Cocu hace pagar al Ly¨®n su soberbia
Entre el Olympique de Ly¨®n y el PSV Eindhoven hay un desierto, el que separa la creatividad y la ilusi¨®n, del orden y la rutina. Pero, adem¨¢s, a ambos equipos les separa la distancia entre la soberbia y la humildad. Probablemente, de tanto ponderar el 10-2 global de la eliminatoria ante el Werder Bremen, de tanto apelar a la ventaja m¨ªnima para acribillar al rival en el partido de vuelta, el Olympique se dio a la holganza en cuanto se fue al vestuario con el gol de Malouda y un par de ocasiones magn¨ªficas de Essien (tiro al poste incluido), medio centro defensivo que alcanz¨® el ¨¢rea en no menos de 15 ocasiones.
En su periodo de aprendizaje para ser el grande europeo que puede ser, al Ly¨®n le faltan dos lecciones: la humildad que hasta ahora le hab¨ªa caracterizado, y el instinto que designa a quien es y se siente superior. El Olympique malgast¨® una primera mitad primorosa, t¨¢ctica y f¨ªsicamente, ante un rival acomplejado, con Malouda desenvuelto, Diarra y Abidal en el terreno de lo portentoso y con Essien compartiendo las dos ¨¢reas con la misma fruici¨®n.
O. LY?N 1 - PSV EINDHOVEN 1
Olympique de Lyon: Coupet; Reveillere, Cris, Ca?apa, Abidal; Diarra, Essien; Govou, Juninho, Maoluda; y Wiltord.
PSV Eindhoven: Gomes; Ooijer, ?lex, Bouma, Lee; Farf¨¢n (Beasley, m. 60), Cocu, Van Bommel, Vogel, Park; y Vennegoor.
Goles: 1-0. Jugada de Govou que cede a Wiltord, en el centro, cuyo pase lo recoge Malouda para batir a Gomes de tiro ajustado al poste. 1-1. M. 78. Cocu bate a Coupet con un disparo desde fuera del ¨¢rea.
?rbitro: Collina (Italia). Amonest¨® a Vogel y Van Bommel.
Unos 44.000 espectadores en el estadio Gerland de Lyon. Los jugadores portaron brazaletes negros en se?al de duelo por la muerte del Papa. Se guard¨® tambi¨¦n un minuto de silencio.
El descanso mat¨® al campe¨®n franc¨¦s. Tan confiado vive en la gesti¨®n de las ventajas, tanto pens¨® en el partido de vuelta con el marcador a favor (sus dirigentes prefer¨ªan un 0-0 a un 2-1) que el segundo tiempo lo confiaron al beneficio del inventario. En Eindhoven cifraron el lugar del ¨¦xito. Y en esto lleg¨® Cocu, un veterano, ya en la recta final, aprovech¨® un rebote, se fue a una esquina, lanz¨® un tirito y el bal¨®n lami¨® el poste por dentro para alcanzar la red. El PSV, un equipo mediocre y mediano, tir¨® una vez a gol y sac¨® un empate que, seguramente le sabe a gloria. El Olympique arruin¨® su ejercicio de superioridad por un pecado de soberbia. Es un equipo emergente de valores s¨®lidos (Essien, Diarra, Cris, Malouda) frente a la amalgama del PSV que ha hecho de la humildad un valor de referencia. Ayer sac¨® lo que quer¨ªa de Ly¨®n aunque no lo mereciera. La eliminatoria es una inc¨®gnita que se decidir¨¢, probablemente, por una cuesti¨®n de car¨¢cter.
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