Un terreno f¨¦rtil para las letras
Euskadi es, en m¨¢s de un sentido, un g¨¦nero literario. Euskadi como problema, como contencioso, como cuesti¨®n, ha generado una floreciente industria ensay¨ªstica que hace sumamente dif¨ªcil la tarea de ofrecer en unas pocas l¨ªneas un panorama que permita al lector interesado hacerse una idea cabal de los libros que sobre la cuesti¨®n vasca tiene a su disposici¨®n en las librer¨ªas espa?olas. Primero, porque lo publicado es mucho. Durante el pasado a?o 2004 y hasta el d¨ªa de hoy han sido no menos de cuarenta las novedades editadas. Probablemente sean bastantes m¨¢s, pues es ¨¦ste un g¨¦nero en torno al cual proliferan las editoriales peque?as y hasta las autoediciones. A estas novedades habr¨ªa que sumar las reediciones actualizadas de libros como
La producci¨®n ensay¨ªstica sobre Euskadi reproduce los debates pol¨ªticos de fondo que atraviesan y dividen a la sociedad vasca
La principal novedad del panorama ensay¨ªstico durante 2004 es el hecho de que ETA ha perdido peso como objeto de an¨¢lisis
Los espa?oles que dejaron de serlo
(publicado originalmente en 1982) o
De Gernika a Nueva York pasando por Berl¨ªn,
del que fuera primer lehendakari del Gobierno vasco, Jos¨¦ Antonio Aguirre, con pr¨®logo de Juan Jos¨¦ Ibarretxe. Sin olvidar la oportuna publicaci¨®n de la obra
Momentum catastrophicum,
que recoge dos conferencias de P¨ªo Baroja sobre los nacionalismos vasco y catal¨¢n.
Pero no nos enfrentamos s¨®lo ni fundamentalmente a un problema de abundancia. Es tambi¨¦n un problema de diversidad. Diversidad de tem¨¢ticas, de miradas, de intenciones. Como no pod¨ªa ser de otra manera, la producci¨®n ensay¨ªstica sobre Euskadi reproduce (y alimenta) los debates pol¨ªticos de fondo que atraviesan y, en la mayor¨ªa de los casos, dividen a la sociedad vasca...
y a la espa?ola. Es por ello que no resulta sencillo distinguir los ensayos combativos (aquellas reflexiones que combinan el rigor intelectual con la militancia c¨ªvica o pol¨ªtica), imprescindibles, de los ensayos de combate (productos instrumentales, estrictamente ideol¨®gicos y poco rigurosos), a la larga irrelevantes aunque su impacto p¨²blico acostumbre ser muy notable. En lo que sigue, obviar¨¦ aquellos trabajos que, en mi opini¨®n (que quiero combativa y no combatiente), alimentan esta segunda corriente, aunque no siempre sea f¨¢cil establecer la frontera.
Una revisi¨®n bibliogr¨¢fica como esta que ahora afrontamos no puede eludir empezar por la aproximaci¨®n hist¨®rica. Para una sociedad donde el pasado nunca es solamente pasado, sino recurrente actualidad y hasta propuesta de futuro, la reflexi¨®n sobre la historia adquiere una importancia estrat¨¦gica. Es ¨¦ste un terreno especialmente abonado para los reconstructores del ayer de corte orwelliano, para quienes pretenden que el pasado legitime, cuando no determine, determinados proyectos pol¨ªticos. Por eso, se agradece sobremanera la reflexi¨®n rigurosa, exigente, de obras como
El siglo de Euskadi,
de Jos¨¦ Luis de la Granja, o como
Navarra: memoria, pol¨ªtica e identidad,
de Juan Mar¨ªa S¨¢nchez-Prieto y Jos¨¦ Luis Nieva. Desde otra perspectiva, tiene inter¨¦s la biograf¨ªa del reportero George Steer, cronista del bombardeo de Guernica, escrita por Nicholas Rankin. Aunque no se trata propiamente de un ensayo hist¨®rico, podemos citar tambi¨¦n el libro
Sabino Arana. Dios, fueros, rey. ?Un dios o un loco?,
que recoge opiniones sobre el fundador del PNV procedentes de personas tan diversas como Arzalluz, Ibarretxe, Carod o Redondo Terreros, entre muchos otros.
