El 'caso Schiavo'
El presidente Bush y el Partido Republicano han dado muestra del radicalismo ideol¨®gico que impulsa su acci¨®n de gobierno interfiriendo de manera fulminante, al amparo de una ley ad hoc aprobada deprisa y corriendo en el Congreso, en el caso judicial y m¨¦dico planteado en torno a Terri Schiavo, mantenida artificialmente con vida desde hace 15 a?os. La justicia del Estado de Florida hab¨ªa decidido, de acuerdo con el dictamen de los m¨¦dicos, autorizar la desconexi¨®n de los aparatos que manten¨ªan con vida a la paciente, aceptando la demanda de su marido y representante legal y rechazando la de su padres, contrarios a la desconexi¨®n.
El caso Schiavo, m¨¢s que con la pr¨¢ctica de la eutanasia, tiene que ver con la limitaci¨®n del esfuerzo terap¨¦utico, una pr¨¢ctica m¨¦dica habitual en pacientes en situaci¨®n irreversible, ¨¦ticamente aceptable y legalmente posible en muchos pa¨ªses y que se lleva aplicando desde los a?os setenta en EE UU. El marido siempre aleg¨® que su mujer le manifest¨® su deseo de no ser mantenida con vida artificial antes de sufrir el ataque que le produjo la muerte cerebral. Esa alegaci¨®n, valorada como una declaraci¨®n verbal de ¨²ltimas voluntades (testamento vital), ha sido tenida en cuenta por la justicia de Florida tras el dictamen favorable de los m¨¦dicos.
Pero en los siete a?os de procedimiento judicial el asunto ha adquirido una dimensi¨®n ideol¨®gica para los sectores m¨¢s conservadores de EE UU, que lo han enarbolado como bandera de sus campa?as "pro vida". En 2003, el gobernador de Florida y hermano del presidente, Jeff Bush, ya intervino con una orden, anulada despu¨¦s por inconstitucional, que obligaba a los m¨¦dicos a mantener la alimentaci¨®n artificial. Para esos sectores, por otra parte defensores a ultranza de la pena de muerte, el caso Schiavo constitu¨ªa una ocasi¨®n para obtener r¨¦ditos electorales, como han se?alado algunos congresistas dem¨®cratas durante la tramitaci¨®n urgente de la ley, que deja en suspenso la decisi¨®n del tribunal de Florida y atribuye la ¨²ltima palabra a la justicia federal. Aparte otras consideraciones, resulta ins¨®lita esta interferencia de la pol¨ªtica, presidente Bush incluido, en la acci¨®n de la justicia en favor de una de las partes en una cuesti¨®n familiar.
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