Ballena blanca

Marbella, 10.00 de la ma?ana del 13 de marzo. Llevo a limpiar mi coche al autolavado de la calle Ram¨®n G¨®mez de la Serna. Saco las esterillas y empiezo a golpearlas para quitarles el polvo. A 10 metros de mi coche se encuentra el despacho Del Valle Abogados, cuando me doy cuenta golpeo la esterilla con rabia y de repente me veo envuelto en una nube de polvo. ?De d¨®nde ha salido tanto polvo? ?C¨®mo no me he dado cuenta de la cantidad de porquer¨ªa que se acumulaba en mi propio coche? ?Es posible que en tres semanas se haya acumulado tanta basura? Un momento, ?o han sido tres meses? ?Y como es que no lo he visto? ?O es que no he querido verlo para que la nube de polvo no acabara envolvi¨¦ndome? Lo cierto es que el polvo en Marbella lleva lustros acumul¨¢ndose bajo los pies de nuestra propia sociedad, de los de las instituciones p¨²blicas locales y nacionales, de los de Hacienda, la polic¨ªa y la justicia. Acumulaci¨®n facilitada por una actitud en la que se entremezcla la ambici¨®n y avaricia de unos; la incompetencia, falta de compromiso e indigencia moral de otros; y la indolencia y acomodamiento de una mayor¨ªa que, al igual que en situaciones que se producen en otras zonas del pa¨ªs y que guardan una cierta reminiscencia con ¨¦sta, miran para otro lado y no tienen inconveniente, por ejemplo, en votar, elecci¨®n tras elecci¨®n, a una corporaci¨®n local corrupta. Ayer hizo 37 a?os que nac¨ª en este pueblo y por primera vez en mucho tiempo tengo la sensaci¨®n de que por fin algo se mueve, de que por fin alguien se preocupa. El mejor regalo de cumplea?os.