'Revista de Libros' llega al n¨²mero 100 volcada en la cr¨ªtica literaria de gran rigor
La publicaci¨®n celebra su cifra centenaria con una fiesta en el C¨ªrculo de Bellas Artes
Dos personas en un despacho dan para mucho. Para 100 n¨²meros de Revista de Libros, por ejemplo, que es lo que hacen mes a mes, sin atarse a las cadenas de la inmediatez, reposando los contenidos, digiriendo desde su observatorio el pensamiento, las letras y la ciencia ?lvaro Delgado-Gal y Amalia Iglesias, director y redactora, aut¨¦nticos urdidores de una publicaci¨®n de referencia en el panorama literario espa?ol. Lo celebran ma?ana con un acto en el C¨ªrculo de Bellas Artes, donde presentan el n¨²mero especial. "Con art¨ªculos de fondo y sin cr¨ªticas", avisa el director.
Una muralla de libros les rodea y una ventana les proporcina luz natural en su despacho de las oficinas de la editorial Turner. Trabajan a conciencia, de un modo casi artesanal, con fichas elaboradas a mano a la vista, entre colecciones, cat¨¢logos a granel, novelas y un buen surtido de poemarios. Entre los dos, con la ayuda de Luis Gago como editor y un batall¨®n de colaboradores, hacen circular entre 12.000 y 15.000 ejemplares y se han asentado como revista especializada con una buena subvenci¨®n de la Fundaci¨®n Cajamadrid. "Eso precisamente es lo que nos da mucha independencia, aunque parezca raro", dice Amalia Iglesias, poeta y encargada de toda la vertiente literaria en la revista.
Defienden la calma y la distancia en lo que hacen. Conf¨ªan en un modelo que se da poco en las revistas especializadas: la cr¨ªtica pura y dura. "Hemos apostado por la rese?¨ªstica y no sentimos mucha competencia", asegura Delgado-Gal, que ma?ana conversar¨¢ con Fernando Rodr¨ªguez Lafuente, director del Blanco y Negro Cultural, de Abc, en el acto del C¨ªrculo en Madrid. "Cuando las encargamos huimos de los amiguismos y las vendettas", dice el director sobre esa enfermedad doble que tanto afecta al mundo del libro.
Tambi¨¦n cuidan la edici¨®n. "Como contamos con especialistas, precisamente ¨¦se es a veces el inconveniente, porque lo fundamental es que escriban de manera clara. Por eso la edici¨®n muy cuidada es lo que hace que la revista respire", aseguran los dos. Est¨¢n sujetos a objetivos cristalinos: "Nuestras ambiciones son culturales y no comerciales", dice el director. Tampoco la divulgaci¨®n: "Estamos dirigidos a un p¨²blico heterog¨¦neo, pero no queremos ser divulgativos. Nuestra f¨®rmula es la opini¨®n cultural de fondo", a?ade.
Para muestra, el n¨²mero 100, con nueve a?os de distancia del n¨²mero 0, una portada brillante de Eduardo Arroyo y art¨ªculos, entre otros, de Gabriel Jackson, sobre Schostak¨®vich y Stalin; Stanley G. Payne, sobre los nacionalismos en la antigua URSS, o Tom¨¢s Llorens y Guillermo Solana, responables saliente y entrante de la colecci¨®n Thyssen, que han escrito La crisis del museo contempor¨¢neo.
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