Pero donde la producci¨®n se dispara es en el terreno del ensayo sobre el nacionalismo. Encontramos aqu¨ª desde justificaciones del nacionalismo que se reclaman "¨¦ticas", como las realizadas por el que fuera obispo de San Sebasti¨¢n, Jos¨¦ Mar¨ªa Seti¨¦n, hasta an¨¢lisis del "sindicalismo de contrapoder" desarrollado por el sindicato ELA-STV, organizaci¨®n que en 1997 declar¨® abierta una nueva fase soberanista tras decretar solemnemente la muerte del Estatuto de Gernika. Sin embargo, y tal vez de manera m¨¢s clara que en a?os anteriores, 2004 ha vuelto a confirmar la proverbial tradici¨®n ¨¢grafa del nacionalismo vasco. La inmensa mayor¨ªa de las obras en las que se reflexiona sobre esta cuesti¨®n no est¨¢n escritas desde el nacionalismo (la excepci¨®n puede ser
Poder y comunidad,
de Ricardo de la Encina), sino desde sus m¨¢rgenes
(PNV-ETA: historia de una relaci¨®n imposible,
de Sagrario Mor¨¢n), cuando no abiertamente en su contra.
Encontramos, as¨ª, junto a obras en la frontera misma del combate que denuncian la perversi¨®n del lenguaje nacionalista (como los de Santiago Gonz¨¢lez o Pedro Fern¨¢ndez) o su deriva etnicista
(Secesi¨®n y exclusi¨®n en el Pa¨ªs Vasco),
libros pol¨ªticamente propositivos, que pretenden formular propuestas que permitan salir de la situaci¨®n de ruptura de los di¨¢logos, los afectos y las confianzas en la que llevamos sumidos desde hace ya un lustro. Destacan entre estos t¨ªtulos
Estatuto, Constituci¨®n y libertades c¨ªvicas,
en el que se recogen las intervenciones desarrolladas en diversas jornadas organizadas por la iniciativa c¨ªvica Ciudadan¨ªa y Libertad para conmemorar la aprobaci¨®n del Estatuto de Gernika, as¨ª como
Nacionalismo: raz¨®n y pasi¨®n,
de Pedro Ibarra, m¨¢s que por su objetivo expl¨ªcito -dice el autor que "trata de mostrar que el nacionalismo puede ser, en teor¨ªa y en la pr¨¢ctica, una razonable propuesta de convivencia colectiva"- por ofrecer una s¨ªntesis bien articulada de todos los interrogantes y de muchas de las respuestas a los mismos que la cuesti¨®n nacionalista en general, y la cuesti¨®n del nacionalismo vasco en particular, suscita. Tambi¨¦n Jes¨²s Eguiguren, presidente del PSE, reflexiona en
La crisis vasca
sobre la manera de pasar de la ruptura al di¨¢logo. Es ¨¦ste uno de los pocos libros en los que se aborda con alguna profundidad el llamado plan Ibarretxe. La otra excepci¨®n es
Abuztuko gutunak. Adeitasunez, Ibarretxe lehendakariari
[cartas de agosto. Con deferencia, al lehendakari Ibarretxe] del escritor y editor Luis Haranburu Altuna, editadas por la Fundaci¨®n Fernando Buesa Blanco. M¨¢s recientemente, tambi¨¦n Javier Madrazo, l¨ªder de Izquierda Unida en Euskadi, ha publicado un ensayo en el que se recoge su propuesta de federalismo de libre adhesi¨®n.
Otras obras que merecen ser destacadas son el libro
Concordia civil en Euskadi,
recopilaci¨®n de las ponencias y discusiones desarrolladas en el seminario convocado por el Instituto de Derechos Humanos de Catalu?a y que reuni¨® a un grupo de relevantes personalidades del ¨¢mbito acad¨¦mico, pol¨ªtico, institucional y social de Euskadi y de Catalu?a. Algo similar persigue, si bien menos sistem¨¢ticamente, Antoni Batista en
Voces sobre Euskadi,
construido a lo Medem. Lo que ocurre es que, casi siempre, los intentos sin duda bien intencionados de construir polifon¨ªas en las que pueda "escucharse a todos", sin prejuicios, suele terminar produciendo un efecto cacof¨®nico. Y es que el problema vasco tiene poco que ver con el hecho de que existan o no espacios para que todas las voces puedan escucharse (que existen: ah¨ª est¨¢ el Parlamento) y mucho con que nos falta asumir con radicalidad que la ¨²nica lingua franca que permite el di¨¢logo en el seno de sociedades complejas es el idioma de la ciudadan¨ªa.
