Cuesti¨®n de fondo

Cuando llega el momento de rascarse el bolsillo, la Uni¨®n Europea se convierte en un campo de batalla diplom¨¢tico. La lucha por las nuevas Perspectivas Financieras, el marco presupuestario de 2007 a 2013, se anuncia muy dura. No es f¨¢cil prever si las negociaciones podr¨¢n concluirse en junio o habr¨¢n de demorarse, aunque

no entrar¨¢n en su fase decisiva hasta pasadas las elecciones brit¨¢nicas y, a finales de mayo, los refrendos en Francia y Holanda sobre la Constituci¨®n europea. Pero s¨ª est¨¢ claro que Espa?a no podr¨¢ aceptar el trato que pretende darle la Comisi¨®n Europea, ni un acuerdo que venga a suponer no ya que pasar¨ªa a pagar m¨¢s de lo que recibe de Bruselas, sino que costear¨ªa m¨¢s que el Reino Unido o Alemania la ¨²ltima ampliaci¨®n al Este.

Hay mucho en juego para la UE y para Espa?a. Para empezar, si el techo de gastos de la Uni¨®n se rebaja al 1% del PIB total, como piden los m¨¢s ricos, o se queda en un 1,26%. En todo caso, es insuficiente para empezar a hablar de un cierto federalismo. La respuesta estar¨¢ esencialmente en manos de Alemania, pero todo indica que vamos hacia una Uni¨®n menos solidaria con los m¨¢s atrasados.

Espa?a ha venido recibiendo de Bruselas en torno al 1% de su PIB en los ¨²ltimos a?os. Ahora, al haber menos para distribuir entre m¨¢s, inevitablemente obtendr¨¢ menos. Es consecuencia del ¨¦xito del proceso de integraci¨®n de Espa?a en la UE, pero es esencial no caer en aberraciones, como la de que en dos o tres a?os este pa¨ªs pase a ser contribuyente neto a las arcas comunitarias o pague m¨¢s que otros m¨¢s ricos por el coste de la ampliaci¨®n.

La estrategia del Gobierno espa?ol est¨¢ bien encaminada: plantear la diferencia entre c¨®mo ser¨ªan las cosas a 15 y c¨®mo lo ser¨¢n a 27 (con la a?adida incorporaci¨®n de Rumania y Bulgaria). El resultado es que Espa?a pagar¨ªa por la ampliaci¨®n casi el doble que los dem¨¢s, por encima de brit¨¢nicos, alemanes u holandeses. Tras la desaparici¨®n del Fondo de Cohesi¨®n es obligado encontrar un mecanismo corrector para el caso espa?ol, a la vez que este pa¨ªs eleva sus aspiraciones de convergencia en otros terrenos, como la tecnolog¨ªa, los transportes y la energ¨ªa, campos en los que la financiaci¨®n comunitaria se va a multiplicar por tres. En el intento de buscar f¨®rmulas aceptables para todos se ver¨¢ si el acercamiento de Zapatero a Francia y Alemania produce los frutos esperados.