La importante labor de Casp y Adlert
Fue por indicaci¨®n del padre jesuita Joan Bta. Bertr¨¢n, poeta en catal¨¢n, que viv¨ªa en el colegio San Jos¨¦ de Valencia, que Joan Fuster y yo -j¨®venes poetas entonces- entramos en relaci¨®n con Casp y Adlert. Relaci¨®n que pronto dio sus "frutos literarios". A los pocos meses, Fuster vi¨® publicado su op¨²sculo de versos titulado Sobre Narc¨ªs. Y, posteriormente, ver¨ªa la luz mi Ara que s¨®c ac¨ª. Casp y Adlert estaban estudiando los proyectos para su Editorial Torre. En mayo de 1949, Fuster me escribe a Madrid inform¨¢ndome de c¨®mo van las cosas: "A finals de mes anir¨¤ Casp a Madrid, i probablement s'endur¨¤ per a la Censura l'original de tres o quatre llibrets. La idea ¨¦s publicar una col.lecci¨® de volums d'unes seixanta p¨¤gines cada, titulada Col.lecci¨® Gavina. En la qual s'alternar¨¤ prosa i vers. El primer tomet, titulat Ra?met de pastor, (a?¨° m'han dit que ¨¦s una planta de muntanya: jo no en sabia res), seran contes del senyor San? Moia. El seg¨®n, "si el tiempo no lo impide y con permiso de la autoridad competec¨¦tera", ser¨¤ un llibret de versos meus, el t¨ªtol del qual no el tinc fixat encara, per¨° que potser siga el de Criatura. El volum ter? ser¨¤ el primer d'una s¨¨rie de Rondalles valencianes, narracions populars fetes (escrites o transcrites, millor dit) per Enric Valor"... De versos pensen publicar tots els poetes del grup, tu entre ells. De manera que ja ho saps, ets incl¨°s en un dels primers n¨²meros de la Col.lecci¨® Gavina, que D¨¦u beneixca". Todo lo que aqu¨ª cuenta Fuster se cumpli¨®. Excepto que la colecci¨®n no se llam¨®, finalmente Gavina sino L'Espiga; que el libro de versos de Fuster no acab¨® titul¨¢ndose Criatura sino Ales o mans y que mi libro de versos nunca se public¨® porque nunca lo escrib¨ª. Dej¨¦ la poesia por el teatro. Y ser¨¢ L'home de l'aigua la pieza teatral que publicar¨¦ en la Col.lecci¨® L'Espiga.
Ambos se dedicaron a promocionar la lengua escrita con las mismas formas que en Barcelona, Mallorca o Andorra
El empe?o de Casp y Adlert que se iniciaba con L'Espiga en 1949 durar¨ªa hasta entrados los sesenta. En esta colecci¨®n se dieron a conocer los j¨®venes escritores de la postguerra, junto a los provenientes de la anteguerra. Entre los primeros: Estell¨¦s, Josep Iborra, Rafael Villar, Alfons Cuc¨®, Valls Jord¨¤, Maria Beneyto, Fuster, Burguera... Y entre los segundos tenemos a Enric Valor, J. Ernest Mart¨ªnez i Ferrando, Soler i Estruch, Emili Be¨¹t, Sanchis Guarner...
Ya dije que entonces no hab¨ªa problema ni conflicto ling¨¹¨ªstico alguno como ahora. Todos ten¨ªamos claro que la lengua era una. Y sobre todo, Xavier Casp y Miquel Adlert, para quienes no s¨®lo la lengua sino, tambi¨¦n, la literatura. Vean sino el siguiente anuncio con el que Editorial Torre promocionaba L'Espiga: "Col.leci¨® l'Espiga de obras valencianas. Biblioteca de suma selecci¨®n, pulcritud y econom¨ªa. Imprescindible para el buen conocimiento de la Literatura Catalana contempor¨¢nea". No se trata, por tanto y solamente, que aceptaran la unidad de la lengua sino que iban m¨¢s all¨¢, y as¨ª tenemos que las obras que en aquella colecci¨®n public¨¢bamos los autores valencianos pertenec¨ªan, seg¨²n opini¨®n de Casp y Adlert, a la "Literatura Catalana" contempor¨¢nea. Claro que no hay que olvidar que Xavier Casp, en el a?o 1950, se presenta a los Jocs Florals de la Llengua Catalana en el exilio, celebrados en Perpiny¨¤, y obtiene la Flor Natural; al a?o siguiente, 1.951, vuelve a presentarse -esta vez se celebran en Nueva York- y es premiado con la Englantina d'Or; y todav¨ªa repite el 1952 -ahora tienen lugar en Tolosa del Llenguadoc- y recibe el premio "Concepci¨® Rabell".