Lo advierte con agudeza Mario Onaind¨ªa en el segundo volumen de sus memorias, ya por siempre inacabadas, titulado
El aventurero cuerdo:
"?Dios m¨ªo, no hay quien entienda la pol¨ªtica vasca, todo el mundo entiende los gestos al rev¨¦s!". Es esta lingua franca ciudadana la que vemos construirse con el tiempo, perfeccionarse, en otro libro de Onaind¨ªa,
Testigo privilegiado,
en el que se recoge una selecci¨®n de art¨ªculos period¨ªsticos que abarca desde el a?o 1979 hasta 2004. Y es esta gram¨¢tica de los derechos, las libertades y las responsabilidades de los individuos la que se delinea magistralmente en la autobiograf¨ªa de Jos¨¦ Ram¨®n Recalde,
Fe de vida.
Tal vez la principal novedad del panorama ensay¨ªstico sobre Euskadi durante 2004 sea el hecho de que ETA ha perdido peso como objeto de an¨¢lisis. A diferencia de a?os anteriores en esta ocasi¨®n no encontramos libros directamente referidos a su historia, su estrategia o sus miembros. La excepci¨®n es la obra de Florencio Dom¨ªnguez
ETA en Catalu?a,
en la que analiza la compleja y no siempre bien conocida presencia que durante tres d¨¦cadas ha tenido la organizaci¨®n terrorista vasca en el espacio pol¨ªtico catal¨¢n. A prop¨®sito de este paso a un segundo plano de la organizaci¨®n terrorista, Juan Aranzadi ha publicado
Good-bye ETA,
libro en el que recopila diversos art¨ªculos de prensa escritos desde la convicci¨®n de que ETA ha entrado de manera irreversible en situaci¨®n terminal y de que esta situaci¨®n vuelve inaceptables las estrategias pol¨ªticas y los an¨¢lisis de la realidad que sit¨²an la lucha contra el terrorismo en el centro de sus preocupaciones.
Por supuesto ETA est¨¢ presente en todas aquellas obras que abordan, desde perspectivas diversas, el fen¨®meno del terrorismo, como el
Diccionario de terrorismo
de Jos¨¦ Mar¨ªa Benegas o la
Historia general del terrorismo
de Kepa Aulestia. Tambi¨¦n est¨¢ presente ETA en obras como
Universales del odio, Terrorismo y posmodernidad
o
Conflictos, violencia y di¨¢logo,
pero no como protagonista. No es ETA en cuanto tal o, como tantas veces se dice, en cuanto "agente pol¨ªtico" la que importa sino la racionalidad fan¨¢tica que est¨¢ en su base y que lleva a sus militantes a cruzar el umbral y a acceder a ese espacio donde lo prohibido se vuelve aceptable; y, sobre todo, importan sus v¨ªctimas, las v¨ªctimas del terrorismo.
La voz de las v¨ªctimas. Su sola voz, autosuficientemente normativa. Su voz tantas veces sola. Es la voz que se escucha poderosa a trav¨¦s de Maite Pagazaurtundua en su libro
Los Pagaza. Historia de una familia vasca.
Pero no siempre ha sido as¨ª. Javier Marrod¨¢n, autor de
Regreso a Etxarri-Aranatz,
ha pedido "que todos nos miremos en la historia de su abandono". Tantas veces ninguneadas, reducidas a residuo de la historia, colateralizadas, despojadas de todo valor pol¨ªtico mientras se sobrepolitizaba la pr¨¢ctica y el discurso de sus asesinos, las v¨ªctimas han ido ganando, a?o tras a?o, presencia en la sociedad vasca. Tambi¨¦n en el panorama ensay¨ªstico.
Los Pagaza se abre con una cita de Claudio Magris, de su Microcosmos: "Se alzan voces, se confunden, se apagan, se las oye a la espalda, prepar¨¢ndose para salir al fondo de la sala, un murmullo marino de resaca. Las ondas sonoras se alejan como los anillos de humo, pero en alg¨²n sitio quedan todav¨ªa. Quedan siempre, el mundo est¨¢ lleno de voces, un nuevo Marconi podr¨ªa inventar un aparato capaz de captarlas todas, infinito vocer¨ªo sobre el que la muerte no tiene poder; las almas inmortales e inmateriales son ultrasonidos que vagan por el universo". ?Ser¨¢ ¨¦sta la nueva frontera del ensayismo en y sobre Euskadi? Rescatar esas voces que la muerte ha querido pero no ha podido eliminar. Y convertirlas en la voz primera de nuestro diccionario. En una voz sin cuya presencia ning¨²n ensayo pueda realizarse. Y no me estoy refiriendo s¨®lo a esos ensayos que tan profusamente se exhiben en las librer¨ªas.
Imanol Zubero es profesor de Sociolog¨ªa en la Universidad del Pa¨ªs Vasco.

