Sin 'normalizaci¨®n' ni empleo
Miles de inmigrantes en El Ejido carecen de empadronamiento y, tras las olas de fr¨ªo, tambi¨¦n de trabajo para poder regularizarse
En la plaza de la Constituci¨®n, frente al Ayuntamiento de El Ejido (Almer¨ªa), hay ¨²ltimamente cada ma?ana una larga cola de inmigrantes. Sus or¨ªgenes son muy diversos: magreb¨ªes, latinoamericanos, eslavos, subsaharianos... En este municipio del poniente almeriense conviven gentes hasta de 80 pa¨ªses diferentes, atra¨ªdas por la mano de obra demandada por ese mar de pl¨¢sticos que conforman las cerca de 6.500 hect¨¢reas de invernaderos que bordean la costa.
Son las mismas tierras emplasticadas que han convertido a El Ejido (70.000 habitantes) en la huerta de Europa y en el laboratorio espa?ol de inmigraci¨®n por excelencia, con un 18,5% de poblaci¨®n extranjera (13.148 inmigrantes censados y m¨¢s del doble sin censar, seg¨²n las estimaciones de pol¨ªticos y ONG).
CC OO estima que unas 20.000 personas se han quedado sin tarea por el mal tiempo
Vivir hacinados o en infraviviendas les impide inscribirse en la localidad
Estos d¨ªas vuelve a haber bastante revuelo en esta localidad, que a¨²n vive traumatizada por los ataques racistas que protagonizaron algunos de sus ciudadanos en febrero de 2000, como muestra el recelo del gobierno municipal (PP) a hablar con los medios de comunicaci¨®n sobre temas relacionados con la inmigraci¨®n. Y como muestra tambi¨¦n el hecho de que las principales ONG que trabajan en la zona prefieran no hablar del tema "porque ya hemos tenido problemas. Luego nos critican por defender a los inmigrantes", comenta un miembro de una de ellas.
Las razones de que las cosas vuelvan a estar revueltas en el municipio son m¨²ltiples. Por un lado, el proceso de "normalizaci¨®n" abierto por el Gobierno el pasado 7 de febrero ha supuesto que se hagan visibles de forma repentina muchos de los indocumentados que permanec¨ªan ocultos en los rec¨®nditos cortijos de la zona. Aquellos a los que s¨®lo se ve¨ªa al amanecer y a la ca¨ªda del sol por las laber¨ªnticas calles de los invernaderos, cuando iban o ven¨ªan del trabajo. Muchos de ellos, como Mohamed, han decidido dar el paso y tratar de existir tambi¨¦n oficialmente. "Tengo una oferta de trabajo, pero no estoy empadronado", dice. La misma frase se repite varias veces a lo largo de la cola a las puertas del ayuntamiento. De hecho, desde que se abri¨® el proceso, s¨®lo se han recogido alrededor de 3.000 solicitudes en el consistorio, seg¨²n los datos del concejal socialista responsable del ¨¢rea de Inmigraci¨®n, Jos¨¦ Miguel Alarc¨®n. Y en toda la provincia de Almer¨ªa han sido 7.120 las instancias presentadas, seg¨²n los datos facilitados por la secretaria de Estado para la Inmigraci¨®n, Consuelo Rum¨ª.
"La cosa no va como esper¨¢bamos", explica Alarc¨®n. "No est¨¢ siendo tan multitudinaria la respuesta como cre¨ªamos que iba a ser. Se est¨¢n encontrando con el problema del empadronamiento. Hay casos de gente que tiene hijos que llevan cinco y seis a?os en la escuela y no est¨¢n empadronados. Tendr¨¢n que acudir a la opci¨®n del arraigo", a?ade.
Las asociaciones de inmigrantes y los sindicatos corroboran esta situaci¨®n, que muestra tres cosas. Una, que a¨²n hay una inmensa bolsa oculta de indocumentados si las estimaciones de poblaci¨®n extranjera son correctas. Dos, que a pesar de no estar empadronados, los extranjeros que viven en El Ejido han tenido acceso a la educaci¨®n y a la sanidad porque nadie les ha exigido su tarjeta de empadronamiento para ello. Y tres, que el problema de la vivienda es un hecho porque: o viven hacinados en casas en las que s¨®lo se pueden empadronar cuatro o cinco miembros seg¨²n las normas de empadronamiento, o lo hacen en cortijos e invernaderos abandonados que son infraviviendas sin nombre ni direcci¨®n y que no sirven para empadronarse.