No hab¨ªa, pues, conflicto ling¨¹¨ªstico. Casp y Adlert, con su Editorial Torre, se dedicaban a la loable tarea de promocionar la lengua escrita, utilizando las mismas formas gramaticales y ortogr¨¢ficas que se usaban en Barcelona o en Mallorca o en Andorra. Y pon¨ªan mucho inter¨¦s en ello, revisando escrupulosamente los textos originales que enviaban los autores para su publicaci¨®n. De su meritoria actuaci¨®n que comienza a finales de la d¨¦cada de los cuarenta hay que destacar, y agradecer, el importante fondo editorial que supone el conjunto de todas sus publicaciones. Material indispensable para quien quiera conocer la literatura en valenciano de aquellos a?os. Incluso contribuyeron a facilitar la ense?anza de la lengua publicando la "Gram¨¢tica valenciana" de Manuel Sanchis Guarner, con pr¨®logo del mallorqu¨ªn Francesc de Borja Moll. Eran dos valencianistas ac¨¦rrimos y entusiastas, con un amor por su lengua, por nuestra lengua, por su unidad, por su cultivo y difusi¨®n, perfectamente indescriptible. Por eso resulta dif¨ªcil comprender c¨®mo pudieron renegar de todo el bien que hab¨ªan hecho, c¨®mo pudieron echar por la borda todas sus arraigadas convicciones sobre el ser de la lengua com¨²n, para dedicarse a elaborar proyectos aberrantes de ortograf¨ªas con el fin de justificar una secesi¨®n ling¨¹¨ªstica.
Fue en 1975 cuando empiezan a renegar de su pasado. Con unas justificaciones curios¨ªsimas. En febrero de ese a?o, Adlert publica un art¨ªculo en el vespertino Jornada, donde confiesa que hab¨ªa sido enga?ado por quienes le ense?aron que el valenciano y el catal¨¢n eran la misma lengua. Y que por tanto, ¨¦l hab¨ªa enga?ado a otros transmiti¨¦ndoles esta ense?anza. Tambi¨¦n Casp, en un art¨ªculo publicado por esas fechas en Levante, nos cuenta la misma historia. Hab¨ªan sido enga?ados. Resulta que ahora, en 1975, despu¨¦s de cuarenta a?os escribiendo y publicando obras en valenciano, conscientes de que era la misma lengua que el catal¨¢n; despu¨¦s de que Casp se present¨® varias veces a los "Jocs Florals de la Llengua Catalana en el exili"; despu¨¦s de anunciar que para conocer la Literatura Catalana contempor¨¢nea era imprescindible comprar las obras publicadas por su Editorial Torre en la Col.leci¨® L'Espiga, hab¨ªan ca¨ªdo en la cuenta de que el valenciano y el catal¨¢n eran lenguas distintas. Porque, seg¨²n dice Casp en su art¨ªculo de Levante, titulado "M'explicar¨¦", despu¨¦s de cuarenta a?os se hab¨ªan percatado de que la lengua en que ellos tanto hab¨ªan escrito y ense?ado a escribir, que tanto hab¨ªan publicado hasta formar un fondo editorial estimable, aquella lengua "no era la llengua que parlava el poble" (?!). Es decir: Casp y Adlert viven en Valencia, viven entre el pueblo, hablan con el pueblo, oyen hablar al pueblo en valenciano y, al cabo de m¨¢s de cuarenta a?os, se dan cuenta de que la lengua que habla el pueblo no es la misma que ellos vienen escribiendo durante tanto tiempo. De pronto, se dan cuenta de que ?les han enga?ado!. Pues s¨ª que han tardado en percatarse del enga?o. El lector comprender¨¢ que son razones que no se pueden tomar en serio. No son cre¨ªbles. Debe haber otros motivos. Y sin duda los hay. Pero a esto nos referiremos m¨¢s adelante y en su momento oportuno. Lo importante, ahora, es reconocer, y agradecer, la labor de Casp y Adlert en aquellos a?os de la posguerra y siguientes. Porque es de justicia hacerlo as¨ª.
fburguera@invest.es
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