Reforma educativa
El Gobierno present¨® ayer las l¨ªneas de la futura Ley Org¨¢nica de la Educaci¨®n (LOE), que regular¨¢ la ense?anza no universitaria y reemplazar¨¢ las dos anteriores, que datan de los Gobiernos de Gonz¨¢lez y Aznar. El anteproyecto mantiene el esquema b¨¢sico de organizaci¨®n de las ense?anzas infantil, primaria y secundaria, pero modifica algunos de los aspectos m¨¢s discutibles introducidos por el anterior Ejecutivo. No es una reforma radical, como lo fue en 1990 la LOGSE, sino una adaptaci¨®n exigida por los problemas registrados en la aplicaci¨®n del reglamento vigente. Y es prudente, porque el sistema educativo necesita estabilidad para permitir que centros y profesores se adapten y programen su actividad sin sobresaltos.
Una de las novedades m¨¢s importantes es el ¨¦nfasis en el lenguaje hablado y escrito, el de una segunda lengua y el refuerzo de la lectura y las matem¨¢ticas. Para ello se prev¨¦n desdobles en la ESO en estas asignaturas cuando se estime necesario, as¨ª como profesorado de apoyo para los alumnos con dificultades, en lugar de los itinerarios previstos en la LOCE.
La nueva ley implanta dos pruebas de nivel a los alumnos de 9 y 13 a?os, que no tendr¨¢n peso en la nota final, pero servir¨¢n para evaluar sus conocimientos. Se suprime tambi¨¦n el examen de rev¨¢lida, que nunca lleg¨® a realizarse, y se vuelve a una ¨²nica prueba de selectividad para quienes sigan estudios universitarios, con el doble prop¨®sito de evaluar los conocimientos adquiridos en la ense?anza secundaria y facilitar la distribuci¨®n de alumnos por carreras cuando exista m¨¢s demanda que oferta. Se conserva la obligatoriedad de repetir curso en la ESO cuando se suspendan cuatro o m¨¢s asignaturas, o con un n¨²mero menor de suspensos a juicio de los profesores, atendiendo a cada caso, con el l¨ªmite de dos repeticiones en esta etapa. Y se regula la participaci¨®n de la Administraci¨®n en la elecci¨®n de los directores de los centros, junto con el consejo escolar y el claustro de profesores. En general, se observa en estos dos ¨²ltimos puntos un cierto compromiso entre lo previsto en la LOGSE y las modificaciones introducidas por el anterior Gobierno.
Respecto a la religi¨®n, se mantiene el esquema previo a la LOCE de obligatoriedad de oferta por parte de los centros, pero voluntariedad de los alumnos. Quedan en el aire, sin embargo, los aspectos m¨¢s pol¨¦micos, como son su condici¨®n de computable para las notas medias que influyen en el acceso a la Universidad o a becas, lo que no deber¨ªa ocurrir en ning¨²n caso. O la existencia de una materia alternativa. En caso de que ¨¦sta exista, se plantea una contradicci¨®n radical: si es importante por su formaci¨®n ¨¦tica, hist¨®rica o human¨ªstica, deber¨ªa ser seguida por todos los alumnos, y si no lo es, entonces existe s¨®lo como una especie de "penalizaci¨®n" para quienes no sigan la asignatura de religi¨®n.
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