El misterio de las coronas de plata espa?olas
Juan Pablo II ha sido enterrado en la tumba que fue de Juan XXIII, cuyos restos fueron trasladados a la bas¨ªlica de San Pedro al ser proclamado beato. Esa tumba tiene una historia con Espa?a que pocos conocen.
Quienes despu¨¦s del entierro de Juan XXIII visitaban su tumba pod¨ªan observar que a ambos lados hab¨ªa dos coronas de plata maciza, una de claveles y otra de rosas, con una cinta de seda con los colores de la bandera de Espa?a. ?De d¨®nde hab¨ªan salido? De un programa de radio que dirig¨ªa el entonces maestro del micr¨®fono, el chileno Boby Deglan¨¦, titulado pomposamente La gran verdad. Se trataba de un programa para recoger mantas para los pobres de las chabolas de Vallecas en un invierno fr¨ªo. Era el primer programa en directo en tiempos de censura franquista y a ¨¦l pod¨ªan llamar por tel¨¦fono los radioyentes. Durante el programa, lleg¨® la noticia de que Juan XXIII estaba agonizando y ¨¦l mismo iba contando por Radio Vaticana su propia muerte: "Me ha dicho mi m¨¦dico que ha llegado mi fin. Por eso le he dicho a mi secretario que debe ir preparando mis maletas". Deglan¨¦ tuvo una idea: convoc¨® a un pu?ado de joyeros de Madrid, quienes en una noche labraron dos coronas de plata, de rosas y claveles, que estuvieron prontas al alba. Las llevaron a la radio y miles de personas pasaron a besarlas antes de llevarlas a Roma.
Tras haberse puesto la radio en contacto con la Embajada de Espa?a ante la Santa Sede, me colocaron en un avi¨®n -yo colaboraba con Boby en su programa- para llevar las coronas al Vaticano. Me detuvieron en la aduana porque se trataba de 80 kilos de plata maciza. Intervino el embajador y pudimos ir directos a la bas¨ªlica de San Pedro y colocarlas con la banderita de Espa?a a ambos lados del f¨¦retro de Juan XXIII. Y all¨ª se quedaron hasta que, colocado el Papa en su tumba, volvieron a aparecer en ella, siempre con la cinta con los colores de Espa?a. Un d¨ªa desaparecieron. Cuando lo supe pregunt¨¦ al que fue secretario de Juan XXIII, Loris Capovilla, qu¨¦ hab¨ªa pasado. Me dijo que en su testamento el Papa pidi¨® que en su tumba no hubiera oro ni plata. Y las retiraron. ?D¨®nde las llevaron? A un cuartito detr¨¢s de la tumba, donde se pon¨ªan las escobas de limpiar.
Le expliqu¨¦ a Capovilla la historia de las coronas y c¨®mo miles de personas las hab¨ªan besado antes de llevarlas a Roma. "Si es as¨ª", dijo, "el Papa no se va a enfadar" y las volvieron o colocar. Hay postales de la tumba con las coronas. Pero despu¨¦s volvieron a desaparecer. ?Estar¨¢n otra vez en el cuarto de las escobas?
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