Young S¨¢nchez y otros cuentos
EL PA?S ofrece ma?ana, lunes, por 1 euro, la antolog¨ªa de relatos de Ignacio Aldecoa
Su muerte temprana no impidi¨® que Ignacio Aldecoa (Vitoria, 1925-Madrid, 1969) aportase a la literatura en castellano una obra de gran calidad, diversificada en dos poemarios, cuatro novelas y varios libros de relatos. Miembro muy destacado de la generaci¨®n literaria de los "ni?os de la guerra", o "de los a?os cincuenta", una de las promociones narrativas, teatrales y po¨¦ticas importantes y significativas en el siglo XX espa?ol, tuvo como compa?eros en la pr¨¢ctica del relato breve, entre otros, a Jes¨²s Fern¨¢ndez Santos, Medardo Fraile y Carmen Mart¨ªn Gaite, todos ellos enmarcados dentro de lo que pudi¨¦ramos denominar la expresi¨®n realista, que debieron afrontar las rigurosas restricciones de la sociedad y de la censura del franquismo. Josefina R. Aldecoa reuni¨® los 79 relatos de quien hab¨ªa sido su marido, escritos entre 1949 y 1969, y los public¨® en 1995 (Cuentos completos, Alfaguara). Young S¨¢nchez y otros cuentos presenta una selecci¨®n de 14 de aquellos relatos que abarca las diferentes ¨¦pocas creativas del autor.
Los personajes de Ignacio Aldecoa son gentes modestas, trabajadores que ejercen sus oficios o buscan el ascenso social por v¨ªas at¨ªpicas, como los toros o el boxeo, otras contempladas en circunstancias de especial vulnerabilidad -soldados, mujeres, ni?os, viejos- y tambi¨¦n ciertos miembros de la peque?a burgues¨ªa. Sus peripecias son usuales, propias de la vida de cada d¨ªa, en los lugares dom¨¦sticos o laborales de costumbre. Sin embargo, el realismo de los cuentos de Aldecoa no se corresponde con un lenguaje pobre ni vulgar, sino con la b¨²squeda de im¨¢genes verbales vigorosas, di¨¢logos bien medidos para perfilar las situaciones y las conductas, descripciones precisas, que dan relieve y certeza a los personajes. Su t¨¦cnica se basa en eliminar lo accesorio para dar a lo cotidiano relieve dram¨¢tico y hasta ¨¦pico, y suscitar una emoci¨®n sin ret¨®ricas. Los arranques de sus cuentos son austeros, enigm¨¢ticos, y el cuento se va desplegando mediante un lenguaje conciso, barnizado en ocasiones de iron¨ªa, que no s¨®lo est¨¢ atento a mostrar actitudes y comportamientos, sino tambi¨¦n a reproducir los datos f¨ªsicos -olores, luces y sombras, sonidos- que los rodean. Aldecoa establece el escenario como un personaje m¨¢s, procurando que la atm¨®sfera sea un aspecto sustantivo en la expresividad del relato.
El primer cuento de la selecci¨®n, Young S¨¢nchez, pertenece a El coraz¨®n y otros frutos amargos (reeditado el a?o pasado por Menoscuarto Ediciones), publicado por primera vez en 1957, cuando Aldecoa estaba ya en la plenitud de su estilo. En 2004, en la revista Quimera, una encuesta entre cr¨ªticos y escritores eligi¨® El coraz¨®n y otros frutos amargos como el mejor libro espa?ol de relatos del siglo XX.
En Young S¨¢nchez se encuentran casi todos los elementos humanos y ambientales de la narrativa de Aldecoa. El protagonista es un joven mec¨¢nico madrile?o que va a viajar a Valencia para pelear en un combate de boxeo decisivo para su futuro. Vamos conociendo su mundo, los compa?eros en el gimnasio y en el trabajo, los familiares cercanos, los amigos de la calle y de las tabernas, mientras nos aproximamos al momento del combate. Aunque la historia que se nos cuenta est¨¢ centrada en el joven obrero boxeador, las gentes de su cercan¨ªa alcanzan tambi¨¦n protagonismo. El movimiento narrativo que todo cuento requiere para cumplirse no est¨¢ en una sorpresa final, sino en ese deambular del personaje a trav¨¦s de los diversos lugares de su h¨¢bito, entre sus gentes, y en la expectativa que la pelea va despertando en todas ellas, que se tensa tambi¨¦n en el lector hasta alcanzar su grado m¨¢ximo en el momento anterior al combate: en esa tensi¨®n somos conscientes de la situaci¨®n del personaje, que intenta salir de una median¨ªa sin horizontes y sacar a la familia de su necesidad. El realismo no oculta una par¨¢bola sobre la lucha contra el destino y bajo la figura de Paco Young S¨¢nchez permanece el arquetipo de los cl¨¢sicos h¨¦roes solitarios.
Desde la renuncia a lo superfluo y la b¨²squeda de la intensidad, que son el meollo del estilo de Aldecoa, los cuentos que acompa?an a Young S¨¢nchez en esta edici¨®n recogen la generalidad de las facetas de su narrativa. Hay otros con protagonista colectivo: Seguir de pobres, sobre el duro itinerario de una cuadrilla de segadores; El autob¨²s de las 7,40, con los distintos personajes que lo esperan; Los pozos, unos toreros tambi¨¦n en los momentos previos a la corrida en un pueblo. En algunos casos, los protagonistas son ni?os: Chico de Madrid, un peque?o cazador del suburbio, muestra c¨®mo la opci¨®n realista no excluye la mirada legendaria; Aldecoa se burla y Patio de armas hablan de un sistema educativo feroz. Santa Olaja de Acero es un ejemplo excepcional de la citada ¨¦pica de lo cotidiano. En Los biso?¨¦s de don Ram¨®n y en El libelista Benito hay una visi¨®n grotesca de la burgues¨ªa. En Cr¨®nica de los novios del ferial los celos dramatizan una estampa de feria, y en Hermana Candelas los esp¨ªritus son amenazados por las deudas pendientes. La despedida narra con objetividad impregnada de ternura la separaci¨®n de dos pobres viejos, y en Un coraz¨®n humilde y fatigado ciertos "lutos antiguos" de la guerra civil siguen arrojando su sombra sobre los personajes.
A pesar de las estrictas limitaciones de la ¨¦poca en que se crearon, estos cuentos son ejemplo de una literatura llena de fuerza po¨¦tica y social, que se mantiene vigente a trav¨¦s de los a?os y que alcanza peculiares resonancias simb¨®licas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.