?Usted primero?
Dos consideraciones puramente f¨ªsicas: por donde pasa uno no lo hace otro -es decir, exactamente al mismo tiempo y por el mismo sitio- y una cosa es el coraz¨®n y otra la cabeza. Tal vez Sete Gibernau, uno de los mejores pilotos del mundo, mereciera ganar ayer el Gran Premio de Espa?a, que se disput¨® en Jerez de la Frontera. Y es innegable que batall¨® lo suyo para conseguirlo. Pero, como dijo en la conferencia de prensa posterior y sin ning¨²n ¨¢nimo de disculpa -objetivamente, no ten¨ªa por qu¨¦ hacerlo- Valentino Rossi, que es otro de los mejores pilotos del mundo, "las carreras son as¨ª". Y as¨ª son, en efecto. Hasta el punto de que, si sus respectivos papeles hubieran sido invertidos, esa misma frase la habr¨ªa pronunciado Gibernau y ahora estar¨ªamos hablando en id¨¦nticos t¨¦rminos.
El espa?ol llev¨® a cabo una carrera inteligente montado sobre una m¨¢quina excepcional, la m¨¢s eficaz de todas las que corr¨ªan ayer por el asfalto jerezano, y sobre todo la m¨¢s r¨¢pida -10 km/h de punta lleg¨® a sacarle a la Yamaha a final de recta-, sin que el italiano pudiera darle alcance m¨¢s que en la vuelta final, llegando ambos a la ¨²ltima curva pr¨¢cticamente emparejados. Pero por la cuerda exacta del viraje, el punto ¨®ptimo para acometer la trazada y enfilar la recta en primer lugar, por lo que se llama el sitio, s¨®lo pod¨ªa pasar uno de los dos. Entonces, ?usted primero, como en la puerta de un restaurante?
En un viraje, el mayor o menor ¨¢ngulo de inclinaci¨®n de la moto determina su trayectoria m¨¢s o menos abierta. El piloto que logra situarla primero en la l¨ªnea de trazada ideal tiene, seg¨²n las normas consuetudinarias que rigen el tr¨¢fico de la pista, lo que podr¨ªamos llamar preferencia. Si se produce una maniobra susceptible de ser considerada como antideportiva, esto queda a la consideraci¨®n del director de carrera, seg¨²n las indicaciones que recibe de los comisarios de pista. Y, de haberse dado esta circunstancia, Fausto Gressini, director del equipo Honda-MoviStar, en el que est¨¢ el catal¨¢n, no habr¨ªa tardado ni cinco minutos en presentar la correspondiente reclamaci¨®n. Como ocurre en otros deportes, los m¨¢nagers no se andan con remilgos en este tipo de cuestiones.
A pesar del estado de sus neum¨¢ticos, m¨¢s gastados que los de la Honda, la Yamaha de Vale iba por el sitio. Logr¨® colocarse donde deb¨ªa en el mismo momento en que Sete se cerraba hacia el interior de la curva en busca de la trayectoria ideal. Si Rossi hubiese tardado una fracci¨®n de segundo en llegar, quiz¨¢ su acci¨®n habr¨ªa sido cuestionable, pero en aquel momento su rueda delantera estaba paralela a la rueda delantera de la Honda.
Y Gibernau, en vez de aguantar por el exterior y tratar de salir de la curva al rebufo para ganarle en la recta, insisti¨® en buscar la trazada y perdi¨®. Quer¨ªa, obviamente, llegar delante. Pero, despu¨¦s de haber pilotado durante 25 vueltas con la cabeza, la ¨²ltima curva la traz¨® con el coraz¨®n. Y a veces ¨¦ste tiene razones que aquella no conoce.
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