BIBLIOGRAF?A
Secesi¨®n y exclusi¨®n en el Pa¨ªs Vasco. Santiago Abascal. Ikusager, 2004.
De Gernika a Nueva York pasando por Berl¨ªn. Jos¨¦ Antonio Aguirre. Foca, 2004 (en euskera: Erein, 2004).
Universales del odio. Creencias, emociones y violencia. Mart¨ªn Alonso. Bakeaz, 2004.
Concordia civil en Euskadi. Estrategias para la paz. Enric Argullol y otros. Icaria, 2004.
Historia general del terrorismo. Kepa Aulestia. Aguilar, 2005.
Momentum catastrophicum. P¨ªo Baroja. Caro Raggio, 2004.
Voces sobre Euskadi. Antoni Batista. Plaza & Jan¨¦s, 2004.
Estatuto, Constituci¨®n y libertades c¨ªvicas. Ciudadan¨ªa y Libertad. Ciudadan¨ªa y Libertad-Hiri Libertateak, 2004.
Diccionario de terrorismo. Jos¨¦ Mar¨ªa Benegas. Espasa, 2004.
Conflictos, violencia y di¨¢logo. El caso vasco. Galo Bilbao y otros. Universidad de Deusto, 2004.
Palabra de vasco. Santiago Gonz¨¢lez. Espasa Calpe, 2004.
Terrorismo y posmodernidad. De la banalizaci¨®n del mal en el Pa¨ªs Vasco. Ra¨²l Gonz¨¢lez Zorrilla. Editilde, 2004.
La crisis vasca. Entre la ruptura y el pacto. Jes¨²s Eguiguren. Cambio, 2004.
Federalismo para convivir. Javier Madrazo. Nerea, 2005.
Poder y comunidad. Una sociolog¨ªa del nacionalismo. Ricardo de la Encina. Pamiela, 2004.
Bokabulario para hablar con nazionalistas baskos. Pedro Fern¨¢ndez. ?ltera, 2004.
El siglo de Euskadi. Jos¨¦ Luis de la Granja. Tecnos, 2003.
Abuztuko gutunak. Adeitasunez, Ibarretxe lehendakariari. Luis Haranburu Altuna. Fundaci¨®n Fernando Buesa Blanco, 2004.
Nacionalismo: raz¨®n y pasi¨®n. Pedro Ibarra. Ariel, 2005.
ELA 1976-2003. Sindicalismo de contrapoder. Francisco Letamend¨ªa. Fundaci¨®n Manu Robles-Arangiz, 2004.
Regreso a Etxarri-Aranatz. Javier Marrod¨¢n. Fundaci¨®n Tom¨¢s Caballero, 2002.
Los espa?oles que dejaron de serlo. G. Mor¨¢n. Planeta, 2003.
PNV-ETA: historia de una relaci¨®n imposible. Sagrario Mor¨¢n. Tecnos, 2004.
Testigo privilegiado. Art¨ªculos period¨ªsticos (1979-2003). Mario Onaind¨ªa.Ediciones B, 2004.
El aventurero cuerdo. Memorias (1977-1981). Mario Onaind¨ªa. Espasa Calpe, 2004.
Los Pagaza. Historia de una familia vasca. Maite Pagazaurtundua. Temas de Hoy, 2004.
Cr¨®nica desde Guernica. Nicholas Rankin. Siglo XXI, Madrid 2004.
Fe de vida. Jos¨¦ Ram¨®n Recalde. Tusquets, 2004.
Navarra: memoria, pol¨ªtica e identidad. Jos¨¦ Mar¨ªa S¨¢nchez-Prieto / Jos¨¦ Luis Nieva. Pamiela, 2004.
Sabino Arana. Dios, fueros, rey. ?Un dios o un loco? Javier Santamar¨ªa. Kiriki?o, 2004.
Pueblo vasco y soberan¨ªa. Aproximaci¨®n hist¨®rica y reflexi¨®n ¨¦tica. Jos¨¦ Mar¨ªa Seti¨¦n / Francisco Garmendia. Ostoa, 2003.
Unidad de Espa?a y juicio ¨¦tico. Jos¨¦ Mar¨ªa Seti¨¦n. Erein, 2004.
C¨®mo hemos llegado a esto. Jos¨¦ Luis Barber¨ªa, Patxo Unzueta. Taurus, 2003.
H¨¦roes a su pesar. Cr¨®nica de los que luchan por la libertad. Jos¨¦ Mar¨ªa Calleja. Espasa, 2003.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.