Cari?o, no es lo que parece
Carlos de Inglaterra deber¨¢ pedir perd¨®n al ex marido de Camila Parker por haberle convertido en un cornudo, seg¨²n leo en EL PA?S. Esto es as¨ª porque Carlos es el heredero de la corona brit¨¢nica y, por tanto, jefe de la Iglesia anglicana. El jefe de la Iglesia anglicana no puede dedicarse a pendonear como nosotros. Nosotros, al no ser los jefes de la Iglesia anglicana, podemos poner los cuernos sin disculparnos.
Sinceramente, yo, hasta hoy, pensaba que la vida de la escritora mordaz catalana era muy perra. Pero despu¨¦s de esto creo que ser jefe de la Iglesia anglicana es peor. Ser escritora mordaz catalana te obliga a pedir perd¨®n por casi todo lo que haces, pero al menos no por los cuernos que hayas podido poner con tu esfuerzo y sudor. Y es una suerte. Si las de mi gremio tambi¨¦n tuvi¨¦semos que pedir perd¨®n por eso, se acabar¨ªa la literatura. No har¨ªamos otra cosa en todo el d¨ªa. Adi¨®s trilog¨ªas, adi¨®s libros sobre la adopci¨®n, adi¨®s novelas que recuperan la memoria hist¨®rica del franquismo, adi¨®s intercambio de e-mails con lectores atractivos. Ser¨ªa el fin.
Claro que todav¨ªa hay algo peor que pedir perd¨®n por esos cuernos que colocaste: ser el cornudo o la cornuda al que se le pide ese perd¨®n. No sabemos si el ex de Camila lo pas¨® mal cuando Carlos le rob¨® la esposa. Pero si fue as¨ª, hace a?os que se le habr¨¢ pasado. Que ahora, tanto tiempo despu¨¦s, le venga el jefe de la Iglesia anglicana a pedir perd¨®n, es una faena. Porque todos sabemos c¨®mo piden perd¨®n los jefes de la Iglesia anglicana. A lo grande. No quedan con el cornudo y le dicen: "Tenemos que hablar". El jefe de la Iglesia anglicana en trance de pedir perd¨®n por cuernos env¨ªa una carta al sujeto para anunciarle su visita y, cuando va, lo hace acompa?ado del ch¨®fer, el jefe de prensa, el guardaespaldas y los periodistas. A pesar de ser una visita "de car¨¢cter privado", la prensa se entera y la graba con c¨¢maras ocultas. Especula. Someten al pobre hombre a todo tipo de acoso. Le ofrecen de todo para que cuente en la tele lo que sufri¨® cuando, por decirlo al estilo de Mocedades, descubri¨® que el cuerpo de Camila ol¨ªa "a le?a de otro hogar". Ahora que por fin hab¨ªa podido olvidarlo, viene la Iglesia anglicana y se lo recuerda. ?Va a perdonar? ?Dir¨¢: "No tiene importancia, de verdad, Carlos, sed felices"? ?Le mandar¨¢ a paseo? ?Ser¨¢ civilizado y quedar¨¢ con ¨¦l y Camila para cenar? Si es as¨ª, huyamos. S¨®lo hay una cosa m¨¢s pesada que o¨ªr a alguien que te cuenta su divorcio traum¨¢tico: o¨ªr a alguien que te cuenta lo bien que se lleva con su ex y que, parece mentira, la gente no lo comprende pero son superamigos, ¨¦l sigue yendo a cenar a su casa, m¨¢s que nada por la ni?a, s¨ª, pero tambi¨¦n porque, oye, qu¨¦ caramba, su ex es tambi¨¦n su mejor amiga, etc¨¦tera.
Pues bien. Desde aqu¨ª quiero decirle al cornudo que no se preocupe. Esta escena no suceder¨¢. Carlos est¨¢ obligado a pedirle perd¨®n, s¨ª, pero no ahora. Si hay algo en lo que la Iglesia (sea la Iglesia que sea) se toma su tiempo es en lo de pedir perd¨®n. La cat¨®lica tard¨® siglos en pedir disculpas a Galileo. Y con un poco de suerte, dentro de unos lustros lo har¨¢n por los abusos cometidos contra ni?os. As¨ª que, viendo el percal, les aseguro que lo de Carlos tambi¨¦n va para largo.
moliner.empar@gmail.com
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