Indemnizada con 636.000 euros tras quedar parapl¨¦jica por fallos m¨¦dicos
La ma?ana del 26 de octubre de 1997, tras cuatro a?os de fuertes dolores y progresiva p¨¦rdida de movilidad, I. cay¨® al suelo. Ya no pudo mover las piernas de nuevo. Un tumor le hab¨ªa seccionado la m¨¦dula espinal tras crecer, sin ser detectado por ninguno de los m¨¦dicos que la vieron, a causa de un cat¨¦ter que le fue implantado tras una operaci¨®n por una hernia discal. El Tribunal Supremo ha reconocido ahora a esa paciente el derecho a ser indemnizada con 636.000 euros por el mal funcionamiento de los servicios sanitarios.
"Es una mujer que ha tenido mucho apoyo. Somos seis hermanos y 11 sobrinos, adem¨¢s de nuestra madre. Todo esto la ha permitido salir adelante, porque el sufrimiento que ha tenido mi hermana ha sido enorme. Y lo digo yo que he visto el dolor y la amargura en su cara". As¨ª define el hermano de I. (la familia ha pedido el anonimato), m¨¦dico de profesi¨®n, los avatares de estos ¨²ltimos 15 a?os.
De 36 a?os, casada y con dos hijos (qued¨® viuda poco despu¨¦s), entr¨® en el quir¨®fano por primera vez en junio de 1990. Tuvo que ser intervenida por una hernia discal, el pinzamiento de la m¨¦dula espinal entre dos v¨¦rtebras, lo que provoca dolores y problemas en la movilidad.
La operaci¨®n, realizada en el hospital Puerta de Hierro, transcurri¨® sin problemas. Pero la hernia se reprodujo. En 2003, ante los dolores que volv¨ªa a sufrir esta mujer, le fue implantada una bomba interna de perfusi¨®n intratecal. Este mecanismo se coloca bajo la piel y libera calmantes a varias v¨¦rtebras por encima de las dos que causan el pinzamiento. Los f¨¢rmacos llegan a la m¨¦dula por un cat¨¦ter.Los dolores, sin embargo, no cesaron. "Le hicieron decenas de pruebas. Los especialistas que la operaron la mandaban a traumatolog¨ªa y ¨¦stos tampoco encontraban nada. Al final lo que ocurr¨ªa es que todos buscaban la causa del dolor en las v¨¦rtebras que le provocaron la hernia, pero el problema estaba m¨¢s arriba: en el cat¨¦ter que le suministraba los f¨¢rmacos", explica su hermano.
El organismo de la mujer reaccion¨® ante la presencia de un cat¨¦ter junto a la m¨¦dula. Lo fue recubriendo con un granuloma -un tumor de tejido fibroso- que fue creciendo sin ser detectado y que causaba los dolores. Al final, el tumor se hizo tan grande que caus¨® una "secci¨®n medular", seg¨²n la sentencia.
El 26 de octubre de 1997, I. se qued¨® inv¨¢lida. Dos d¨ªas despu¨¦s fue operada de nuevo en el Puerta de Hierro para retirarle el granuloma y la bomba contra el dolor. "Los m¨¦dicos, sin embargo, no le retiraron el cat¨¦ter. No s¨¦ por qu¨¦. Parece incre¨ªble, pero le retiraron s¨®lo la bomba, y no el cat¨¦ter", relata su hermano.
I. fue ingresada en el Hospital Nacional de Parapl¨¦jicos de Toledo, donde estuvo un a?o. All¨ª, una radiograf¨ªa revel¨® la presencia del cat¨¦ter. Esto la oblig¨® a pasar de nuevo por el quir¨®fano, esta vez en el Gregorio Mara?¨®n, en mayo de 1998. "Al salir del hospital no se encontraba bien. Enseguida supimos por qu¨¦, y es que all¨ª hab¨ªa cogido una meningitis", contin¨²a su hermano. La meningitis le caus¨® luego una trombosis en la pierna izquierda de la que a¨²n recibe tratamiento.
Audiencia Nacional
Cuando I. qued¨® parapl¨¦jica, la familia decidi¨® reclamar ante el Insalud por lo que entend¨ªa que hab¨ªa sido una mala atenci¨®n recibida en el Puerta de Hierro. El Insalud, sin embargo, no atendi¨® su queja, por lo que la familia elev¨® el caso a la Audiencia Nacional.
En favor de la familia constaba el informe del inspector m¨¦dico, que trabaja para el propio Insalud, que reconoci¨® que la implantaci¨®n de la bomba de dolor y las pruebas m¨¦dicas realizadas en los cuatro a?os no hab¨ªan sido los adecuados. Por ello, consider¨® el inspector que la mujer ten¨ªa derecho a ser indemnizada.
La Secci¨®n Cuarta de la Audiencia Nacional fall¨® a favor del Insalud en febrero de 2001. "No apreciaron ni el informe de la inspecci¨®n m¨¦dica. Estaba claro que era un caso de mal funcionamiento de la Administraci¨®n, que hab¨ªa causado un da?o concreto, cuantificable, atribuible al sistema sanitario y que la paciente no ten¨ªa el deber jur¨ªdico de soportar", lamenta Francisco Jim¨¦nez Mauricio, el abogado de la familia.
El Tribunal Supremo ha dado ahora la raz¨®n a la mujer, en una sentencia de la que ha sido ponente el magistrado Francisco Gonz¨¢lez Navarro y que descalifica con dureza el fallo de la Audiencia Nacional. El Supremo reconoce a I. el derecho a ser indemnizada con 480.800 euros, adem¨¢s de los intereses legales de demora acumulados desde el d¨ªa que qued¨® inv¨¢lida, lo que suma 636.000 euros.
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