La mejor receta, un cuento

Este a?o se celebran, entre otros ilustres aniversarios, los 200 a?os del nacimiento de Hans Christian Andersen, cuyos cuentos han acompa?ado a ni?os de muchas generaciones. El traje nuevo del emperador, El patito feo o El soldadito de plomo forman parte de nuestra historia. Su mensaje es universal, y oculta un gran poder de transformaci¨®n personal para ni?os y mayores.

Los cuentos transmiten principios y valores necesarios para el desarrollo de la persona, sea cual sea su edad y condici¨®n. Entre sus muchas bondades cabe destacar la introducci¨®n al mundo de la literatura para los m¨¢s peque?os de la casa y para aquellos adultos que muestran reparos a la hora de abordar una obra literaria de gran envergadura. Pero, m¨¢s all¨¢ de ejemplos tan evidentes, sus beneficios son muchos y diversos.

Imaginaci¨®n y creatividad. Determinados cuentos, adem¨¢s de ser aut¨¦nticas joyas literarias, estimulan y gu¨ªan la imaginaci¨®n del lector, actuando como referentes conscientes e inconscientes. Terapeutas de gran prestigio han demostrado su gran capacidad de generaci¨®n de cambio en las personas a partir del cultivo de la inteligencia emocional.

Principios, valores y actitudes. Un libro que no ayude en alg¨²n sentido es un libro muerto. Ello no significa que el argumento sea complejo, sino que la historia tenga un sentido, excite la curiosidad, estimule la imaginaci¨®n, genere y clarifique las emociones o desarrolle la capacidad de raciocinio.

Un cuento positivo para el desarrollo de la personalidad es aquel en el que el lector reconoce los problemas a los que se enfrenta el protagonista o h¨¦roe. El libro debe ser reflejo de la vida, con todos sus conflictos y choques entre principios, valores y actitudes necesarios para superarlos. La perseverancia, la cooperaci¨®n, el coraje, el esfuerzo, la humildad, la confianza o la capacidad de entrega deben recorrer sus p¨¢ginas.

Sentimientos positivos. Los padres son los principales responsables de transmitir al ni?o unos valores y una cultura determinados. Esta herencia cultural sirve como eje vertebrador de la que ser¨¢ su visi¨®n de s¨ª mismo, de los dem¨¢s y del mundo que le rodea. Y dentro de dicha herencia cultural imprescindible se encuentran los cuentos.

Los sentimientos positivos que aportan los cuentos hacen que el ser humano no se resigne ante las adversidades que presenta la vida. Son relatos que a menudo plantean problemas existenciales a trav¨¦s de met¨¢foras o situaciones simplificadas. Los personajes suelen ser t¨ªpicos, y deben enfrentarse a situaciones en las que aparece el mal y hay que esforzarse para superarlo.

Por un mecanismo psicol¨®gico natural, el ni?o se identifica con personajes y situaciones. A trav¨¦s de esta identificaci¨®n se imprimen en el peque?o las huellas del comportamiento ¨¦tico y del bien com¨²n, y los valores necesarios. Se ve convertido en protagonista y, en consecuencia, vivir¨¢ profundamente sus avatares.

Muchos psic¨®logos conocen y aplican el cuento como recurso pedag¨®gico y terap¨¦utico. Sus personajes le aportan al ni?o los par¨¢metros para que asuma la vida con valent¨ªa, con la creencia de que puede gestionar las dificultades y reveses de la misma.

Medios de comunicaci¨®n y creadores de contenidos educativos y l¨²dicos deber¨ªan tener en cuenta precisamente estos aspectos, pues la influencia de los cuentos en el sano desarrollo de la personalidad es mucho mayor de lo que a menudo pensamos. Pero sin duda son los padres los que tienen la responsabilidad ¨²ltima, al elegir un programa o un juego. Y de la acertada selecci¨®n depender¨¢ la construcci¨®n del mundo que elaboren los peque?os y, en ¨²ltima instancia, la sociedad que quieran construir.

Crecimiento personal y sentido. El crecimiento personal est¨¢ necesariamente lleno de conflictos internos. A lo largo de la vida, a uno le toca superar frustraciones y duelos, renunciar, acabar con dependencias y apegos, evitar conflictos de celos o rivalidades, crear un sentimiento de responsabilidad moral, cultivar la autoestima, construir su identidad? Y en cada encrucijada, en cada etapa cr¨ªtica, los cuentos pueden ayudarle.

Detr¨¢s de los cuentos de siempre se halla esa suma de experiencias, esa sabidur¨ªa que se ha formado lentamente con el paso de los a?os, de generaci¨®n en generaci¨®n, de lo esencial a lo complejo. Los cuentos se caracterizan por dar las pautas para hacer f¨¢cil lo dif¨ªcil, para resolver problemas.

La capacidad de otorgar sentido a la vida est¨¢ vinculada a la capacidad de aportar nuestra contribuci¨®n, que no siempre ser¨¢ visible o inmediata, a la misma. La voluntad es clave. En el momento en que esa meta se pierde, o desaparece la ilusi¨®n por alcanzarla, es f¨¢cil caer en la depresi¨®n. El sentido de la vida, por tanto, no se construye desde la evasi¨®n de las circunstancias problem¨¢ticas, sino precisamente desarrollando opciones creativas para solucionarlas, para combatir la adversidad y, eventualmente, para darle un sentido aun cuando parece que ¨¦sta no deja otra opci¨®n que el dolor.

El cinismo o la resignaci¨®n ante la adversidad son el recurso f¨¢cil. La esperanza y la confianza interior que son necesarias para afrontar con dignidad el acto de vivir son, en gran medida, construidas a trav¨¦s de la herencia de la literatura en una de sus formas m¨¢s bellas: los cuentos.

Porque, al final, los cuentos se escriben y se leen para que los ni?os puedan dormirse tranquilos, pero tambi¨¦n para que los adultos se despierten inquietos.

Fernando Tr¨ªas de Bes y ?lex Rovira son profesores de Esade, conferenciantes y coautores del libro 'La buena suerte', con casi dos millones de copias vendidas en el primer a?o y los derechos adquiridos para 34 idiomas.