De la Pe?a toma el mando

De la Pe?a es otra cosa. Podr¨¢ gustar mucho o poco su juego -en el que caso de algunos entrenadores, parece que el poco era muy poco-, pero nadie podr¨¢ negar que con ¨¦l en el campo es f¨¢cil que algo pase. Algo distinto, al alcance de muy pocos. Por ejemplo, un extraordinario pase de 40 metros, abajo, dur¨ªsimo y, a la vez, con el temple adecuado para que el bal¨®n coja velocidad al salir escupido del empapado c¨¦sped. U otro pase de distinta factura, arriba, a la espalda de los defensas, a esa especie de agujero ciego que ¨¦l ve y que alguien h¨¢bil, avispado, y para avispado nadie como Joaqu¨ªn, puede aprovechar y mandarlo a la red.

Gan¨® ayer Espa?a a China, como no pod¨ªa ser de otra manera, y el partido dej¨® alg¨²n detalle digno de elogio, aun con las reservas propias que provoca el que el rival fuera muy poco rival. Certific¨®, entre otras cosas, que Pablo apunta a grand¨ªsimo defensa. Certific¨® tambi¨¦n que Joaqu¨ªn, intermitente y an¨¢rquico como es, resulta demoledor en el uno contra uno. Y certific¨®, en fin, que De la Pe?a juega al f¨²tbol como los ¨¢ngeles, aunque haya quien critique el f¨²tbol de los ¨¢ngeles.

Apareci¨® De la Pe?a en el equipo titular por aquello de que hab¨ªa que reservar a Ra¨²l para el decisivo choque del mi¨¦rcoles ante Serbia, pero no se coloc¨® en el puesto del madridista, como segundo delantero. Ejerci¨® su magisterio en el eje del equipo, a la izquierda de Albelda en el primer acto y a la derecha de Orbaiz en el segundo. Luis opt¨® por esa medida a costa de, al menos hasta la aparici¨®n del sevillano Reyes, sacrificar la banda izquierda, pues Luque se coloc¨® arriba junto a Torres.

Pero no not¨® el equipo cojera alguna, quiz¨¢ porque todo se fragu¨® en el pasillo derecho, ese donde vive Joaqu¨ªn. Fue ponerse en marcha ¨¦ste por su banda y llegar el primer gol. Centr¨® el b¨¦tico, acudi¨® Luque presto al remate y no lleg¨® porque su defensor, de nombre Zhao Junzhe, decidi¨® abrazarse a ¨¦l. Se?al¨® penalti el ¨¢rbitro y el delantero del Atl¨¦tico Fernando Torres firm¨® el primer gol de Espa?a. S¨®lo hab¨ªan pasado dos minutos.

Acababa de arrancar el partido y la selecci¨®n espa?ola ya ten¨ªa un gol en el zurr¨®n. Cierto que el rival era China, un equipo menor, corajudo y bien pertrechado en cuanta materia tenga que ver con el m¨²sculo, pero poco m¨¢s. Acumulaba ocasiones el equipo de Aragon¨¦s con inusitada facilidad. Cuando no era De la Pe?a el que encontraba la salida desde atr¨¢s lo hac¨ªa Xavi. Una y otra vez lanzaron a Torres, a Luque y, sobre todo, a Joaqu¨ªn. Deprisa, muy deprisa se mov¨ªa Espa?a, a la que s¨®lo le falt¨® acierto cara al gol. Lo consigui¨® Pablo de cabeza a la salida de un c¨®rner, pero el ¨¢rbitro anul¨® la acci¨®n por fuera de juego de un Torres que pasaba por all¨ª. Lleg¨® por fin el segundo, al transformar Xavi una falta en medio de la catarata de ocasiones que protagonizaba el equipo dirigido por Luis Aragon¨¦s. Tuvo una buena oportunidad China, en un cabezazo de Li Wei Feng que sac¨® Casillas entre el alborozo general.

Aprovech¨® Luis el descanso para cambiar la mitad del equipo. Entre los que entraron figur¨® Reyes, que dio aire a una banda izquierda donde Del Horno no se atrevi¨® a salir de la cueva. A poco de la reanudaci¨®n se produjo la jugada del partido, con el toque exquisito, sutil, de De la Pe?a, que encontr¨® un socio de lujo en Joaqu¨ªn. El b¨¦tico domin¨® la pelota y la peg¨® abajo, dibujando una vaselina de museo.

Comenz¨® luego a caer un espantoso diluvio sobre el Helm¨¢ntico y los ¨¢nimos espa?oles se redujeron. Tampoco la tromba de agua ayudaba a mantener la tensi¨®n, una China que demostr¨® por qu¨¦ ha ca¨ªdo eliminada en la clasificaci¨®n para el Mundial al ser superada por potencias de la talla de la selecci¨®n de Kuwait. Un lanzamiento de Luis Garc¨ªa -que por fin debut¨®, como lo hicieron Sergio Ramos y Mista- al larguero cerr¨® el grifo de las ocasiones espa?olas, de un equipo que demostr¨® tan buen manejo del bal¨®n como falta de gol, un asunto ¨¦ste preocupante cuando enfrente s¨®lo hay un animoso grupo de futbolistas chinos de nula inspiraci¨®n, mucha movilidad, ganas de correr y nada que ense?ar.