Dos frentes
Lo ¨²ltimo que se le ha ocurrido a Rodr¨ªguez Zapatero es hacer desde Venezuela, y en compa?¨ªa de otros tres indocumentados como ¨¦l, unas declaraciones contra el terrorismo y el hambre que no parecen meras formulaciones ret¨®ricas. Estos locos ignoran el papel estabilizador de ambas lacras en la econom¨ªa del mundo. Alguien deber¨ªa explic¨¢rselo antes de que pasen de las palabras a los hechos. De momento, han osado ponerlo por escrito en un papel en el que se comprometen a combatir el terrorismo "con estricto apego al derecho internacional y a las normas de protecci¨®n de los derechos humanos". Como suena. No pueden ocultar que est¨¢n en contra de la tortura, quiz¨¢ tambi¨¦n de las detenciones ilegales, y a favor, ?v¨¢lgame Dios!, del h¨¢beas corpus. Pero, hombres de Dios, si hasta el m¨¢s prestigioso polit¨®logo de Harvard ha reconocido ya la eficacia de la picana en la recogida de informaci¨®n.
Hay que pararlos. Hay que parar, sobre todo, y por lo que nos toca, a Zapatero. Y conviene hacerlo desde dos frentes que, aunque parezcan intelectualmente incompatibles, a la larga resultar¨¢n complementarios. Si en algo tenemos experiencia es en enga?ar a los votantes. Tachemos pues, de un lado, a Rodr¨ªguez Zapatero de ingenuo incorregible; de pacifista idiota; de adolescente tontorr¨®n; de idealista ciego a las limitaciones de la realidad y de los mercados. Convenzamos al contribuyente de que no hay nada m¨¢s peligroso para nuestro proyecto econ¨®mico, social e hist¨®rico, que esa especie de candidez bobalicona con la que se presenta en las canciller¨ªas, en los m¨ªtines y en los consejos de ministros.
Pero al mismo tiempo, y desde el segundo frente, llevemos al ¨¢nimo de los ciudadanos la idea de que es un monstruo de maldad; una inteligencia calculadora; un perverso que se ali¨® sin perder la sonrisa con los mism¨ªsimos terroristas del 11-M para realizar el atentado con el que conquist¨® el poder. No es que sea el autor intelectual de la matanza, no, es que ¨¦l mismo coloc¨® las bombas. ?D¨®nde estaba, por cierto, aquel d¨ªa? ?Se ha verificado adecuadamente su coartada? Si no lo hacemos caer por tonto, en fin, lo haremos caer por listo. Y si nos falla todo, contratamos de nuevo a Ans¨®n.
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