El colegio de cardenales dirigir¨¢ la transici¨®n
El espa?ol Somalo es el encargado de certificar la muerte del Papa tras golpearle con un martillo
Las campanas de San Pedro suenan secas, ta?idas a martillo, y el port¨®n de bronce de la bas¨ªlica, a la derecha de la fachada, queda entornado. ?sas son las dos se?ales p¨²blicas que anuncian la muerte de un pont¨ªfice. Dentro del Vaticano se suprimen todos los cargos, menos los de la C¨¢mara Apost¨®lica y tres curiales, y el colegio cardenalicio asume el poder durante la transici¨®n que da inicio a las tres semanas -nueve d¨ªas son de duelo- que preceden a la formaci¨®n del C¨®nclave. Este proceso comienza despu¨¦s de que el cardenal camarlengo, el espa?ol Eduardo Mart¨ªnez Somalo, haya golpeado tres veces con un martillo de plata la frente de Karol Wojtyla, le llame otras tantas por su nombre y certifique que Juan Pablo II ha muerto.
El ceremonial f¨²nebre en el Vaticano se rige por normas precisas establecidas por una tradici¨®n, en muchos casos, de siglos y por las disposiciones testamentarias legadas personalmente por el Papa difunto. Juan Pablo II promulg¨® en 1996 la constituci¨®n apost¨®lica Universi dominici gregis, un testamento p¨²blico (quiz¨¢ complementado por otro privado, a¨²n desconocido) en el que dictaba una serie de instrucciones para el momento de su desaparici¨®n.
Los primeros pasos, en cualquier caso, son los tradicionales. Los m¨¦dicos avisan al cardenal camarlengo de que su paciente ha expirado y aqu¨¦l, acompa?ado por el maestro de las celebraciones lit¨²rgicas, Piero Marini, y por el canciller de la C¨¢mara Apost¨®lica, un abogado, se persona en la habitaci¨®n donde reposa el cuerpo.
El cardenal espa?ol Mart¨ªnez Somalo tiene que cumplir como camarlengo el ritual del triple toque en la frente con un martillo de plata, llamar al difunto tres veces por su nombre de pila, Karol, y si no obtiene respuesta certificar que no hay vida. Con el mismo martillo de plata, el camarlengo rompe el anillo del pescador, con el sello de san Pedro, para asegurarse de que nadie lo usa para falsificar un documento pontificio. El canciller, a su vez, levanta el acta oficial del fallecimiento.
Inmediatamente despu¨¦s de este tr¨¢mite, el camarlengo Mart¨ªnez Somalo sella los accesos a las habitaciones pontificias (aunque los m¨¢s directos colaboradores de Karol Wojtyla mantendr¨¢n el derecho de entrada y salida, para ordenar los documentos p¨®stumos) e informa del deceso al vicario de Roma (el arzobispo que dirige la di¨®cesis romana en nombre del Papa), cardenal Camillo Ruini. El cardenal Ruini anuncia a la Di¨®cesis de Roma, a trav¨¦s de la emisora Radio Vaticano o de un canal p¨²blico de la televisi¨®n italiana, que el Papa ha muerto.
Informaci¨®n al mundo
Tambi¨¦n se da comunicaci¨®n al decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal alem¨¢n Joseph Ratzinger, quien informa mediante un breve mensaje o un telegrama a todos los cardenales del mundo y a los miembros del Cuerpo Diplom¨¢tico acreditado ante la Santa Sede. La f¨®rmula que se utiliz¨® la ¨²ltima vez, cuando falleci¨® Juan Pablo I, fue muy simple: "El Papa ha muerto, ven".
A partir de ese momento, todos los cardenales, por orden expresa de Juan Pablo II en Universi domini gregis, deben vestir "el traje talar ordinario negro con cord¨®n rojo y faja roja, con solideo, pectoral y anillo". La primera obligaci¨®n de los cardenales presentes en Roma consiste en "establecer el d¨ªa, la hora y el modo en el que el cad¨¢ver del difunto pont¨ªfice ser¨¢ trasladado a la Bas¨ªlica Vaticana, para ser expuesto a la veneraci¨®n de los fieles", y "disponer todo lo necesario para las exequias del difunto pont¨ªfice, que se celebrar¨¢n durante nueve d¨ªas consecutivos, y fijar el inicio de las mismas de modo que el entierro tenga lugar, salvo motivos especiales, entre el cuarto y el sexto d¨ªa despu¨¦s de la muerte".
No se conoce ninguna disposici¨®n privada de Juan Pablo II que impida la realizaci¨®n de una autopsia, ni siquiera la toma de algunas fotograf¨ªas del cad¨¢ver como prueba documental, algo aceptado expresamente en Universi domini gregis. Se haga o no se haga, el cuerpo, una vez lavado por las monjas que han cuidado durante a?os del pont¨ªfice, es revestido con las prendas pontificias: la mitra blanca en la cabeza, la casulla utilizada para la celebraci¨®n eucar¨ªstica (en este caso, roja, el color del luto papal) y el palio, una estola de lana blanca con cruces negras que simboliza la dignidad del difunto. Unas horas despu¨¦s, o al d¨ªa siguiente, seg¨²n el momento del ¨®bito, los restos papales ser¨¢n introducidos en un triple ata¨²d (una caja de cipr¨¦s, una de plomo, una de nogal) y expuestos durante tres jornadas en la bas¨ªlica de San Pedro, para recibir la despedida de los fieles.
En la ausencia de un Papa, el poder queda en manos del Colegio Cardenalicio (que s¨®lo puede administrar los asuntos corrientes de la Iglesia, sin derogar disposiciones de anteriores pont¨ªfices ni usurpar ninguna prerrogativa del que ser¨¢ elegido como sucesor de Juan Pablo II) y todos los cargos de la Curia, con algunas excepciones, quedan anulados.
Las excepciones afectan al camarlengo y a sus subordinados de la C¨¢mara Apost¨®lica, encargados de organizar los ritos f¨²nebres y el C¨®nclave, y a tres puestos concretos. Son el de sustituto de la Secretar¨ªa de Estado, que ocupa Leonardo Sandri y equivale en t¨¦rminos laicos a un ministro de la Presidencia; el de secretario para las Relaciones con los Estados, que ocupa Giovanni Lajolo (equivalente a ministro de Asuntos Exteriores, encargado de recibir a las autoridades civiles asistentes al funeral de Juan Pablo II y a la coronaci¨®n del sucesor), y el de vicario general de la Di¨®cesis de Roma, ocupado por el cardenal Camillo Ruini, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana.
A las tres semanas deber¨¢ quedar constituido el C¨®nclave, del saldr¨¢ elegido el nuevo Pont¨ªfice. Este es el tiempo que se considera prudente para que todos los cardenales del Colegio puedan llegar a Roma desde sus lugares de origen. No se descarta, que de estar todos en Roma antes de esa fecha, los mismos cardenales puedan adelantar el inicio del C¨®nclave, palabra que procedente de la latina cum clavis, y significa con llave. Esta instituci¨®n fue creada despu¨¦s que los cardenales tardaran en 1274 dos a?os y nueve meses en elegir a Gregorio X y se decidiera su encierro a pan y agua para forzar una r¨¢pida decisi¨®n.
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