¨ªa moderno "que es Espa?a integrada en la Uni¨®n Europea, cuyas instituciones garantizan los derechos y las libertades individuales de los vascos".
Los redactores de la propuesta se posicionan tambi¨¦n sobre otro de los grandes riesgos que acechan Euskadi, la gestaci¨®n por parte del actual tripartito de un futuro constituido sobre la cobarde y torpe base del olvido. Resulta tranquilizador, en este Pa¨ªs de la desmemoria institucional, que se solicite una acci¨®n pol¨ªtica que "no pierda de vista nunca la realidad de las v¨ªctimas del terrorismo, privadas de sus derechos m¨¢s b¨¢sicos y negada su condici¨®n de conciudadanos por un proyecto pol¨ªtico identitario y premoderno que pretende sustituir un estado de derecho por un estado de naturaleza, en el que la violencia, la exclusi¨®n y la imposici¨®n se han convertido en inhumanos principios de actuaci¨®n pol¨ªtica".
Por estas apuestas adem¨¢s de algunas otras, por la sencillez y la racionalidad con la que se presentan estas bases para el pacto, Aldaketa se constituye en una de las aportaciones intelectuales y propositivas m¨¢s interesantes del escenario pol¨ªtico vasco. En la actualidad, se enmarcan en una dimensi¨®n electoral porque todas ellas han quedado recogidas en el programa con el que el PSE-EE se presenta a estas elecciones auton¨®micas. Constituyen as¨ª, uno de los elementos centrales del proyecto pol¨ªtico del socialismo vasco y ser¨¢n agenda de Gobierno si los ciudadanos as¨ª lo quieren y as¨ª lo votan. Sin embargo, el surgimiento de una reivindicaci¨®n de ciudadan¨ªa con la que salvarse de las identidades normativas, se sit¨²a m¨¢s all¨¢ de esta oportunidad electoral. Y tiene mucho m¨¢s recorrido del que algunos creen. Se presenta como la vacuna necesaria para la enfermiza sobrecarga identitaria que sufrimos los vascos, es la propuesta medida y templada con la que hacer frente al desvar¨ªo nacional del ¨²ltimo tiempo.
Sin gritos y sin abrazos, sin manipulaciones sentimentales y sin insultos, sin frentes de ning¨²n tipo. Con Euskadi doliendo por dentro, con ciertos derechos de nuestra parte en la solicitud templada de la paz y de la palabra. S¨®lo eso.
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