Tengo momia formal
Har¨¢ cosa de un a?o, en su residencia de verano (que es la misma que la de invierno) ?lex de la Iglesia me dijo que iba a producir teatro. "?Pero t¨² sabes algo de eso?", le dije. "En absoluto", contest¨®, "aunque mi lema es aquel refr¨¢n irland¨¦s: lo consiguieron porque no sab¨ªan que era imposible". Le pregunt¨¦ por la obra. "Es una funci¨®n en un solo acto, pero muy intenso. Acaba con el fin del mundo, no te digo m¨¢s. Se llama Dos hombres sin destino". Me ech¨¦ a re¨ªr, porque estoy como una tapia y entend¨ª "Dos hombres sin vespino". ?lex me sac¨® de mi error y me dijo que estaba perfectamente capacitado para captar el humor de la pieza.
"?Y qui¨¦n la ha escrito?". "Montero y Maidag¨¢n. ?A que suena bien?". Dije: "No es un nombre tan bueno como Tono y Mihura, pero en cambio tiene dos M y es m¨¢s r¨ªtmico". "De hecho", a?adi¨®, "parece escrita por Tono y Mihura de tripi". Quise saber m¨¢s. Habl¨¦ con Montero, que, adem¨¢s, la ha dirigido. "Va de dos tipos sentados delante de un sof¨¢", me dijo, "cuya vida da un giro de 360 grados. Vamos, que se quedan igual". Supe que ten¨ªa que correr a ver la comedia. La estrenaron el pasado verano en Guadalajara, pero hac¨ªa un calor de muerte. Esper¨¦ unos meses. Demasiados, porque cuando fui a verla a Madrid, al Arlequ¨ªn, sal¨ªa de cartel al d¨ªa siguiente. Ahora la obra est¨¢ en gira y el 6 de abril llega a Barcelona, al Borr¨¢s, as¨ª que tengo una ocasi¨®n estupenda para hablar de ella, y ustedes de verla y disfrutarla. Los actores son Manuel Tallaf¨¦ y Enrique Mart¨ªnez, dos habituales del cine de ?lex de la Iglesia, y yo les aseguro por la gloria de mi madre que son muy buenos, dos estupendos actores de comedia. Tambi¨¦n les aseguro (de nuevo a costa de la gloria de mi madre) que Dos hombres sin destino es muy graciosa, que yo me part¨ª el pecho, y que el t¨¢ndem Montero & Maidag¨¢n dar¨¢ mucho que hablar.
Pormenoricemos en la trama. Juan Ignacio y Jos¨¦ ?ngel llevan veinte a?os en el sof¨¢, charlando y viendo la tele. Echan el director's cut de Ben-Hur, que dura seis horas porque contiene la vida cotidiana y los mon¨®logos interiores de los personajes. (Ejemplo. La madre de Ben Hur: "Ni gripe ni nada. A ver si esto va a ser lepra"), lo cual hace reflexionar a Juan Ignacio sobre la muerte. Harto de llevar una vida de rebajas e inmovilismo, abraza la acci¨®n nietzscheana. En el transcurso de un d¨ªa bien aprovechado manda dos mil curr¨ªculos, aprende ingl¨¦s y hace un curso de Windows. Resultado: encuentra trabajo en la NASA y se liga a Grace Kelly. "Todo es ponerse", declara, ufano, poni¨¦ndole los dientes muy largos a Jos¨¦ ?ngel. Y es que Jos¨¦ ?ngel lo tiene peor. Una infancia dif¨ªcil le marc¨® para siempre. Fue el peque?o de 53 hermanos, que murieron en un enfrentamiento con la polic¨ªa. ("Cuando trajeron los f¨¦retros parec¨ªa que hab¨ªamos puesto tarima"). Jos¨¦ ?ngel lleva cinco a?os de relaciones con una chica, pero a trav¨¦s de un chat. ("Ayer conoc¨ª a sus padres. No veas qu¨¦ faltas de ortograf¨ªa"). El caso es que, mientras Jos¨¦ ?ngel se va hundiendo en el sill¨®n, Juan Ignacio se convierte en una gloria nacional. Por un azar se hace con el diario de a bordo del fontanero del Titanic ("no s¨¦ si voy a tener estopa para todo esto"), le vende los derechos a Chuck Norris, consigue que le incluyan en la generaci¨®n del 27 y hasta le ponen su nombre a una calle. Espoleado por su ejemplo, Juan Ignacio trata de salir del marasmo, pero en ¨¦stas anuncian el fin del mundo, que es "como un fin de a?o, pero a lo bestia", y que, por cierto, pilla a Jos¨¦ ?ngel en mal momento, cuando estaba a punto de irse a Ikea con Grace Kelly.
Quiz¨¢ haya m¨¢s cosas que necesiten saber. Como, por ejemplo, que Dos hombres sin destino contiene cuatro gloriosos n¨²meros musicales, a saber: a) el sentido bolero Sin ti, de Los Panchos, interpretado en clave de heavy metal; b) la espa?ol¨ªsima jota La Pilarica, interpretada en clave Bee Gees; c) el himno solidario Dame Pan, con coros de Bono y Elton John; y, d) el d¨²o Tonight, de West Side Story, que Jos¨¦ ?ngel y la chica del chat interpretan a veinte metros de distancia: ella en la calle y ¨¦l sin moverse del sof¨¢, por supuesto. La funci¨®n tambi¨¦n ofrece reflexiones harto perspicaces sobre el mundo de hoy d¨ªa. Selecciono, de su varia floresta, esta interrogaci¨®n sobre el comandante Cousteau ("?Estaba realmente tan arrugado ese hombre o es que siempre le fotografiaban reci¨¦n salido del agua?"), y esta otra, de similar jaez, sobre la vida alien¨ªgena. Juan Ignacio: "Mira que son feos los extraterrestres". Jos¨¦ ?ngel: "Hombre, t¨² te metes un viaje de cuatro mil a?os en un platillo, aterrizas ?y no vas a salir verde y con los ojos hinchados?".
Acabemos con una confesi¨®n ¨ªntima. Tal vez se pregunten ustedes por qu¨¦ la cr¨®nica de esta semana se llama Tengo momia formal en vez de, por ejemplo, Dos en un sof¨¢, que quedaba m¨¢s clarito. Ahora mismo se lo explico. Tengo momia formal era el t¨ªtulo de una funci¨®n que siempre quise ver pero a cuyo estreno llegu¨¦ tarde, como me sucedi¨® con ¨¦sta. Bastante m¨¢s tarde, porque se estren¨® el 23 de agosto de 1954 en el teatro ?lvarez Quintero. Era una revista que escribieron Gila y Eduardo Manzanos en una noche. La protagonizaron Gila, Jos¨¦ Luis Ozores y Tony Leblanc, con Lina Canalejas de vedette y m¨²sicas de Augusto Alguer¨® (padre). Seg¨²n Gila, pasaba en el fondo del mar, en un saloon, en el castillo de Frankenstein y en un pante¨®n egipcio. Hay muchas cosas que lamento haberme perdido en mis vidas anteriores, pero ¨¦sa se lleva la palma. Por eso, mi mente enferma se ha hecho la ilusi¨®n de que Dos hombres sin destino es la versi¨®n actual, sin gas¨®geno ni restricciones, de Tengo momia formal. Con Tallaf¨¦ haciendo de Gila, Enrique Mart¨ªnez en la estela de Peliche y Grace Kelly haciendo de Tony Leblanc (o viceversa). La ¨²nica l¨¢stima grande es que no salga ?lex haciendo de Lina Canalejas.
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