Se buscan partidos con cuentas transparentes
En el enrarecido clima pol¨ªtico que se vive en las ¨²ltimas semanas se han aprobado dos propuestas para hacer frente a las sospechas de corrupci¨®n aparecidas. Una, la creaci¨®n de un mecanismo de acreditada eficacia, imparcialidad y solvencia para resolver este tipo de problemas: una comisi¨®n de investigaci¨®n; otra, dotarse de una nueva oficina gubernamental que se estima de gran ayuda para luchar ¨¢gilmente, sin burocracia ni interferencias, contra las corrupciones de las distintas administraciones y oficinas gubernamentales. Aunque todos valoramos el ingente esfuerzo desarrollado para erradicar tan aborrecidas pr¨¢cticas, creemos que estas propuestas no agotan el campo de todas las soluciones posibles. Presentamos, pues, una reflexi¨®n y unas invitaciones.
Cumplir las normas legales es un m¨ªnimo que se exige a los partidos pol¨ªticos, y la transgresi¨®n de estas normas, en caso de ser demostrada, comporta sanciones penales
Cumplir las normas legales es un m¨ªnimo que se exige a los partidos pol¨ªticos, y la transgresi¨®n de estas normas, en caso de ser demostrada, comporta sanciones penales. Pero es cierto que existen comportamientos perfectamente legales que no son aceptables para los ciudadanos. Sirva un ejemplo. Si el presidente de una hipot¨¦tica ONG tuviera a su disposici¨®n limusina con ch¨®fer, sueldo millonario y un atractivo plan de jubilaci¨®n a cargo de la entidad, su conducta podr¨ªa ser perfectamente ajustada a derecho, pero dif¨ªcilmente querr¨ªa nadie contribuir a sostener una organizaci¨®n que tan palmariamente se aleja de sus postuladas finalidades. A las ONG se les exige una coherencia que supera lo exigible legalmente, si quieren recibir nuestras aportaciones.
En el caso de los partidos, pueden existir pr¨¢cticas que, sin merecer sanciones penales, los alejen de las opciones que libremente escogen los ciudadanos: comportamientos indecorosos sobre los que los tribunales nada pueden ni deben decir, pero que de ninguna manera van a ser respaldados por los votos. La mejor manera de alejar la sospecha de pactos de silencio es impulsar una competici¨®n de transparencia entre los partes interesadas: animar a los partidos para que voluntariamente, m¨¢s all¨¢ de las estrictas obligaciones legales, presenten sus finanzas transparentemente ante los ciudadanos.
Se invita, pues, a los partidos que quieran y puedan a que publiquen en sus p¨¢ginas web una relaci¨®n exhaustiva y detallada de sus ingresos y sus gastos. Una relaci¨®n que se espera que contenga un listado pormenorizado, con nombres e importe, de las subvenciones y donaciones recibidas, de los gastos publicitarios individualizados por medio y campa?a, de los gastos de funcionamiento y de los pr¨¦stamos utilizados.
Se invita tambi¨¦n a los partidos que quieran adherirse a esta conducta de autoexigencia a que se comprometan a responder a todas las solicitudes de datos adicionales respecto a sus cuentas que les dirija cualquier ciudadano, aceptando naturalmente que el solicitante de la informaci¨®n se haga cargo de los gastos administrativos de gesti¨®n y documentaci¨®n derivados de su consulta.
Es previsible que diferentes partidos presenten con distinto
detalle, amplitud temporal y facilidad de comprensi¨®n sus cuentas. No caigamos en el error de intentar regularlo, ya que tampoco existe un formato estandarizado de programa electoral. Dejemos que los partidos compitan libremente tanto en la elaboraci¨®n de sus propuestas program¨¢ticas como en la presentaci¨®n p¨²blica de sus cuentas. Si alg¨²n partido no quisiera avanzar en estas pr¨¢cticas de transparencia, ser¨ªa injusto que recayera sobre ¨¦l la sospecha de corrupci¨®n, pero ser¨ªa muy ingenuo que intentara seguir gozando de nuestra confianza electoral: es decir, que pretendiera explicarnos c¨®mo va a dirigir nuestro pa¨ªs sin mostrarnos c¨®mo dirige su casa. Sin duda, existe una amplia demanda ciudadana de partidos con cuentas transparentes. ?Hay oferta?
Llu¨ªs Planas es profesor de Econom¨ªa de la Universidad de Girona.
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