"Deber¨ªamos ser mucho m¨¢s esc¨¦pticos frente a las compa?¨ªas farmac¨¦uticas"
Recientemente algunos de los compartimentos de una especie de caja de Pandora farmac¨¦utica se han abierto de par en par dejando salir, entre otras cosas, la informaci¨®n de que se hab¨ªan ocultado o "despistado" datos que demostraban que los antidepresivos de la familia de Prozac aumentan el riesgo de suicidio. Al mismo tiempo se ha especulado sobre la existencia de una serie de intrigas propias de una novela de John Le Carre que implicaba a compa?¨ªas farmac¨¦uticas, cient¨ªficos e incluso a organismos sanitarios.
Sin embargo, este panorama dista de ser nuevo para algunos investigadores. David Healy, psiquiatr¨ªa y psicofarmac¨®logo brit¨¢nico, puede atestiguarlo en primera persona porque en 1991 comenz¨® a publicar y presentar datos que indicaban que los antidepresivos de ¨²ltima generaci¨®n induc¨ªan al suicidio. Sus advertencias le costaron su puesto en la Universidad de Toronto. "Prestigiosas figuras de la universidad me hab¨ªan dicho expl¨ªcitamente que las promociones dependen de si formas parte del sistema".
"Es espantoso que millones de personas est¨¦n siendo tratadas con estos f¨¢rmacos antidepresivos sin que nadie sepa que puede haber riesgos"
"Resulta muy dif¨ªcil distinguir entre compa?¨ªas farmac¨¦uticas y tabaqueras, aunque su relaci¨®n con la medicina es diferente"
"No es necesario que un medicamento demuestre que es mejor que los antiguos para tener un lugar en el mercado"
Lejos de abandonar, Healy ha continuado denunciando el exceso de peso de la industria farmac¨¦utica en la investigaci¨®n m¨¦dica y acaba de publicar un libro titulado Let them eat Prozac (Dejemos que coman Prozac) en el que relata con toda suerte de detalles la introducci¨®n de los mencionados f¨¢rmacos en el mercado y las estrategias, de dudosa ¨¦tica, de las compa?¨ªas productoras para convertirlos en aut¨¦nticas estrellas de la psicofarmacolog¨ªa. Describe tambi¨¦n los numerosos juicios en los que se acusaba a los medicamentos de la muerte de un buen n¨²mero de personas por diferentes causas, juicios a los que en muchos casos Healy fue llamado a declarar.
Pregunta. Despu¨¦s de 15 a?os insistiendo en la asociaci¨®n entre los antidepresivos m¨¢s modernos y el aumento de suicidio, ?c¨®mo interpreta que finalmente las autoridades sanitarias lo hayan admitido e incluso que se insin¨²e que se ocultaron los datos que lo demostraban?
Respuesta. En este momento, es dif¨ªcil saber si fue una conspiraci¨®n o si fue incompetencia por parte de la FDA [Food and Drug Administration, la agencia reguladora de los medicamentos y los alimentos en Estados Unidos] y de las compa?¨ªas farmac¨¦uticas. Est¨¢ bastante claro que la comunidad cient¨ªfica hizo muy poco. Desde un punto de vista moral, es dif¨ªcil comprender por qu¨¦ la psiquiatr¨ªa acad¨¦mica permaneci¨® tan callada. Una posibilidad es que sencillamente no entiendan la estad¨ªstica.
P. Se habla fundamentalmente del riesgo de suicidio, pero usted asegura que los antidepresivos de la familia de Prozac tambi¨¦n inducen a conductas homicidas y cambios de personalidad. ?En qu¨¦ se basa para hacer esta afirmaci¨®n?
R. La evidencia para las tendencias homicidas est¨¢ en los ensayos cl¨ªnicos, particularmente en los de paroxetina y sertralina. El riesgo de hostilidad o reacciones agresivas se duplica con estos f¨¢rmacos. Hostilidad y agresi¨®n son c¨®digos que se emplean en investigaci¨®n y que incluyen homicidio.
Esta familia de f¨¢rmacos produce una reducci¨®n de la actividad emocional. Algunas personas lo encuentran ¨²til, quiz¨¢ los m¨¢s introvertidos. En otros casos conduce a la desinhibici¨®n, lo que produce un cambio de personalidad.
P. Si los datos est¨¢n claros, ?por qu¨¦ se habla tan poco de estos otros efectos secundarios?
R. Parte del problema no es que no se aborde una cuesti¨®n, sino tener una visi¨®n global. Para que la gente acepte que ha habido un problema durante los ¨²ltimos 10 a?os tendr¨¢n que llegar a la conclusi¨®n de que la mayor parte de la literatura cient¨ªfica que han estado leyendo es deficiente y falsa.
P. En su libro no s¨®lo menciona la seguridad de estos f¨¢rmacos, sino que tambi¨¦n cuestiona su verdadera eficacia. ?C¨®mo es posible que esta nueva clase de antidepresivos haya llegado a ser un aut¨¦ntico tratamiento estrella si no funcionan?
R. Un f¨¢rmaco poco potente puede funcionar frente a placebo
[sustancias sin actividad terap¨¦utica], no es necesario que un medicamento demuestre que es mejor que los antiguos para tener un lugar en el mercado. Una vez que ya est¨¢ disponible, el departamento de mercadotecnia de la compa?¨ªa farmac¨¦utica puede disimular los malos resultados y los datos inconvenientes y centrar la atenci¨®n exclusivamente en los hallazgos que encajan con sus prop¨®sitos.
P. ?No es terrible que millones de personas en todo el mundo est¨¦n siendo tratadas con ellos?
R. Es espantoso que millones de personas en el mundo est¨¦n siendo tratadas con estos medicamentos sin que nadie sepa que puede haber riesgos. Parece que habr¨¢ un gran n¨²mero de individuos que ser¨¢n tratados y que no podr¨¢n dejar sus tratamientos y habr¨¢ otra importante cantidad que se suicidar¨¢ y que no lo habr¨ªa hecho si hubiera habido suficientes advertencias.
P. Usted afirma que las compa?¨ªas farmac¨¦uticas son peores que las tabaqueras.
R. En la actualidad es muy dif¨ªcil distinguir entre unas y otras, aunque la relaci¨®n con la medicina de las compa?¨ªas farmac¨¦uticas es completamente diferente de la de las tabaqueras. Sin embargo, deber¨ªamos ser mucho m¨¢s esc¨¦pticos frente a las primeras y reconocer que la diferencia entre ellas no es tan grande como una vez pudo ser.
P. Los cient¨ªficos son, seg¨²n sus palabras, "a?adidos ornamentales al negocio" as¨ª como las revistas cient¨ªficas y las autoridades sanitarias. ?En qui¨¦n se puede confiar?
R. Por el momento es dif¨ªcil saber en qui¨¦n confiar. Lo mejor es encontrar un m¨¦dico que te escucha. Alguien que presta atenci¨®n a las pruebas, pero no a ti es muy probable que sea peligroso.
P. Cuando dice "una vez fue el poder de los f¨¢rmacos, ahora es el de la biotecnolog¨ªa", ?est¨¢ prediciendo un escenario similar? ?Ser¨¢n f¨¢cilmente manipulables los datos biotecnol¨®gicos?
R. S¨ª, creo ser¨¢n igualmente manipulables y habr¨¢ muy poca o ninguna diferencia entre las compa?¨ªas farmac¨¦uticas y las biotecnol¨®gicas. Esta es la aut¨¦ntica y aterradora perspectiva a la que nos enfrentamos.
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