?sa es una de las principales razones por las que ahora muchos, pese a llevar m¨¢s de seis meses en Espa?a y tener un trabajo o una oferta, no pueden acogerse al proceso del Gobierno. "Las previsiones que hab¨ªa con la normalizaci¨®n se han dado la vuelta. Esper¨¢bamos que se regularizara un 70% de los inmigrantes de la zona, y la realidad es que la afluencia est¨¢ siendo mucho menor. El problema de la vivienda est¨¢ aflorando ahora. Hay mucha gente que lleva a?os aqu¨ª pero nunca ha tenido un domicilio en el que empadronarse", dice Mar¨ªa Dolores Granados, responsable de Inmigraci¨®n de CC OO en Almer¨ªa.
Adem¨¢s, ahora, con el proceso de normalizaci¨®n ya en marcha, la situaci¨®n se ha complicado bastante para los inmigrantes de la zona. Las heladas, nevadas y granizadas que acompa?aron a los cuatro temporales de fr¨ªo que ha habido este invierno han acabado con numerosas cosechas y han derrumbado invernaderos. Los c¨¢lculos de la organizaci¨®n agraria COAG hablan de cerca de 500 agricultores afectados y de m¨¢s de 2.000 hect¨¢reas perdidas, un 30% de ellas del poniente almeriense. Las consecuencias han afectado directamente a los trabajadores inmigrantes, que se han quedado sin empleo.
El trabajo, como los productos frut¨ªcolas, se ha congelado literalmente. Desde CC OO de Almer¨ªa se estima que alrededor de 20.000 personas podr¨ªan verse afectadas por la falta de mano de obra, "mayoritariamente inmigrantes", puntualizan.
"El trabajo se ha reducido con las olas de fr¨ªo", explica Hanafi Hamza, portavoz de ATIME, que estima que un 35% de los inmigrantes de la zona habr¨ªa perdido su empleo. "Esto est¨¢ perjudicando a mucha gente y al propio proceso de regularizaci¨®n, porque si no hay trabajo no hay ofertas de contratos tampoco".
Jos¨¦ Romero, un ejidense de 39 a?os que prefiere ocultarse bajo ese nombre, hab¨ªa conseguido hacerse con dos hect¨¢reas de tierras. En una de ellas hab¨ªa realizado una inversi¨®n especial con ayuda de la Junta de Andaluc¨ªa y hab¨ªa modernizado el sistema de invernadero. La otra, m¨¢s antigua, se ha desplomado con las granizadas. Ha perdido una cosecha de pepino. Ha tenido que dejar a sus tres trabajadores marroqu¨ªes en la calle, "porque no les puedo dar trabajo ahora", pero pretende mantenerles en su cortijo y seguir con la tramitaci¨®n de los papeles de uno de ellos, que lleva s¨®lo un a?o en Espa?a. "Espero que s¨®lo estemos parados unos meses, porque yo tampoco quiero dejarles tirados", dice.
La situaci¨®n actual, de beneficiar a alguien, es a los inmigrantes del Este. Desde que llegaron se especializaron en uno de los trabajos m¨¢s duros, que es la construcci¨®n de invernaderos. Y ahora sus brazos y sus manos est¨¢n m¨¢s cotizados y son m¨¢s necesarios que nunca. La propia fisonom¨ªa de los barrios de la localidad muestra que est¨¢ habiendo un desplazamiento progresivo de los inmigrantes magreb¨ªes en favor de los del Este en algunas zonas.
Ahora, seg¨²n indican las fuentes consultadas, los inmigrantes que no tienen familia (que siguen siendo la mayor¨ªa) est¨¢n huyendo hacia Huelva, Murcia o Lleida para buscar trabajo o hacia otros pa¨ªses europeos.
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